domingo, 27 de febrero de 2011

Viajando por Uribia

Por: Marcelo Morán

El
día anterior había salido de Ciudad Ojeda para pernoctar en Maracaibo con la intención de tomar en el primer autobús hacia Maicao, Colombia. Desde mi infancia tenía desbordados deseos por conocer la Guajira colombiana, sobre todo Uribia, a la que sólo conocía por referencias de mi abuela Ana Joaquina; una tía de mi madre que recuerdo con mucho cariño, y que nos visitaba por temporadas en nuestra casa de Mara.

A las 4 de la mañana salí del Terminal de Maracaibo; el autobús iba casi vacío, igual que el cuadro que presentaba la ciudad a esta hora. Creo que es la única ocasión en que puede visitarse la capital zuliana sin ninguna restricción: no hay embotellamiento de vehículos en las calles y la gente apenas empieza a despertar.

Después de dos horas de viaje el transporte iba lleno y no dejaba de recolectar pasajeros a lo largo de la Troncal del Caribe, arribando a las 7:30 de la mañana al puesto de control del puente Guajira, que cruza el río Limón. Después de éste pintoresco lugar se presenta la sabana a sus anchas; cúpula celeste, brisa, palmeras y horizonte, no hay obstáculo para contemplar la magia de la tierra plana, que por instantes nos hace creer que volamos por su cielo.

A las 9:00 am al fin llegué a Maicao, desde la distancia pude observar la torre nacarada de la imponente Mezquita Omar Ibn Jattab; erigida por la comunidad musulmana que hace vida en este importante centro comercial de la Guajira Colombiana desde casi un siglo y cuya construcción culminó en 1997.

Me hubiera gustado disponer de más tiempo para visitarlo, pues según los reportajes que he podido leer en la web, es el principal atractivo de ésta bulliciosa ciudad y representa el segundo templo islámico más grande de Suramérica.

Con el respaldo de 2 mil bolívares fuertes pensé que podía pasar sin contratiempo los cuatro días que aspiraba disfrutar en Uribia. No tenía por que preocuparme por el pago de alojamiento y comida, pues en el sector de Petsuapá, mis familiares alberga una manzana.completa.

Primer obstáculo

Para abordar el autobús a Uribia, tenía primero que hacer la conversión de bolívares a peso. Tenía que cancelar casi doscientos bolívares que valdría el pasaje al cambio establecido. Aunque me sobraban recursos para pagar diez veces el equivalente del pasaje, nadie quiso hacerme la transacción. “El Bolívar Fuerte, aquí no es fuerte. Debe disponer de millones para que podamos transarle. Noventa pesos no es nada”, me dijo una de las personas que hace este tipo actividad alrededor de las líneas de transportes.

El cielo se había oscurecido y sobre mi cabeza empezaron a caer las primeras gotas que anunciaban un aguacero. En esa desesperanza le ofrecí al gestor con que ya había hablado cien adicionales, es decir, trescientos bolívares para que me diera los noventa pesos que necesitaba para embarcarme. El hombre cedió más por la preocupación que le trasmití que por el valor de los cien bolívares, que de Fuertes no tienen nada. Al contrario, por primera vez me di cuenta de que su nombre parecía una deshonra a la memoria del Libertador.

El chubasco se desató y en el interior del autobús se produjo una confusión entre los pasajeros que iban subiendo comparado sólo con el tumulto de un abordaje pirata. En segundos la unidad se llenó, y poco a poco se iba alejando del centro de Maicao sin dejar de hacer paradas para montar nuevos viajeros.

Músicos a bordo

Me había sentado detrás del chofer, al lado de la ventanilla, para disfrutar mejor del paisaje que iba apareciendo, pero no lograba ver nada a través del parabrisas en medio de ese diluvio bíblico. En cambio el conductor parecía dotado de unas facultades extraordinarias para desplazarse impávido a través de un espacio sin forma de donde continuaba recogiendo pasajeros, hasta que de repente, se detuvo por más de cuarenta minutos sin dar explicación. Luego de este intervalo, se montaron tres jóvenes músicos de vallenato; cada quien con su típico instrumento. También cada uno empuñaba una botella de ron Antioqueño.

A pesar de que el autobús iba lleno, enseguida tres voluntarios cedieron sus asientos para que los artistas pudieran sentirse a gusto y lograran ejecutar la primera canción para librarnos del frío letargo del aguacero.

El ayudante del autobús se hizo cargo de las botellas y el control de los tragos: el primero fue para el chofer, quien aclaró su garganta antes de interpretar Los sabanales del reconocido Calixto Ochoa, así como una sucesión de temas que se prolongó por tiempo indefinido, pues de allí en adelante la parada se hacía sólo para comprar nuevas botellas de ron en algún sitio escondido por la lluvia y que la brújula mental del chofer podía descubrir sin contratiempo.

Fue entonces cuando se produce el reclamo airado de una usuaria de edad avanzada que se dejaba acompañar por dos niños:

-Por culpa suya, mis nietos no verán hoy a su padre. Ya deberíamos haber llegado a Uribia de no ser por la bebedera que lleva.

El chofer mandó a parar la música para aclararle la situación a la dama reclamante:

-No tengo la culpa, doña. Éste es el quinto sábado que llueve de manera consecutiva desde las 9:00 de la mañana. Usted debió irse a las 3:00 de la madrugada. A esa hora no llueve. Si no me cree, échele la culpa entonces a San Pedro por mandar tanta agua esta temporada.

La vieja para no seguir discutiendo prefirió mirar hacia el techo del autobús.

Por fin en Uribia

A la 1:00 de la tarde, llegamos a Uribia. Por un momento creí que me encontraba de nuevo en Ciudad Ojeda por el parecido con la plaza Colombia donde acababa de estacionarse el transporte. Con la salvedad de que de su núcleo, redondo, emergen ocho calles y en el centro se erige un obelisco que sostiene el tricolor colombiano. Al igual que Ciudad Ojeda, la población se concentra alrededor de varios anillos que desde el aire parece una rueda de carreta.

La lluvia había amainado un poco, y la gente que se encontraba alrededor de la plaza con paraguas, saludaba con efusividad a los trasnochados músicos que al parecer son muy apreciados en esta región. Ellos, precisamente, me condujeron hasta donde se encontraba mi tía que desde dos horas me hacía espera junto a dos jovencitas ataviadas también en coloridas mantas guajiras.

Al día siguiente salí a recorrer este hermoso pueblo, fundado en 1935 en honor al caudillo liberal, general Rafael Uribe Uribe. Su economía se basa en el comercio, ganadería caprina, turismo y otros rubros relacionados con la explotación del carbón.

Alternativamente en los meses de mayo y junio se celebra el Festival de la Cultura Wayúu: evento que fue declarado por el gobierno de Colombia como Patrimonio Cultural de la Nación desde el año 2006. Hecho que atrae visitantes propios y de Venezuela así como de otras regiones del Caribe que vienen ansiosos por conocer durante dos días parte de la costumbre, y cosmovisión de éste singular pueblo, que pretende a través de esta cita estimular sus valores para que perduren en el tiempo.

En este mismo marco se escoge la “Majayut de Oro”. Certamen donde tiene que conjugarse la belleza con la habilidad e inteligencia de las señoritas participantes. A este concurso concurren representantes de ambas guajiras.

Me sorprendió sobre manera el grado de profesionalización que tienen los uribeños. No es para menos, cuentan con la Universidad de la Guajira, cuya fundación se remonta ya a más de tres décadas y cuenta con núcleos en diferentes municipios del departamento que ha permitido el egreso de profesionales en distintas ramas del saber que apuntalan hoy el desarrollo de esta importante comunidad guajira.

Cabo de La Vela y el retorno

Después de dos días, partí con miembros de mi familia hacia El Cabo de la Vela, ubicado en el noreste del Caribe colombiano. Primero tuvimos que abastecernos con filtros y botellas de agua, porque nos esperaba una travesía de dos horas por un desierto en vehículo de doble tracción. Luego de completar ese lapso de tiempo llegamos al paradisíaco lugar sagrado para nosotros los wayuu: Jepirra.

Las aguas de las playas son impresionantes; parecen azules, verdes, como el cielo en contraste con el dorado de la arena y los peñascos abigarrados que circundan el mar. Cuando me bañaba podía ver mis pies en las aguas con la nitidez de un espejo. Me sentía en ese momento tan dichoso, como el primer ser creado por Dios en la tierra.

