miércoles, 26 de enero de 2011

Milagro al revés

Por: Teodoro Petkoff

Hace años, en tiempos de la Guerra Fría, circulaba un chiste anticomunista que daba cuenta de que había llegado el comunismo a Arabia Saudita y como consecuencia de ello se había acabado la arena. De hecho, lo que provocó, más que nada, el derrumbe del imperio soviético fue la avasalladora decepción de la gente común ante la escasez de todo, manifestación clamorosa de una economía que se había quedado sin fuelle tras más de medio siglo de comunismo. Ahora, recientemente, en su dramático discurso ante la Asamblea Nacional de su país, Raúl Castro contaba que hace años en Vietnam no se producía café y que con ayuda de técnicos cubanos aprendieron a hacerlo. Hoy, dijo Raúl, Vietnam es el segundo exportador de café en el mundo y los cubanos tienen que importarlo de aquel país porque ya en el suyo ese cultivo desapareció después de alguno de los fantasiosos “planes” de Fidel Castro, que han liquidado hasta la producción de azúcar.

Para rematar, Raúl contó que preguntado un ministro cubano por un homólogo vietnamita por tan extraño fenómeno, habría respondido, dijo Raúl, con un inocultable retintín sardónico en la voz, que seguramente eso era culpa del “bloqueo”. Estas, pues, fueron y son las vainas del socialismo real.

Aquí no tenemos ni comunismo ni socialismo real o irreal sino un régimen personalista, cada vez más cerca del ejercicio dictatorial del poder, pero que si en algo se está pareciendo a los socialismos y comunismos del siglo XX es precisamente en la incompetencia e incapacidad de sus funcionarios, particularmente en la inoperancia de una política económica que nada entre las dos aguas del capitalismo y del estatismo. En otras palabras, incluso si Chávez y sus funcionarios fueran eficientes y capaces, la cosa tampoco funcionaría, porque este es un híbrido sin destino. Pero, para colmo, la economía la dirige un tipo tan mediocre como fue siempre, que después de viejo, además, se ha vuelto un mentiroso contumaz, que como los antiguos estalinistas cree poder sustituir la realidad con sus mendacidades.

Con decir que esta gente está llevando a la sala de terapia intensiva a la propia industria petrolera. Entre 2005 y 2010 nuestra producción petrolera ha descendido UN MILLÓN DE BARRILES DIARIOS.

No es difícil de entender la causa. En 2002 había 20 mil pozos en producción. En la actualidad quedan 14 mil bombeando crudo. La explicación la dan hasta los sindicalistas gobierneros: falta de mantenimiento y de reparación de pozos. La razón de fondo: una caída inexplicable en la inversión. Para este año se anuncia una inversión de 10.500 millones de dólares, igual a la del año pasado, que fue, a su vez, 6 mil millones inferior a la presupuestada para 2009. Por otro lado, Pdvsa tiene ya una deuda que pisa los 30 mil millones de dólares.

Menos mal que este hombre sale el 2012, porque al paso que vamos, si continuara en el poder nos quedaremos hasta sin petróleo.