A pesar del aluvión de turista que frecuenta este lugar, todavía hay muchas limitaciones para el visitante; hay tramos de la inmensa red de caminos en mal estado, y el agua potable es muy escasa. Tampoco hay energía eléctrica, a pesar de encontrarse allí la infraestructura para desarrollar electricidad a través de la fuente eólica. Como el Parque Eolíco Jepirrachi, donde los monolitos de viento parecen robots de una escena de la Guerra de las Galaxias, prestos a invadir la sabana uribeña.

A lo largo de la playa hay rancherías donde se vende artesanía, y se ofrece la gastronomía guajira: el friche; fritura de vísceras de chivo, carnero asado con yuca, queso de cabras, y bebidas como ayajaushi, cojosu y chica de maíz, ujolu, que completan el banquete.

Al tercer día terminó mi excursión. Salí de El Cabo de la Vela justo con la ida del sol. Éste maravilloso paraje, que aún con la tarde a punto de fenecer todavía es capaz de mostrar belleza digna para una postal. Ésta tierra que siento tan mía, porque la península es una sola; es indivisible para un wayuu a pesar de la frontera que han impuesto por siglos ambos países. Y a medida que la abandonaba en la marcha lenta del vehículo que me llevaba de regreso no pude evitar un grito en mi silencio de resignación: “Volveré otro día”.

Al llegar de nuevo a Uribia, ya era de noche. En casa de mi tía se encontraba una pareja de amigos que pretendía ir más al norte de la península, pero como en las últimas horas se conocían alarmantes reportes de los estragos que hacía la lluvia en esa región en los últimos días, decidieron regresar para buscar opción a través de Venezuela (Cojoro) y así llegar sin trauma a sus destino. Me propusieron que los acompañara, claro, no lo pensé dos veces luego del percance que tuve que sortear para adquirir noventa pesos para el pasaje de venida.

A las 2 de la mañana después de saborear un café en totuma me despedí de mi tía y de otros familiares. Salimos en una camioneta tipo a todo terreno rumbo a Maicao. Aún con el sopor del sueño interrumpido, en el trayecto, las luces de los carros que se cruzaban con nosotros me desquiciaban los ojos. Entonces decidí cubrir mi rostro con un sombrero, vuelteao que había comprado en El Cabo para llevárselo como presente a una persona muy especial en Ciudad Ojeda. De esa manera volví a reanudad el sueño.

Al cabo de tres horas desperté por los bruscos movimientos que hacía la camioneta para evadir y salir de unos cráteres bien definidos a lo largo de la carretera a pesar de la oscuridad reinante. El reloj digital del tablero marcaba las 5:15 de la mañana, y así sin abrir bien los ojos, supe en el acto que me encontraba de nuevo en territorio de Venezuela.

Entre dictaduras y wikigobiernos

Por: Alejandro Tagliavini

Los
jóvenes de la ribera sur del Mediterráneo se han echado a la calle en pos de libertad. Cayeron Han Zine el Abidine Ben Ali, tras 23 años en el poder en Túnez y ahora refugiado en Arabia Saudí, y Mubarak, 30 años presidente de Egipto. En su informe anual 2010, Reporteros Sin Fronteras destaca la importancia de Internet como "espacio donde pedir cuentas a los poderosos" y denuncia que hay encarcelados, en el mundo, 116 internautas o blogueros y 150 periodistas tradicionales.

En Túnez la chispa fue Mohamed Bouazizi, que se quemó a lo bonzo por que la policía le impidió vender su fruta. Algo que deberían tener en cuenta los políticos, como el alcalde de Buenos Aires, que persigue a los vendedores callejeros. La ira se desparramó "a velocidad digital" vía internet. Ahora, es el turno de Gadafi quien ejecutará a los que "quieran subvertir el poder", frase que me recuerda a un político pidiendo la cabeza de Assange. "Cualquiera que viole la constitución será ejecutado", dijo un exacerbado amante del Estado de derecho... no, perdón, fue Gadafi.

El tirano libio se inició en 1956 con la crisis del canal de Suez inspirada por Nasser. En 1969, derrocó al rey Idris, tenía 27 años. Su ideología es el "socialismo islámico" volcado en su Libro Verde, escrito por "una mente brillante" según Chávez (lo mismo pensarán sus amigos Ortega, Correa, Kirchner y Evo). Destacado promotor del terrorismo: tuvo relaciones con el IRA y la OLP, fue acusado de participar en actos como la Matanza de Múnich, sembrar minas en el Mar Rojo, Lockerbie (1988, 270 muertos), Níger (1989, 170 muertos), etc. Y lo dijo: "para defender la dignidad de este país... emprenderé acciones terroristas".

Pero luego, visto que solo quedaba un poder hegemónico global, EEUU, comenzó a acercarse, y Occidente recibió a este terrorista confeso. En 2009, intercambió embajadores con EEUU, mientras que en 2007 Francia le proveyó armas por US$ 400 millones. Aterroriza a su país que malvive de sus reservas de gas y petróleo (cuya venta representa el 95% de las exportaciones, y el 25% de su PIB), donde uno de cada tres habitantes vive en la miseria.

Pero, después de todo, Túnez no consiguió algo mucho mejor, mientras que Mubarak fue sucedido por la misma dictadura militar que lo respaldaba, y Gadafi, probablemente, sea sucedido por algo parecido. Entretanto, alrededor del 15 de enero, Wikipedia cumplió 10 años, una verdadera "revolución", escrita por millones de personas "desconocidas", sin autoridad coactiva (armada), lo que potencia los talentos y capacidades a través del trabajo espontáneo y libre. Así, se convirtió en la enciclopedia más consultada y el quinto sitio más visitado en la web (77 mil millones de visitas al mes). Su concepto del desarrollo, basado en la natural libertad de la persona, conlleva una acertada idea de la seguridad: en lugar de poner obstáculos a la información insegura, facilita la posibilidad de corregir errores.

En resumen, las revoluciones son inútiles (y la violencia aún más inútil), solo mutan dictadores. Los únicos líderes valiosos, que tienen la suficiente sabiduría, son las personas. El mundo solo cambiará, con paciencia, trabajando desde abajo, como los Wikis (pedia, leaks, etc.), para que cada persona, cada día, pueda obviar más a los "líderes" y cooperar con sus congéneres y con el desarrollo tecnológico, como todas las cosas buenas de Dios, como aliado incondicional.

Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California

jueves, 24 de febrero de 2011

Concierto de mentiras

Por: Teodoro Petkoff

De las interpelaciones a los ministros, más allá del contenido de ellas, emerge una conclusión inescapable: el enorme abuso de poder y la manipulación mediática de todo ese proceso por parte del gobierno. Este es el único Parlamento del mundo donde el acceso a las barras está restringido sólo a los partidarios del gobierno. Ningún ciudadano común, que no forme parte del rebaño arreado al Parlamento para que aplauda a los suyos y pite a sus adversarios, puede entrar a la Asamblea Nacional. A los periodistas de todos los medios no gubernamentales se les tiene prohibida la presencia en el hemiciclo y la única fuente de información es la de la cámara del canal televisivo de la Asamblea, todavía en manos del PSUV, como si 40% del Parlamento no estuviera compuesto por diputados de oposición.

Luego, tenemos el formato de la interpelación misma. Mientras los ministros pueden hablar sin restricción alguna de tiempo, los diputados están apretados por el cilicio de un reglamento que limita sus intervenciones a unos pocos minutos, sin posibilidad alguna de debate sobre las afirmaciones de los ministros.

No hay tal interpelación porque no es posible discutir o rebatir lo que los funcionarios oficialistas aseveran.

El gobierno preparó un show con la nada oculta intención de repetir en coro la montaña de mentiras y falsedades que diaria y dominicalmente difunde el Amo, manteniendo el mismo estilo de monólogo, pero coral. Y aun así, el espíritu de Chacumbele, el que él mismito se mató, arropó todo el tiempo a los expositores y quienes tuvieron la paciencia de escucharlos pudieron apreciar por sí mismos desde las mentiras y fantasías que con el mayor desparpajo eran lanzadas sobre la audiencia, hasta la admisión de algunos fracasos tan evidentes por sí mismos que no tuvieron más remedio que admitirlos, tal el caso de la torta que el gobierno ha puesto en materia de (in)seguridad ciudadana. Oír a Loyo hablar de que la producción agrícola creció 44% daba risa, lo mismo que a José Khan asegurar que si el gobierno no hubiera comprado Sidor ésta estaría quebrada.

Seguramente Loyo se refería al crecimiento de la agricultura y la ganadería en aquellos países de donde importamos desde vacas hasta caraotas, porque la de aquí está documentada por los propios productores y lo que se registra es una caída en barrena, cuya contrapartida está dada por el crecimiento exponencial de las importaciones de alimentos.

Pero lo más divertido era escucharlos referirse continuamente al “proyecto de país” del cual se dicen promotores. ¿Proyecto de país? ¿Cuál, cuál proyecto de país tiene esa pandilla de charlatanes y su Amo? ¿Proyecto de país que arruina simultáneamente el aparato productivo privado y el público? ¿Proyecto de país que reduce el poder adquisitivo de sus ciudadanos con la inflación más alta del continente? ¿Proyecto de país que no crea empleo sino desempleo e informalidad? ¿Proyecto de país que no ha podido dotarnos de un sistema de seguridad social moderno, eficiente y justo? ¿Proyecto de país que gira en torno a un mandatario personalista, autoritario, autocrático y militarista, que no ha terminado de volver añicos la vida democrática gracias a la indomable resistencia de un pueblo que se niega a calárselo? Si eso es un “proyecto de país”, mejor es no tener nada.

miércoles, 23 de febrero de 2011

La luz viene de Oriente

Por: Antonio Cova Maduro

Justo
cuando cientos de miles de egipcios celebraban en la ahora llamada Plaza de la Liberación una semana de haber echado a Mubarak, las balas y los muertos resonaban por el Medio Oriente. Nadie más criminal y más amenazante que el coronel Gadafi, refugiado en la capital, Trípoli, mientras las valientes protestas se extendían por el resto del país.

La caricatura de sí mismo que es Gadafi (el mismo que disfruta instalando tiendas del desierto en las afueras de los hoteles 5 estrellas a los que de vez en cuando honra -¿o deshonra?- con su visita), amenazó con "aplastar a sus opositores", con lo que parece no comprender que ya sonó la hora de regímenes como el suyo.

El pasado sábado, la BBC y otros canales internacionales reseñaban los muertos que ese oprobioso régimen se ha cargado ya, mientras el canciller británico, Hague, expresaba su profunda repugnancia por las horrendas noticias que desde allí llegaban. Los muertos, su sangre derramada, parece que no harán otra cosa que cavar más profundo el foso que lo separa de su pueblo, antes de ser arrojado a él. 42 años de opresiva dictadura rápido se acercan a su fin.

Mientras eso sucedía, la familia suní que domina todo el entramado del Gobierno de Bahrein -sin tomar en consideración las demandas de la mayoritaria población chiíta- lucía como la candidata a seguir de inmediato la suerte del tunecino Ben Alí y del anciano Mubarak. Una vez más, la población parece decidida a no cejar en su empeño en derrumbar ya a los regímenes que por tantos años soportaron.

Con más rapidez de la que podíamos imaginar está apareciendo un patrón muy claro en el huracán que sacude al Medio Oriente: las novísimas tecnologías de la comunicación, -que ya es claro escapan a la característica brutalidad dictatorial con los medios tradicionales-, no solamente expanden la verdad de lo que pasa en esa sociedad con asombrosa velocidad, sino que son utilizadas para convocar a miles de descontentos para hacer sentir su ira y su malestar.

Sabiendo que ya no tiene sentido controlar la enmudecida prensa, ni utilizar los desacreditados medios audiovisuales que el régimen controla, el aparato de seguridad de esos regímenes saca a la calle las fuerzas del orden, lo cual es la mejor receta para provocar una confrontación que, lo más probable -y lo que ha acontecido- es que termine con sangre derramada. En el mundo musulmán, sin embargo, esa sangre de inmediato es bautizada como sangre de mártires.

La sangre de mártires, entonces, de inmediato se transforma en el más seguro combustible para que arrecien las protestas, que lo primero que hacen es paralizar la vida normal de cada una de las sociedades que han iniciado la lucha.

Cuando la vida normal se paraliza, lo único en lo que piensan todos es en cómo continuar la lucha, cómo enfrentar al régimen, cómo incorporar a más gente en la lucha que ahora arrecia. Todo ello provee a quienes protestan, contrariamente a lo que piensan los regímenes bajo asedio, de la idea fija que "el fin del régimen" se acerca veloz, si solamente ellos acrecientan la presión. Es eso y no otra cosa lo que se dio en Túnez, luego en Egipto y ahora en Bahrein. Está comenzando a darse en la Libia de Gadafi.

Esos regímenes, entonces, acarician la ilusión de que si logran sacar a la calle a los beneficiados de su gestión podrían detener el río crecido que se les viene encima. Eso lo hicieron en Egipto, lo ensayan todos los días en Yemen, lo han realizado en Trípoli y de modo amenazante en las ciudades iraníes.

Regímenes policíacos como son, no logran entender que el vigor, la ira y, por lo tanto, la iniciativa está entre los que le adversan y que ya asumieron obsesivamente el propósito que al comienzo era un ensayo no muy esperanzador. Para los desafiantes opositores es un ahora o nunca y por ese objetivo ya no ven balas ni golpizas. Sienten que están en el carro de la historia y a ése no hay quien lo pare.

Mientras eso sucede en la convulsionada calle todos los días, en los corredores del poder el pánico se convierte en el peor consejero y las luchas intestinas que los jugosos beneficios mantuvieron sosegadas entre los "aprovechados" ahora brotan salvajes. Eso sella el fin del régimen.

Sin la calle -o mejor, con la calle en contra- y su tejido protector deshecho, la senil dictadura comienza a derrumbarse y los ahora dueños de la calle lo sienten. De pronto mil voces resuenan desde mil rostros felices. La pesadilla ha terminado y todas las energías se vuelcan a construir la democracia.

lunes, 21 de febrero de 2011

La tarjeta única

Por: Gonzalo González

Entre las decisiones a tomar por la MUD esta la de adoptar o desechar la propuesta de algunos de cobijar a sus candidatos bajo una tarjeta única en el tarjetón electoral en los venideros comicios a efectuarse en el año 2012.

Hay confusión y desconocimiento respecto de las consecuencias políticas, legales y prácticas de acoger ese camino en quienes la asumen de buena fe creyendo que su adopción potenciara el resultado electoral de la oposición. Mero cálculo en quienes lo proponen desde una clara intención non santa, aquí se incluyen los que buscan no contarse y los sectores residuales de la antipolítica quienes insisten borbonicamente en desconocer el rol clave de los partidos en la política como actividad.

¿Esta determinado en alguna investigación científica que el resultado del 26S hubiese sido mas favorable para la plataforma presentada por la MUD si se hubiese concurrido al proceso bajo el paraguas de la tarjeta única?. Me temo que no existe, por lo menos no se menciona públicamente como respaldo a la propuesta. Mas bien pareciera tratarse de la prelación de intereses particulares en algunos casos y en otros de una cierta lógica mas cercana al 2+2 son siempre igual a 4 cosa que en política no opera siempre de esa manera. Los argumentos a favor de la tarjeta única son: facilita el voto al concentrarlo, permite a quienes no quieran votar por partidos hacerlo por una tarjeta no alineada partidistamente, optimiza la campaña de propaganda al concentrar los recursos, simplificaría el mensaje: nuestro Color contra el Rojo.

Es conveniente a estas alturas recordar que no vamos ni a un Plebiscito ni a un Referéndum, procesos en los cuales se vota si o no y se utilizan 2 tarjetas: la afirmativa y la negativa. Vamos a una elección de cargos ejecutivos y legislativos, a elegir personas. Procesos en los cuales la legislación vigente prescribe que quienes pueden postular son los partidos y los grupos de electores que hayan cumplido con los requisitos para contar con la correspondiente Personería Jurídica, la ley reconoce el derecho a postularse por iniciativa propia, pero los requisito a cumplir son de tal envergadura que el reconocimiento de ese derecho es en la práctica un saludo a la bandera.

Los venezolanos no importa el grado de cultura o instrucción estamos habituados a votar con tarjetones llenos de diferentes tarjetas y sabemos buscar la de nuestra preferencia o la que nos disgusta menos si se trata de ejercer un voto castigo. Es cierto que una tarjeta única puede simplificar la propaganda y optimizar los recursos siempre escasos, pero el asunto no es tan sencillo como eso, no se puede ignorar la pluralidad existente en el mundo democrático e ignorarlo puede resultar mas costoso. Lo recomendable es que la campaña y su propaganda adopten una consigna paraguas acatada por todos y no como ocurrió en la parlamentaria, y además todas las tarjetas tengan la misma consigna y similar foto del candidato. La venidera confrontación electoral no puede resumirse en una competencia de colores entre el rojo y quién sabe cual color escogería la oposición, la realidad es algo mas compleja de hecho “Yugo” parece haber desistido, al menos por ahora, de la idea del partido único y por tanto busca reflotar el “Polo Patriótico” para dar imagen de amplitud y pluralismo en el campo del chavismo. La selección de los símbolos y el color de una tarjeta única supone para la coalición democrática y los partidos una nueva complicación a las ya existentes sin que su supuesto rédito valga la pena o este comprobado.