martes, 18 de enero de 2011

Vamos a ver

Por: Teodoro Petkoff
Editorial de Talcual 18/01/2011
Mucha gente se pregunta si hay que creerle al Chávez del mensaje ante la Asamblea Nacional. Pues bien, creyéndole o no, el tema no debería despacharse maniqueamente. Este Chávez del Mensaje parece haberse tomado en serio sus propias palabras acerca de “hacer política” ante una oposición que, según él mismo, “está haciendo política”. Puede dudarse de su sinceridad, pero no se debe ignorar que hubo un cambio en su tono político. Vamos a ver cuanto dura. Puede especularse mucho sobre las razones de tal cambio, pero el mero hecho de que haya llamado la atención revela que, sin duda, a nadie se le pasó por alto.
En el mensaje del Presidente, el sábado pasado, hay dos elementos políticos sobre los cuales vale la pena detenerse. Uno, la peculiar “devolución” de la Ley Habilitante, que, según sus propias palabras, se propondría usar sólo durante tres meses más, hasta el 1º de mayo; otro, la redefinición de sus contendores de este largo zafarrancho de doce años en términos de “adversarios” y no de “enemigos”. Chávez ha percibido que una Asamblea con 40% de opositores es un hecho político que no puede soslayar. El sábado reconoció el status de la Asamblea Nacional y, encima, seguramente para mayúsculo desconcierto de sus conmilitones, reconoció, no sin respeto, que existe una oposición que no es prescindible en el debate político.
El mismo que prometía “triturar” a los parlamentarios democráticos, se dio cuenta de que en esa operación de trituración se le pueden quebrar algunos dientes.
Lo de la Ley Habilitante no es, en verdad, sino una “rebaja” en los 18 meses que en su última actuación reptil hizo la Jaula de las Focas. Pero, si cumpliera con su palabra, a pesar de que en tres meses puede legislar sobre lo que quiera, sin duda que la Asamblea Nacional recuperará plenamente eso que no puede habérsele escapado a Chávez en las primeras dos semanas de vida parlamentaria: que está ante algo muy distinto a la domesticada Jaula de las Focas. Esta “rebajita”, unida al veto a la Ley de Universidades, con el consiguiente defenestramiento de aquel energúmeno inútil que era el titular de la cartera de Educación Superior, revela que Chávez ha querido evitarse el conflicto de alto voltaje que apenas si se insinuó en plenas vacaciones universitarias de diciembre y, no menos importante, ahorrarse la que tendría que ser una explicación incomprensible para una América Latina donde la autonomía universitaria (ya casi centenaria) posee características de icono sagrado. Además, lo de Insulza le tiene que haber revelado que el secretario de la OEA no hablaba por sí mismo sino que traducía la creciente incomodidad del organismo ante la conducta de Chávez.
Ese reconocimiento del Otro que significa admitirlo como “adversario” y no, como en la fórmula que tomó del jurista nazi Carl Schmitt, de la ecuación “amigo/enemigo” como la clave de la política, implica, al menos “por ahora”, un cambio sustancial en su tónica.
Si todo esto, tal como concluyó el Presidente, comporta una proposición de “diálogo”, la MUD y su grupo parlamentario, en lugar de rechazarlo a priori, han hecho bien en salir al encuentro de aquella proposición. Ahora toca colocar sobre la mesa los temas de ese debate, que no son otros, por lo demás, que los mismos sobre los cuales Chávez pasó casi en puntas de pies en esas partes de su mensaje en las cuales habló de su gestión.

miércoles, 12 de enero de 2011

Contradicciones

Por Bernanrdo Kliksberg

Los
precios mundiales de los alimentos han crecido fuertemente en diciembre 2010, llegando a los que provocaron revueltas sociales en el 2008. El índice de precios de los alimentos de la FAO creció un 32% entre junio y diciembre del 2010. Los del trigo, del maíz y el arroz en un 26%.

Uno de los factores es la suba del petróleo. Por un lado, encarece el precio del transporte de alimentos. Por otro, si no hay regulaciones cuando aumenta a más de 60 dólares el barril, ello incentiva cambiar el cultivo de alimentos por biocombustibles. Por ejemplo, según el FMI, en la crisis del 2008 un 70% del aumento de los precios del maíz fue causado por su reemplazo por biocombustibles en EEUU, que producía parte de las exportaciones mundiales. Se estima que en el 2011 el precio del petróleo será de 84 dólares.

Los nuevos aumentos ya están generando rebeliones. En Argelia muchos jóvenes salieron a la calle a protestar, atacando edificios públicos, y gritando "tráigannos azúcar".

Los pobres gastan del 50 al 80% de su presupuesto en alimentos. Ante su aumento tratan de "sobrevivir" salteando comidas y reduciendo la calidad de los alimentos. Ello genera desnutrición, y afecta especialmente a los niños, cuyos déficit de micronutrientes aumentan. Si el problema continúa venden sus escasos activos, con lo que su vulnerabilidad aumenta.

Esta nueva amenaza de suba de precios se da en un mundo donde la desnutrición sigue siendo un problema central. 950 millones padecen hambre.