La ausencia de los partidos del tarjetón o los tarjetones es una concesión y un retroceso innecesario en el camino hacia la derrota del régimen y la construcción de un sistema político democrático. Ambos objetivos requieren entre otras cosas de la existencia de organizaciones políticas fuertes, sólidas e implantadas en la geografía nacional. Las elecciones son el momento cumbre de los partidos políticos, la cita estelar en la cual los partidos ejercen su rol fundamental cual es la mediación entre el Estado y los ciudadanos, en este caso en la postulación de los candidatos a ejercer los cargos en los distintos niveles del Poder Público y no es pertinente en el caso venezolano argumentar la peculiaridad de la coyuntura para excluirlos de su rol por excelencia.

La situación lo que demanda es la unidad de las fuerzas democráticas, candidatos comunes a Presidente, gobernadores, alcaldes y demás cargos a elegir, reglas claras de selección y un manejo adecuado de los tiempos para escogerlos.

viernes, 18 de febrero de 2011

Raciona-miento

Por: Laureano Márquez

Parece
que van a racionar la gasolina. Conociendo el inverosímil funcionamiento del país de Jauja, no hay que ser Nostradamus para vaticinar lo que nos sobreviene. Así serán los primeros 10 días de racionamiento:

DÍA UNO:
* Comienza el racionamiento.

Venden medio tanque de gasolina a cada usuario. Un funcionario estará encargado de chequear el tablero de los vehículos y llevar el control.


DÍA DOS:
* Comienzan a aparecer en las colas de las estaciones de servicio unos tipos que te ofrecen alterar el flotante del tanque de gasolina para que marque ¾ de tanque como si fuera la mitad.


DÍA TRES:
* Mejora repentinamente el negocio de la importación de envases de plástico para el combustible. Algunos piden dólares a CADIVI para su importación.


DÍA CUATRO:
* Aparecen los primeros buhoneros en las calles que te llenan el tanque de gasolina con el 1.000 % de sobreprecio mientras estás en la cola, sin hacer fila ni tener que estacionarte.


DÍA CINCO:
* El funcionario que lleva el control de la estación de servicio cambia de carro.


DÍA SEIS:
* El que te conté anuncia que es todo un éxito el plan de racionamiento del combustible.

Simultáneamente anuncia un plan masivo de importación de bicicletas de China.


DÍA SIETE:
* Primer accidente por mal manejo de la gasolina en envases plásticos. Los bomberos no pueden intervenir porque los camiones están sin combustible.


DÍA OCHO:
* Los buhoneros se organizan y aparecen las primeras estaciones de servicio clandestinas. Mientras estás en la cola te lavan el carro y te venden chucherías.


DÍA NUEVE:
* Se reduce el suministro sólo a ¼ de tanque, porque ahora que está racionada, la gasolina se vende más y se acaba más rápido en las estaciones de servicio.


DÍA DIEZ:
* Ya no hay gasolina casi en ninguna parte. Sólo queda el mercado negro y comienzan a aparecer las bicitaxis. El gobierno anuncia el éxito total del plan en un Aló Presidente en el que todos aplauden, muy sudorosos, porque los que fueron obligados a ir para hacer bulto se tuvieron que ir a pie, en peregrinación.

El gabinete Disney

Por: Carlos Fernández Cuesta

A través de la sabiduría universal intentaremos acercarnos a los conceptos de verdad y mentira contrastados sobre la realidad venezolana surgidos de las interpelaciones realizadas al gabinete Disney escenificadas por los estelares actores del actual gobierno venezolano; veamos:

"Las grandes masas sucumbirán más fácilmente a una gran mentira que a una pequeña". Hitler a Jaua.

"La mentira es la forma más simple de autodefensa". Susan Sonntag, tal vez, aconsejando al gobierno.

"Alabanza propia, mentira clara". Refrán.

"La mentira no puede ser sometida a consenso". El bloque democrático en la AN al canciller Maduro.

"La peor verdad sólo cuesta un gran disgusto. La mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños y al final, un disgusto grande. Por mucho que la mentira avance, la verdad la alcanza un día." Jacinto Benavente al gabinete Disney.

"Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga". Denis Diderot al presidente Chávez.

"Es tan difícil decir la verdad como ocultarla". Baltasar Gracián al ministro del Poder Popular para Engañar en Interiores.

"La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio". Cicerón a la ministra María Cristina Iglesias.

"Cuando en presente desconfiamos es en futuro darle espacio a la verdad". Dicho popular a los todavía no desengañados seguidores de la mal llamada revolución.

"La verdad jamás daña a una causa que se dice justa". Gandhi al elenco ministerial.

"La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua". Cervantes a la ministra de Salud sobre las afirmaciones en que aseguró que el sistema de la salud está creciendo hacia un sistema público gratuito y eficiente.

"El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad". Aristóteles a Aristóbulo.

"Si la verdad falta a su voz, la palabra, como un vano cohete, caerá apagada a tierra, en el silencio de la noche". José Martí a los felicitadores oficialistas.

"La primera pequeña mentira que se contó en nombre de la verdad, la primera pequeña injusticia que se cometió en nombre de la justicia, la primera minúscula inmoralidad en nombre de la moral, siempre significarán el seguro camino del fin". Lo que Václav Havel les dirigiría a los ministros y a la propia neodictadura del actual régimen venezolano.

"En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario". George Orwell expresándole lo que juzgaría justo a la fracción democrática en la AN en ocasión del papel que viene cumpliendo en las interpelaciones.

"La verdad duele, la mentira mata". El diputado Marquina a la directiva de la AN.

"Una mentira nunca vive para llegar a vieja". Sófocles al líder de la `revolución’.

"El que dice una mentira no se da cuenta del trabajo que emprende, pues tiene que inventar otras mil para sostener la primera". Alexander Pope al ministro Izarra.

"El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla". La manera en que Isabel Allende emplazaría a El Aissami ante el desafío del ministro que sus cifras estadísticas no pretenden ocultar la verdad sobre el problema de la seguridad en el país.

"Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio". Serrat.

"Si uno dice la verdad, puede estar seguro de que tarde o temprano será descubierto". Oscar Wilde.

"No me arredran las lanzas, la mentira me asquea, lucho hasta la locura por las cosas que creo". Lichtenberg parodiando al bloque de diputados demócratas en la AN.

Los candidatos

Por: Ángel Lombardi

El gobierno ya tiene candidato, autoproclamado y que aspira a sucederse. Ya empezó la trasmutación del candidato oficialista de lobo en cordero y el incremento sustantivo del gasto público clientelar.

En la oposición se está comenzando el proceso de selección a través del mecanismo de las primarias, con fecha aún a determinar, aunque creemos que lo recomendable sería hacer la selección para septiembre 2011.

Eso daría tiempo a reagrupar y extender la alianza opositora a todos los sectores en una propuesta de gran alianza nacional, democrática y progresista, plural e inclusiva. Unidad, candidato y programa es la tarea política para la oposición y para quienes de una u otra manera piensan en la inconveniencia de que el actual Presidente, por su fracaso gubernamental, continúe en la presidencia más allá del 2012.

El empeño es construir una alternativa democrática, mayoritaria, con posibilidades ciertas de triunfo y de gobernabilidad. En este proceso complejo y difícil la dinámica principal gira en torno al candidato a seleccionar y aunque la mesa de la unidad democrática ha establecido una metodología, mucho va a depender de la sociedad civil y las organizaciones partidistas y lógicamente de los propios candidatos que este proceso sea lo menos traumático posible y exitoso en cuanto a unir y sumar voluntades.

En una primera aproximación lucen como precandidatos por el bloque social-demócrata (AD y Un Nuevo Tiempo) Antonio Ledezma, Pablo Pérez y el propio Manuel Rosales sin descartar a otros. Primero Justicia aparentemente va a presentar a Henrique Capriles Radonski. El bloque social-cristiano tiene su propia lista y personalidades independientes no ocultan sus aspiraciones presidenciales.

El bloque de izquierda de oposición (MAS, Causa R, Podemos, Bandera Roja y eventualmente el PPT y otros) podrían presentar a Henri Falcón. La tarea luce complicada por el gran número de aspirantes y por los múltiples intereses que allí se mueven, pero es una tarea inevitable y necesaria y hay que terminar haciéndola de manera exitosa teniendo como norte el bien común y los superiores intereses nacionales.

Un método sano y complementario a las primarias de la Mesa de la Unidad sería un estudio serio de opinión pública, para que los electores y particularmente los jóvenes vayan definiendo el perfil del candidato y eventual presidente, en función de una alternativa y transición democrática que reconcilie al país y reimpulse un proyecto de desarrollo en función de las realidades y exigencias del siglo XXI

martes, 15 de febrero de 2011

Desafío histórico

Por: Gonzalo González

En Venezuela
estamos en presencia de una confrontación fundamental cuyo resultado seguramente delineara el devenir de la nación por muchos años: el pulso entre tiranía y ruina moral y material por un lado y libertad y prosperidad por el otro. No otra cosa se ha estado jugando el país en estos largos doce años de chavismo.

El movimiento democrático esta colocado ante la exigencia histórica de torcerle la mano al régimen y desalojarlo del poder en el año 2012. Para que ello sea posible su dirección política - la MUD- debe posicionarse adecuadamente: convertir el movimiento democrático en nacional, fortalecer y ampliar la unidad de los diferentes factores opuestos al gobierno (lo ocurrido en Egipto y Túnez demuestra el valor de la unidad), combinar de manera acertada la lucha social y política con la electoral, elaborar un proyecto y un discurso que recoja las inquietudes y esperanzas del pueblo, cada día mas consciente de la necesidad de un cambio. En materia electoral tiene un conjunto de temas a resolver, pronto y bien. El panorama es complicado puesto que, hasta nuevo aviso y no puede descartarse cualquier maniobra del régimen, estamos ante unas mega-elecciones: Presidente, gobernadores, alcaldes, consejos legislativos y concejos metropolitanos serán votados en ese año. Proceso de selección de candidatos en el cual debe por conveniencia política y práctica acudirse al consenso o el acuerdo o las primarias. Menú de opciones que demostró su utilidad en el pasado proceso de escogencia, en este particular no debe sacralizarse ningún método, en la combinación de ellos esta el éxito.

Resuelto por consenso seleccionar en primarias el candidato presidencial de la unidad esta por acordarse para cuando se convocan las mismas. El manejo del “tempo” es una variable mas que importante. Lo conveniente es hacerlas en el último trimestre de este año a mas tardar en diciembre. Amanecer el 2012 con candidato presidencial ya designado comporta ventajas importantes: tiempo suficiente para promocionarlo, para que recorra intensamente la geografía nacional, para ensamblar sus equipos de campaña, para posicionar con claridad su figura, su proyecto, su discurso y sus mensajes, para curar las heridas que toda confrontación interna provoca, para construir alianzas con sectores descontentos con el régimen pero no pertenecientes todavía al frente opositor. En fin para convencer al país nacional de que la continuidad de Chávez en el poder es contraria a los intereses de todos por igual, excepto los de la camarilla que lo acompaña. Hay mas razones a argumentar pero las glosadas me lucen suficientes. Debe evitarse la proliferación de precandidatos, no es el momento de las aspiraciones es el de subordinar los intereses parciales a los generales.

La propuesta de una segunda vuelta para seleccionar candidatos, con todo respeto, es una majadería, una innecesaria y costosa complicación que no añade ningún valor al proceso. La legitimidad de los candidatos no proviene de obtener la mayoría absoluta en su escogencia sino del hecho de serlo por el conglomerado opositor.

La propuesta de la tarjeta única a primera vista puede resultar atractiva pero cuando se analiza la misma con rigor, muestra rápidamente las costuras, sus consecuencias negativas exceden de largo las supuestas positivas esgrimidas por sus proponentes. Mencionemos solo una: la desaparición de los partidos del tarjetón electoral es un retroceso en el camino a construir un sistema democrático, legalmente las organizaciones políticas perderían su personería jurídica y ellas mismas se colocarían al margen de la ley, menudo favor se le estaría haciendo a las intenciones totalitarias de “Yugo”. Ha costado mucho reconstruir algunas y crear nuevas para por no se sabe cuales intereses, algunos nada altruistas inducirlas al suicidio legal. Lo importante es contar con candidatos únicos, de hecho el oficialismo decidió reflotar “El Polo Patriótico debido a que parece haber entendido que el pluralismo no puede ser borrado por decreto.

Hay candidatos que por su gestión, por la fuerza de sus organizaciones en la región o municipio respectivo, por ser símbolos de la resistencia civil, por el apoyo de que gozan en la ciudadanía deben ser consensuados y no sometidos a la confrontación que en la inmensa mayoría de los casos resultara inútil, no debe repetirse lo ocurrido en Maracaibo solo por complacer el deseo de un partido.

La MUD y los partidos esta en la obligación de tomar las decisiones mas acordes con el objetivo supremo, epocal e histórico de derrotar al régimen, revertir la senda totalitaria por la se encamina la nación e instaurar la democracia.

domingo, 13 de febrero de 2011

La libertad y los árabes

Por: Mario Vargas Llosa

El movimiento popular que ha sacudido a países como Túnez, Egipto, Yemen y cuyas réplicas han llegado hasta Argelia, Marruecos y Jordania es el más rotundo desmentido a quienes, como Thomas Carlyle, creen que "la historia del mundo es la biografía de los grandes hombres". Ningún caudillo, grupo o partido político puede atribuirse ese sísmico levantamiento social que ha decapitado ya la satrapía tunecina de Ben Ali y la egipcia de Hosni Mubarak, tiene al borde del desplome a la yemenita de Ali Abdalá Saleh y provoca escalofríos en los gobiernos de los países donde la onda convulsiva ha llegado más débilmente como en Siria, Jordania, Argelia, Marruecos y Arabia Saudí.

Es obvio que nadie podía prever lo que ha ocurrido en las sociedades autoritarias árabes y que el mundo entero y, en especial, los analistas, la prensa, las cancillerías y think tanks políticos occidentales se han visto tan sorprendidos por la explosión socio-política árabe como lo estuvieron con la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética y sus satélites. No es arbitrario acercar ambos acontecimientos: los dos tienen una trascendencia semejante para las respectivas regiones y lanzan precipitaciones y secuelas políticas para el resto del mundo. ¿Qué mejor prueba que la historia no está escrita y que ella puede tomar de pronto direcciones imprevistas que escapan a todas las teorías que pretenden sujetarla dentro de cauces lógicos?

Dicho esto, no es imposible discernir alguna racionalidad en ese contagioso movimiento de protesta que se inicia, como en una historia fantástica, con la inmolación por el fuego de un pobre y desesperado tunecino de provincia llamado Mohamed Bouazizi y con la rapidez del fuego se extiende por todo el Oriente Próximo. Los países donde ello ha ocurrido padecían dictaduras de decenas de años, corruptas hasta el tuétano, cuyos gobernantes, parientes cercanos y clientelas oligárquicas habían acumulado inmensas fortunas, bien seguras en el extranjero, mientras la pobreza y el desempleo, así como la falta de educación y salud, mantenían a enormes sectores de la población en niveles de mera subsistencia y a veces en la hambruna. La corrupción generalizada y un sistema de favoritismo y privilegio cerraban a la mayoría de la población todos los canales de ascenso económico y social.

Ahora bien, este estado de cosas, que ha sido el de innumerables países a lo largo de la historia, jamás hubiera provocado el alzamiento sin un hecho determinante de los tiempos modernos: la globalización. La revolución de la información ha ido agujereando por doquier los rígidos sistemas de censura que las satrapías árabes habían instalado a fin de tener a los pueblos que explotaban y saqueaban en la ignorancia y el oscurantismo tradicionales. Pero ahora es muy difícil, casi imposible, para un gobierno someter a la sociedad entera a las tinieblas mediáticas a fin de manipularla y engañarla como antaño. La telefonía móvil, el internet, los blogs, el Facebook, el Twitter, las cadenas internacionales de televisión y demás resortes de la tecnología audiovisual han llevado a todos los rincones del mundo la realidad de nuestro tiempo y forzado unas comparaciones que, por supuesto, han mostrado a las masas árabes el anacronismo y barbarie de los regímenes que padecían y la distancia que los separa de los países modernos. Y esos mismos instrumentos de la nueva tecnología han permitido que los manifestantes coordinaran acciones y pudieran introducir cierto orden en lo que en un primer momento pudo parecer una caótica explosión de descontento anárquico. No ha sido así. Uno de los rasgos más sorprendentes de la rebeldía árabe han sido los esfuerzos de los manifestantes por atajar el vandalismo y salir al frente, como en Egipto, de los matones enviados por el régimen a cometer tropelías para desprestigiar el alzamiento e intimidar a la prensa.