Al mismo tiempo, los avances tecnológicos continuos hacen factible producir alimentos para una población mundial aun mayor que la actual. América Latina es el caso típico. Con una dotación de recursos naturales de excepción, y agua en abundancia, produce alimentos para tres veces su población. Sin embargo, hay 53 millones de desnutridos.

Hay en la región como en el mundo un gran tema de falta de acceso a alimentos, ligado a las amplísimas desigualdades, que dejan fuera del mercado a vastos sectores.

Se estima que cuatro millones de personas pueden perecer en el 2011 por hambre en el planeta.

Es posible e imprescindible actuar. Algunas contradicciones, 100 millones de niños pueden morir de enfermedades prevenibles y desnutrición. Ello puede ser evitado con lo que el mundo gasta en dos días en gasto militar. Por el precio de un misil una escuela llena de chicos con hambre podría contar con un almuerzo diario para cada uno por 5 años.

Los esfuerzos de la ONU, del PNUD, de la FAO, del Programa Mundial de Alimentos, de ONGs ejemplares como Acción contra el Hambre y otras, han impedido que el problema fuera aún mucho mayor, pero se necesita que se coloque al hambre en el centro de las prioridades, se incrementen los recursos internacionales y se ataquen sus causas estructurales. Tiene plena vigencia una advertencia de Acción contra el Hambre: "Es necesario tomar medidas ahora o de lo contrario los altos precios de los alimentos atraparán a millones de niños en una espiral descendente de pobreza y desnutrición".

Ya don José Miguel habló

Por: Adolfo Taylhardt

Para mis lectores jóvenes que seguramente no entienden el sentido del título de este artículo les explico que
estoy parodiando el famoso caso de don Rafael, un personaje de la radio-novela titulada "El derecho de nacer" que mantuvo en suspenso a las damas y creo que también a muchos caballeros de la Venezuela de los años 50. Don Rafael permaneció en silencio durante los muchos meses que duró aquel culebrón, hasta que un buen día se decidió a hablar. La voz se corrió por todo el país: ¡Ya don Rafael habló!

Las recientes declaraciones de don José Miguel Insulza acerca de la situación política venezolana me hicieron recordar el caso de don Rafael. Durante mucho tiempo don José Miguel emitió opiniones que silenciaban la verdad y más bien parecían complacer o halagar al führer.

Los organismos internacionales obligan a sus secretarios o directores generales a ser muy cautelosos en sus expresiones públicas. Pero en las organizaciones de naturaleza política como la OEA eso tiene un límite que está dado por la obligación de pronunciarse y actuar cuando un asunto o un problema es susceptible de convertirse en conflicto. Por eso, la excesiva cautela de don José Miguel generó malestar en muchos venezolanos que veíamos su impasividad como una manifestación de temor frente a la intemperancia y la agresividad verbal característica del mandón de Miraflores.

La semana pasada don José Miguel dejó a un lado su excesiva cautela y por primera habló "claro y raspado" como corresponde ante una situación tan grave como la que confronta Venezuela.

Dijo sin ambages lo que ha sido denunciado desde las filas de la disidencia: que la Ley Habilitante viola el espíritu y la letra de la Carta Democrática Interamericana.

"No me parece que esté ni dentro del espíritu ni en la letra de nuestra Carta Democrática el que un Congreso que se va pueda atarle las manos al Congreso que llega. Yo no creo que eso se puede hacer", dijo Insulza y agregó que eso equivale a anular la labor de la nueva AN. "¿Qué sentido tiene que la gente elija un Congreso, que fue concurrido y que todo el mundo validó, para que inmediatamente después se diga que ese Congreso que acabamos de elegir en realidad no va a tener mucho que decir porque el Presidente va a gobernar por decreto durante 18 meses?". Y añadió: "Yo no creo que eso sea aceptable. No me parece que uno se puede quedar callado ante una cosa así".

Asumiendo finalmente su responsabilidad como secretario general de la OEA anunció que "no descarta plantear el caso ante el Consejo Permanente de la OEA, pero confía en que algunos miembros se manifiesten" porque ha notado "preocupación en los países para tener una discusión sobre este tema''.