La lentitud (para no decir la cobardía) con que los países occidentales -sobre todo los de Europa- han reaccionado, vacilando primero ante lo que ocurría y luego con vacuas declaraciones de buenas intenciones a favor de una solución negociada del conflicto, en vez de apoyar a los rebeldes, tiene que haber causado terrible decepción a los millones de manifestantes que se lanzaron a las calles en los países árabes pidiendo "libertad" y "democracia" y descubrieron que los países libres los miraban con recelo y a veces pánico. Y comprobar, entre otras cosas, que los partidos políticos de Mubarak y Ben Ali ¡eran miembros activos de la Internacional Socialista! Vaya manera de promocionar la social democracia y los derechos humanos en el Oriente Próximo.

La equivocación garrafal de Occidente ha sido ver en el movimiento emancipador de los árabes un caballo de Troya gracias al cual el integrismo islámico podía apoderarse de toda la región y el modelo iraní -una satrapía de fanáticos religiosos- se extendería por todo el Oriente Próximo. La verdad es que el estallido popular no estuvo dirigido por los integristas y que, hasta ahora al menos, éstos no lideran el movimiento emancipador ni pretenden hacerlo. Ellos parecen mucho más conscientes que las cancillerías occidentales de que lo que moviliza a los jóvenes de ambos sexos tunecinos, egipcios, yemenitas y los demás no son la sharia y el deseo de que unos clérigos fanáticos vengan a reemplazar a los dictadorzuelos cleptómanos de los que quieren sacudirse. Habría que ser ciegos o muy prejuiciados para no advertir que el motor secreto de este movimiento es un instinto de libertad y de modernización.

Desde luego que no sabemos aún la deriva que tomará esta rebelión y, por supuesto, no se puede descartar que, en la confusión que todavía prevalece, el integrismo o el Ejército traten de sacar partido. Pero, lo que sí sabemos es que, en su origen y primer desarrollo, este movimiento ha sido civil, no religioso, y claramente inspirado en ideales democráticos de libertad política, libertad de prensa, elecciones libres, lucha contra la corrupción, justicia social, oportunidades para trabajar y mejorar. El Occidente liberal y democrático debería celebrar este hecho como una extraordinaria confirmación de la vigencia universal de los valores que representa la cultura de la libertad y volcar todo su apoyo hacia los pueblos árabes en este momento de su lucha contra los tiranos. No sólo sería un acto de justicia sino también una manera de asegurar la amistad y la colaboración con un futuro Oriente Próximo libre y democrático.

Porque ésta es ahora una posibilidad real. Hasta antes de esta rebelión popular a muchos nos parecía difícil. Lo ocurrido en Irán, y, en cierta forma, en Irak, justificaba cierto pesimismo respecto a la opción democrática en el mundo árabe. Pero lo ocurrido estas últimas semanas debería haber barrido esas reticencias y temores, inspirados en prejuicios culturales y racistas. La libertad no es un valor que sólo los países cultos y evolucionados aprecian en todo lo que significa. Masas desinformadas, discriminadas y explotadas pueden también, por caminos tortuosos a menudo, descubrir que la libertad no es un ente retórico desprovisto de sustancia, sino una llave maestra muy concreta para salir del horror, un instrumento para construir una sociedad donde hombres y mujeres puedan vivir sin miedo, dentro de la legalidad y con oportunidades de progreso. Ha ocurrido en el Asia, en América Latina, en los países que vivieron sometidos a la férula de la Unión Soviética. Y ahora -por fin- está empezando a ocurrir también en los países árabes con una fuerza y heroísmo extraordinarios. Nuestra obligación es mostrarles nuestra solidaridad activa, porque la transformación de Oriente Próximo en una tierra de libertad no sólo beneficiará a millones de árabes sino al mundo entero en general (incluido, por supuesto, Israel, aunque el Gobierno extremista de Netanyahu sea incapaz de entenderlo).

Tomado de El País

sábado, 12 de febrero de 2011

El Islam y la democracia

Por: Pompeyo Márquez

Con motivo de los trascendentales acontecimientos que se viven en el Norte de África, en Egipto, Túnez, Argelia, con determinadas repercusiones en el Medio Oriente, viene a mi memoria una obra llena de enseñanzas de todo tipo, me refiero al libro titulado Reconciliación, la biografía de Benazir Bhutto como ensayo póstumo, la ex primer ministro de Paquistán, asesinada cuando lucía con la mayor tendencia a asumir de nuevo ese cargo.

El Islam, la democracia y el mundo occidental. Estaba de "moda" la posibilidad de choques de civilizaciones (Hungton, Saddam Hussein). Bhutto enfrenta corajudamente tales especulaciones y levanta la idea de la existencia de corrientes democráticas en el Islam, entre los musulmanes de las cuales ella era una conspicua representante.

El párrafo siguiente resume su pensamiento: "Si la comunidad mundial ha de prevenir un choque de civilizaciones el camino debe ser promover los ladrillos de la democracia en el mundo islámico. Una fórmula para la paz es que las naciones democráticas promuevan elecciones democráticas y gobiernos democráticos allí.

Las naciones islámicas deben recibir ayuda para crear y sostener una infraestructura democrática; en el fortalecimiento de las elecciones democráticas y la gobernabilidad con el apoyo y el entrenamiento de los partidos políticos; colaborando en la creación, operación y el financiamiento de organizaciones gubernamentales de beneficencia y derechos humanos; animando, apoyando y protegiendo la prensa libre; colaborando en las reformas parlamentarias y constitucionales; ayudando a proteger un sistema judicial independiente y autónomo de la manipulación política; y no recompensando a las dictaduras militares, sino ayudando a equipar ejércitos que acepten la soberanía de una autoridad constitucional" (p. 280).

Y esta frase categórica respecto al tema que nos ocupa: "la democracia es un valor universal que es deseado universalmente" (p. 277). Se refiere a la pobreza, al analfabetismo, al atraso de esos países islámicos.

Otro tema central, además de la democracia, es la reconciliación. Son páginas notables dedicadas a él. A la tolerancia. Es básica esa actitud. Cita al Corán: "Para ti, tu religión; para mí, la mía" (p. 296). Se enfrenta a los fanatismos, a los odios. Sus llamamientos a la reconciliación constituyen toda una plataforma política.

Son experiencias vividas por la autora, como gobernante, en la oposición, en el exterior, especialmente en Estados Unidos.

En la lucha contra la pobreza propugna la creación de una clase media que vendría a ser un soporte fundamental de la democracia. Una democracia con desarrollo y al producirse éste se genera una clase media inevitablemente. Las experiencias actuales en China, India, y Vietnam ratifican estas predicciones.

Estas ideas de Benazir Bhutto son de actualidad para todo el mundo islámico. Cuando emergen las luchas de los pueblos árabes contra las tiranías, autocracias, que desgobiernan a sus países durante décadas. Todo indica que el futuro será la democracia con las modalidades que la historia y la cultura de esos pueblos impondrán.

Sería absurdo pedirles democracia a lo occidental. Pero hay principios básicos, entre ellos las elecciones libres, la separación de poderes, la alternabilidad, que marcarán los rumbos. Y la lucha contra la pobreza deberá estar en el centro de las luchas sociales.

viernes, 11 de febrero de 2011

Los lentes de Gladis Timaure

Por: Marcelo Morán

Gladis Timaure nació en Mene Grande el 01 de abril de 1957. A muy temprana edad se hizo costurera. En plena adolescencia se casa y fija residencia en Caracas, precisamente donde adquiere su primera máquina de coser, aunque ella recuerda la marca con tanta fidelidad, no queda sobre el arco ningún rasgo que certifique su nombre, pues se ha perdido en más de tres décadas de uso. Así lo percibí un día de enero en que tuve la dicha de visitarla.

Al entrar en su pequeño taller lo primero que se divisa es la inseparable zurcidora eléctrica. Hay una Biblia abierta; Gladis es cristiana evangélica. Arriba en la pared, hay cuadros que recuerdan la infancia de sus cuatro hijos, también hay un póster a color de un perro pastor alemán. Un ventilador de pie ayuda a refrescar el cuarto lanzando ráfagas de aire por todos los ángulos y atenúa también el traquetear de la máquina. Su hija, la pequeña Saraí de once años, hace en un cuaderno algunas de sus tareas sin descuidar el hilo escandaloso de una comiquita en la TV.