Esperamos que esto ocurra pronto pero no nos hacemos ilusiones acerca de lo que pueda resultar de ese debate. Sin embargo, el solo hecho de que finalmente se contemple la aplicación de la CDI a la grave situación que confronta la democracia venezolana constituye, por sí mismo, un avance importante en los esfuerzos por impedir que Venezuela continúe siendo subyugada por un dictador que se empeña en imponer una ideología y un régimen que ya fue rechazado soberanamente por el pueblo.

El secretario general Insulza anunció que la OEA sostendrá discusiones este año para mejorar la Carta Democrática Interamericana. Entre las mejoras que se contemplan mencionó la necesidad de incluir un anexo que permita prevenir crisis políticas, la eliminación del veto que permite a los gobiernos impedir la visita de una misión de la OEA, la extensión a los poderes legislativos y judicial de la facultad de activar la Carta y una definición más precisa de lo que constituye una "grave violación a la democracia".

Todas estas ideas son muy importantes, pero en lugar de extender al Poder Legislativo y al Poder Judicial la facultad de activar la CDI se debería contemplar un mecanismo que permita a la sociedad civil de un país promover esa activación cuando, violando la Constitución, un mandatario electo democráticamente se transforma en dictador.

Pero por encima de todo hay que transformar la Carta en un tratado con fuerza obligatoria a fin de que pueda cumplir el propósito fundamental para el cual fue concebida que no es otro que garantizarle a los pueblos de América su derecho a la democracia y hacer que los gobiernos cumplan su obligación de promoverla y defenderla.

Cuando los gobiernos miembros de la OEA se reúnan para mejorar la CDI no deben perder de vista que el preámbulo de ese documento reconoce que, a la luz del desarrollo progresivo del derecho internacional, es necesario precisar las disposiciones de la Carta de la OEA y de otros instrumentos consagrados a la preservación y la defensa de las instituciones democráticas.

jueves, 6 de enero de 2011

Venezuela Fénix

Por: Jun C. Sosa Azpúrua

No
tengo noticia de ningún país que esté experimentando una tragedia similar al nuestro. Claro que los hay desoladoramente retrasados, pero ninguno como Venezuela ha tenido nuestra historia y tiene en el presente semejantes oportunidades de transformarse en una potencia con solamente aplicar algunas políticas públicas contundentes, generar confianza y asumir una aproximación moderna a las diversas acciones que invitan a estimular todos y cada uno de los sectores que apalancan el desarrollo. Venezuela podría estar impulsando el despertar energético más colosal. En petróleo, la producción debería estar en unos ocho millones de b/d, lo que implicaría la inyección de miles de millones de dólares en poco tiempo, la demanda de todo tipo de bienes y servicios, el aumento exponencial del PIB no petrolero y la apertura de grandes oportunidades de empleo para los jóvenes profesionales.

Con las ventajas comparativas de este país, las mejores empresas abrirían oficinas en Caracas y en el interior, atraerían mucha atención internacional, lo que facilitaría las relaciones diplomáticas con las potencias del mundo, despertando incentivos para la consecución de sinergias y asociaciones estratégicas envidiables. En turismo podríamos hacer de Vargas y Río Caribe (por sólo mencionar dos casos) algo semejante a la Costa Azul; en infraestructura podríamos invitar a los mejores urbanistas y arquitectos para que transformaran el paisaje nacional haciéndole competir con Dubai y Líbano; en salud y educación ser los líderes del continente; en fin, la imaginación no tiene límites cuando se piensa en lo magnífica que sería Venezuela si tan sólo se le diera la oportunidad de serlo.

Los recursos humanos los tenemos, también la voluntad. Actuemos en consecuencia.

domingo, 2 de enero de 2011

Cualquier parecido es casualidad

Por: Adolfo Salguiero

Existe un país en África Occidental, no de los peores ni forajidos; se llama Costa de Marfil, tiene un
tercio de la superficie de Venezuela y casi veintiún millones de habitantes que sin estar en el bienestar acumulan un Producto Bruto Per Capita de $ 1.475 que los coloca en la mitad de la lista del concierto mundial.