Antes de comenzar la sesión de costura, Gladis examina su equipo con la disposición de un mecánico automotriz; levanta el arco para revisar si todo ésta en orden. Si el carreto tiene suficiente hilo y si la aguja del arco se encuentra traspasada, y otros detalles que ameritan un escrupuloso escrutinio. Una vez terminada su evaluación pisa el acelerador y empieza el trabajo para la aguja fija que ella tendrá que llevar con el pulso de un cirujano por un trayecto recto u curvo, según lo requiera el diseño que se aprestará a zurcir, como si la guiara una línea invisible.

Ella cose ropa para damas y caballeros, y también cuando se lo exigen puede diseñar hasta mantas guajiras.

Gladis usa unos lentes para su presbicia adquiridos en esas campañas que empezó el gobierno nacional hace ya unos cuantos años con la estridencia de una carrera de corceles y ha terminado en días recientes en trote extenuados de burros. A partir del año 2004 mi situación económica empeoró a niveles intolerables por ser uno de los despedidos de PDVSA tras la huelga de 2002. No encontraba un trabajo estable debido a mi condición de vetado junto a otros veintitrés mil por mandato del gobierno nacional.

Los lentes que yo usaba y había comprado el año anterior con el equivalente de una quincena de trabajo los dejé olvidados en un borde del motor de mi carro tras hacer la revisión de rutina, y cuando traté de cerrar la capota después de encontrar todo sin contratiempo, los trituré, quedando sólo las patitas como recuerdo. De modo que estuve varios meses escribiendo mi libro Viaje a Santa Cruz de Wuinpumuin con todo tipo de complicaciones: un momento amanecía con los ojos irritados, otras veces me levantaba con terribles dolores de cabeza como si hubiera bebido en una parranda de un mes, hasta que un día, mi buena vecina Gladis averiguó las razones de mis quebrantos, y fue entonces cuando decidió compartir conmigo el milagro de sus lentes con los cuales logré escribir los veinte capítulos restantes; condensados en más de 140 formatos Word y más de 300 mil caracteres.

En 2007 al fin pude ponerme en otros, pero de baja calidad, de esos que se consiguen en puestos de buhoneros y que ayudan parcialmente a salir del paso, como dice el dicho popular, y con los que logré completar la última silaba del extenso relato.

Después de cuatro años, ésta buena samaritana que un día me prestó sus ojos para hacer realidad una vieja aspiración y que es merecedora hoy de mi respeto y mi gratitud eterna, aún conserva aquellos maravillosos lentes con los que continúa cosiendo; plasmando en cada trozo de tela que cae en sus manos el más hermoso motivo para seguir llevando a sus hijos adelante con la promesa en un mejor mañana.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Candidato pa’ este mismo año

Por: Teodoro Petkoff

Ya el tema del candidato unitario para enfrentar a Hugo Chávez en 2012 ha sido colocado sobre el tapete. Alguna gente considera que es demasiado temprano y hay quien llega al disparate de proponer que esa selección se haga a mediados del año próximo. Por el contrario, lo que parece ser una mayoría del país político piensa que esa incógnita debe ser despejada cuanto antes.

Compartimos esta visión. A Chávez no se le puede dejar correr demasiado tiempo solo y el país necesita una figura concreta, de carne y hueso, que pueda materializar el cada vez más amplio y profundo anhelo de voltear la página de esta pesadilla.

Por ahora hay una muy buena noticia y es que en la MUD el tema está presente y prácticamente está fuera de discusión el método para seleccionar el candidato unitario: primarias. Es además, lo que la gente quiere. Sobre eso no parece existir discrepancias de fondo. De modo que de la profusión de candidatos no hay que preocuparse.

El pueblo elegirá entre ellos el que mejor se ajuste a las aspiraciones y expectativas de la mayoría. Claro, pensamos que algunos criterios para participar en esa carrera deberían ser establecidos, de modo que las primarias no se transformen en un relajo, en las cuales se pueda postular cualquiera que diga "quiero ser candidato", así no tenga significación o respaldo alguno.
La segunda buena noticia es que la MUD está trabajando ya en la elaboración del reglamento que debe regir el evento, para que ninguno de sus aspectos quede sometido a la discrecionalidad o interpretación particular de nadie sino que cualquier contingencia tenga respuesta en las previsiones del reglamento.

Lo que todavía está en proceso de discusión es la fecha para las primarias. En este diario proponemos, sin tirarnos en el piso por ello sino como mero motivo de discusión, una fecha para el cuarto trimestre de este año 2011, preferiblemente en octubre, de modo tal que ya desde noviembre en adelante el candidato esté elegido y dando sus primeros pasos en el largo camino que tendrá por delante. El argumento que se esgrime de que eso le dará más tiempo a Chávez para "aplastar" a ese candidato no resiste ningún análisis. Parte de la premisa de que el candidato será una especie de idiota, a quien Chávez podría batuquear a su saber y entender. Entre los nombres que suenan como candidatos de la alternativa democrática no hay ninguno cogido a lazo y adicionalmente ha de contar, además de partidos y organizaciones sociales con una plataforma opositora más amplia que nunca: siete gobernaciones, la Alcaldía Metropolitana de Caracas y un grupo parlamentario de 67 diputados, todo lo cual le da una visibilidad y una capacidad de respuesta como no ha tenido hasta ahora. Se equivoca quien crea que es una pelea de burro con tigre. Al ventajismo lo matará el entusiasmo y el ánimo de lucha y la propia e indetenible decadencia del gobierno mismo.

Eso sí, es de suponer que los precandidatos y sus postulantes firmarán solemnemente un acuerdo mediante el cual se comprometerán a acatar los resultados de las primarias y a respaldar con todos los hierros a quien resulte escogido por la mayoría. Además, ninguno debe tener adversarios a los lados sino al frente: Chávez. La disputa no es entre ellos sino contra el Presidente.

domingo, 6 de febrero de 2011

La revolución árabe

Por: Alvaro Vargas Llosa

La rapidez y la amplitud de los acontecimientos que se desarrollan en el mundo árabe han descolocado por completo a los servicios de inteligencia, las cancillerías y los estamentos militares de los países occidentales, lo mismo que a Israel. Nadie previó que una protesta por la inmolación de un tunecino, Mohamed Buazizi, de los tantos que llevaban semanas manifestándose contra el dictador Zine el-Abidine Ben Ali desencadenaría una revolución en Túnez, que daría al traste con una dictadura de tres décadas. Nadie previó, tampoco, que esa revolución ocurrida en un país pequeño, que era considerado una anomalía por su alto grado de secularización, provocaría un efecto dominó que está al borde de desalojar del poder a Hosni Mubarak, el gobernante de Egipto, el país árabe más importante desde el punto de vista cultural y estratégico, y tiene en jaque a la monarquía jordana y a la autocracia militar yemení, bajo fuerte presión al genocida de Sudán y a la defensiva a la dictadura argelina.

Lo que sucede no es difícil de entender, aunque sea de pronóstico muy reservado el desenlace final. El mundo árabe sólo contaba con una democracia, la del Líbano, que sin embargo, está fuertemente influida por la milicia radical de Hezbollah y arrastra una historia de guerra civil no del todo resuelta. Se pensaba que en el resto del mundo árabe la diyuntiva era simplemente la dictadura militar pro occidental o el islamismo integrista. De allí que Estados Unidos y Europa se contentaran con hacer invocaciones democráticas rituales, pero mantuvieran un férreo apoyo a Egipto, Jordania, Argelia, Marruecos e incluso Yemen, donde el gobierno colabora en la lucha contra Al Qaeda, así como los países del Golfo, cuyas monarquías aseguran el suministro de petróleo. Mientras tanto, sin embargo, las noticias de los cambios que tenían lugar en el nuevo milenio fueron llegando a millones de personas, especialmente los jóvenes, en todo el mundo árabe a través de las redes sociales, el comercio y otras vías. El lento ascenso de un gran número de árabes a la clase media baja por efecto de la globalización -que esas autocracias no pudieron evitar que se les colara por las rendijas- fue mucho más importante de lo que se percataron los observadores del exterior. Una generación de árabes que entendía claramente que la estabilidad que garantizaban las dictaduras era falsa y que no era cierto que la única alternativa fuera el califato medieval, esperaba su oportunidad.

Ellos vieron con frustración cómo las naciones más libres y modernas apuntalaban a sus dictadores, porque las proclamas de libertad para el mundo árabe sonaban ingenuas frente a las prioridades mucho más urgentes del orden internacional. Pero ellos sabían mejor que nadie que la estabilidad era engañosa, porque la aparente aquiescencia social que décadas de brutal represión habían conseguido se debía mayormente al miedo. La revolución que está en marcha en el mundo árabe era cuestión de tiempo. Al igual que las sociedades de Europa Central y Rusia, que se rebelaron contra el comunismo, y los chinos de Tiananmen, los árabes están hartos de ser gobernados por satrapías.

Lo que sucede, sin embargo, plantea dos graves problemas: el futuro de Egipto, país neurálgico en la región, y la actitud que deben adoptar Estados Unidos, Europa e Israel.

Egipto ha sido el país clave desde los años 70 por su importancia estratégica. Al firmar la paz con Israel, en 1979, Cairo dio un giro radical a la situación del Medio Oriente. Hasta entonces se habían producido tres grandes guerras entre árabes e israelíes, desde 1948; por su tradición cultural, posición geográfica, tamaño e influencia en la zona, Egipto era la nación más peligrosa para Tel Aviv. Al firmar la paz, provocó un vuelco en el mundo árabe. Jordania acabó firmando su propia paz con Israel, otros mantuvieron una convivencia incómoda pero real con Tel Aviv y desde entonces, Irán pasó a ser el gran enemigo, que sin embargo estaba también enfrentado a los árabes y por tanto, no suponía un peligro de aislamiento para los israelíes.

Con alguna excepción como la Libia de Gadafi y la dinastía siria, los regímenes árabes por lo general llevaban la fiesta en paz con Israel, aun si retóricamente condenaban el sionismo y defendían a los palestinos. Incluso, el Irak de Saddam Hussein servía a los intereses de Israel antes de la ruptura con Occidente, pues era quien mantenía a Irán a raya.

Israel se preciaba, en todo este tiempo, de ser la única democracia de la región y de representar en soledad los valores liberales en el Medio Oriente. Y Estados Unidos usaba el mismo argumento para mantener el apoyo ingente a Israel. Hasta que, por fin, estalló la revolución democrática en el mundo árabe. Ahora Estados Unidos, Israel y Europa enfrentan el dilema angustioso: ¿ayudar a los revolucionarios a deshacerse de estas dictaduras putrefactas y correr el riesgo de que suceda lo mismo que en Irán, cuando el Sha fue reemplazado por los fanáticos antioccidentales del Ayatola Jomeini, o sostener a Mubarak y compañía y correr el riesgo de quedar desbordados por los acontecimientos, expuestos como hipócritas ante el resto del mundo y sin ascendiente sobre los regímenes que surjan en el futuro? Porque una cosa está clara: nadie, en Estados Unidos o Israel, cree que aun si los regímenes de fuerza sobreviven al embate por ahora, se sostendrán indefinidamente en el tiempo.

La forma en que están actuando las potencias extranjeras revela mucho acerca de su manera de procesar el dilema antes señalado. Israel ha apostado claramente por Mubarak. Muy vivo en el recuerdo de Tel Aviv está el hecho de que, tras retirarse su ejército del Líbano, Hezbollah pasó a ser la fuerza más poderosa de ese país (al punto que acaban de reemplazar al moderado Saad Hariri por un aliado, el empresario Najib Makiti). También, que en 2005, al abandonar Gaza, dejaron el terreno libre a los islamistas fanáticos de Hamas, que hoy dominan la franja. El riesgo de que Egipto, que tiene frontera con Israel, quede en manos de los Hermanos Musulmanes, la más poderosa organización islamista del Medio Oriente, tiene hoy un peso mayor en su ánimo que cualquier consideración democrática.

Turquía, la otra gran potencia de la zona, ha reaccionado de forma radicalmente distinta. Allí gobierna un partido islamista, el de la Justicia y el Desarrollo, que intenta demostrar desde hace unos años que se puede ser fiel a los valores del Islam y, al mismo tiempo, democrático. El primer ministro Recep Tayyip Erdogan, quien lleva unos años posicionándose como aliado y líder de la conciencia musulmana en el mundo árabe, ha respaldado sin ambages a los egipcios que intentan desalojar a Mubarak.

Estados Unidos, por su parte, empezó con una actitud muy ambigua, pero ha ido fortaleciendo su presión contra Mubarak y poniéndose del lado de los demócratas a medida que los acontecimientos en Egipto indicaban que el régimen está pendiendo de un hilo y es masivamente impopular, y que los líderes visibles, incluido el moderado Mohamed El Baradei, critican a Washington y sugieren que los norteamericanos podrían acabar perdiendo toda influencia en la zona.
Al interior de la propia administración Obama hay matices de diferencia. Desde el primer momento quedó muy claro que el vicepresidente Joe Biden apoyaba a Mubarak, a quien llamó "gran aliado" y de quien dijo que "no se puede decir que sea un dictador". En cambio, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha ejercido presión contra Mubarak en varias ocasiones y ha pedido una transición "inmediata", denunciando los "inaceptables" incidentes contra periodistas y activistas de derechos humanos. Obama, que pareció muy vacilante al comienzo de las manifestaciones en Egipto, endureció su tono y su administración empezó a filtrar informaciones al New York Times, indicando que negociaba con parte del gobierno egipcio la salida de Mubarak y una transición ordenada.

El plan supone dar una salida digna a Mubarak y dejar en el poder al vicepresidente Omar Suleiman, ex jefe de los servicios secretos y aliado de Occidente, además de muy respetado por la calle egipcia. El conduciría el proceso electoral que en septiembre próximo desembocaría en la elección de un nuevo gobierno. También permanecerían en su lugar el teniente coronel Sami Enan, jefe de las Fuerzas Armadas, y el mariscal de campo Mohamed Tanwati, ministro de Defensa. Sin Mubarak al mando, cree Washington, esta fórmula permitiría evitar el vacío de poder que abriera puertas a una revolución islamista, al estilo de la iraní en 1979.

Sin embargo, varios elementos indican que no será posible excluir del proceso a los grupos de oposición islamistas, empezando por los Hermanos Musulmanes, cuya labor social, en muchos casos más eficiente que la del Estado, les ha dado gran arraigo en ciertos sectores. Además de que representan la fuerza mejor organizada y más antigua (fundada en 1928, la organización ha sobrevivido a pesar de estar proscrita), los actores moderados del conflicto carecen de base de sustentación propia para garantizar que haya una transición. El Baradei, Premio Nobel de La Paz y ex jefe de la Agencia Internacional para la Energía Atómica, ha pedido explícitamente que sean incluidos en un gobierno de unidad nacional o cualquiera que sea la fórmula empleada para la transición.

Desde otros lados de la zona, se mira con angustia lo que pueda suceder. El Rey Abdullah II de Jordania, otro gran aliado de Occidente, ha reemplazado al Primer Ministro Samín Rifai por el respetado Marouf al-Bakhit, con el expreso encargo de preparar una "reforma política", pero la presión de la calle continúa. En Argelia, Abdelaziz Buteflika ha levantado el estado de emergencia que imperaba desde hace 19 años y que había servido de pretexto para la persecución de la oposición. Recuérdese que la última vez que hubo un proceso electoral digno de ese nombre ganaron los comicios los radicales del Frente Islámico de Salvación y fueron anulados. En Yemen, el dictador Ali Abdullah Saleh ya ha anunciado que no irá a la reelección y no colocará a nadie de su familia en el poder para sucederlo, mientras que en Sudán -especialmente en Jartúm, la capital- ha habido manifestaciones contra Omar al-Bashir, aunque hasta ahora el régimen ha aguantado a pie firme. Y así sucesivamente.

Es prematuro concluir que estamos ante la versión árabe de la caída del Muro de Berlín, porque todavía les queda a algunos de estos regímenes mucho margen de maniobra y la unidad del aparato militar no acaba de resquebrajarse, como sucedió en Túnez. Pero una cosa aprendió el mundo de aquella transición: las revoluciones democráticas no siempre producen democracias. Hoy, son democracias las naciones de Europa central que estaban bajo el yugo soviético, mientras Rusia y las ex repúblicas soviéticas del Asia central son dictaduras con diverso grado de intensidad y apariencias distintas. Habrá que ver la inteligencia y visión con la que los nuevos líderes egipcios, si ese país logra liberarse de Mubarak, conducen el proceso de transición, y si Israel y Estados Unidos actúan de un modo que logre afianzar a las tendencias democráticas o más bien consiguen, por efecto de sus errores, impulsar a las corrientes del fanatismo anti-occidental.

En todo caso, la tiranía de Mubarak está en su cuenta regresiva y con ella es posible que la de medio mundo árabe. A Obama le toca hoy vivir acontecimientos tal vez no menos históricos que los que vivió Nixon con la apertura a China, Carter con la caída del Sha y Bush padre con el desmoronamiento del comunismo. Todavía hoy se debate si todos ellos estuvieron a la altura de sus respectivas circunstancias. Obama aborda las épicas jornadas del mundo árabe consciente de que a él le sucederá lo mismo.