Tal como suele ocurrir bastante en aquellas latitudes, la institucionalidad es débil y la democracia tiene aun mucho camino que recorrer para instalarse como algo natural aun cuando en Costa de Marfil, luego de una guerra civil (2002-2004), muchos tropiezos y cinco años de retardo, se logró llegar a unas elecciones presidenciales cuya primera vuelta se celebró el 31 de octubre pasado, siendo uno de los contendientes el presidente en ejercicio, Laurent Gbagbo, quien utilizó abusivamente todas las ventajas del cargo y del tesoro público.

Sin embargo, ninguno de los candidatos consiguió los votos necesarios para ganar en esa primera vuelta por lo que la segunda se llevó a cabo el 28 de noviembre resultando vencedor no el presidente Gbagbo, si no el opositor Alassane Ouattara, cosa que no agradó en palacio provocando que el Presidente/perdedor resolviera no entregar el poder para que "no se pierdan las conquistas populares". En su abuso lo acompaña la cúpula militar que afirma estar "casada con el régimen". La historia hasta aquí resulta familiar. ¿Verdad? Por eso es que escribimos sobre el tema.

Pero resulta que en esa misma África de la que tanto ignoramos y a la que solo se suele ver como cuna de crueles dictadores y atletas de excepción, tiene instituciones regionales que no solo son capaces de emitir declaraciones de alto impacto político, si no que -varias veces ya- han impuesto por la vía de la fuerza militar internacional legítimamente ejercida el respeto a los resultados electorales, a los derechos humanos y a otras resoluciones regionales.

A la hora en que escribimos estas líneas acaba de finalizar en la capital de Costa de Marfil una reunión de varios jefes de Estado de la región con el remiso Gbagbo a quien le han dicho que debe respetar el resultado electoral, que puede exiliarse en algún país de la zona o de lo contrario afrontar la acción militar legítima, contemplada en los tratados internacionales válidamente suscritos entre países de la región para hacer respetar la voluntad popular y la estabilidad.

El lector se preguntará: ¿qué tiene esto que ver con Venezuela? Creemos que bastante, ya lo verá.

En nuestro país el Presidente adelanta que si en las elecciones del 2012 fuese derrotado, se desataría una guerra civil por que tal resultado no sería aceptado por "el pueblo" (se presupone que quienes voten en contra no son pueblo). El comandante operacional del ejercito (COE) ratifica lo dicho por su jefe sellándolo con la confesión de que él y las FAN están "casadas" con el régimen. En lugar de destituirlo lo premian regalándole el cuarto sol del generalato en jefe tan "constitucionalmente" merecido. Y nadie dice nada.

El Secretario General de la OEA, antes complaciente para no disgustar al "Gran Elector Continental" hoy apenas balbucea una velada crítica y los gobiernos regionales permanecen en el mutismo más escandaloso. Naturalmente nadie piensa en ninguna presión internacional, ni política, ni económica, mucho menos militar para lograr que en Venezuela se respeten los resultados del referéndum constitucional del 2008. Pocos expresan su indignación ante la insólita entrega de los poderes legislativos -con "ñapa" y todo- al Júpiter barinés. La matriz es que nada se puede hacer para contener el alud de leyes que una agónica Asamblea Nacional sancionó en apenas diez días sin respetar trámite ni consulta alguna queriendo así ponerse al día con diez años de mora e indolencia.

¿Qué conclusiones podemos sacar? La primera es que la solidaridad internacional en el continente americano solo se efectiviza frente a los pendejos y los débiles (Honduras, República Dominicana, etc.). La segunda es que petróleo y dádivas matan principios. La tercera y más importante de todas es que nuestro rollo solo nosotros podremos resolverlo. Después ya vendrán los organismos internacionales, pedigüeños, vivos, mercaderes, gobiernos extranjeros y demás fauna a ofrecer lo que no ofrecieron a la hora de la verdad.

Así pues, insólitamente, podemos decir que ¡Viva África (o al menos parte de ella), civilizada y solidaria con la democracia! ¡Parece mentira!