lunes, 28 de marzo de 2011

El camino de la derrota

Por: Gonzalo González

Las Direcciones de los partidos y de la MUD tienen en sus manos la responsabilidad de materializar con decisiones asertivas todo lo referente a la o las fechas para la escogencia de candidatos, los métodos de selección y el rol que van a desempeñar en este proceso las principales figuras del arco opositor a saber: los actuales gobernadores y alcaldes democráticos. Las decisiones a tomar deben privilegiar como es lógico, deseable y necesario los intereses generales del movimiento democrático por encima de los grupales y personales. En circunstancias como las que vive la nación no hay espacio para los intereses sectarios y los cálculos mezquinos. Fortalecer la unidad y ampliarla es vital para confrontar con éxito al chavismo, el cual esta dispuesto a todo con tal de no ser desalojado del poder.

Los candidatos deben ser seleccionados en el cuarto trimestre de este año por múltiples razones, sobradamente señaladas, entre las que destacan 2: disponer de todo el tiempo posible para preparar y desarrollar una buena campaña electoral y evitar ser victimas de las maniobras del oficialismo con el calendario electoral, legalizadas por un CNE que ha hecho dejación de su condición de arbitro confiable.

En la escogencia de los candidatos a postular lo correcto es apelar a la diversidad de métodos que tan buen resultado dieron en los comicios del 26S: el consenso, el acuerdo mayoritario y las primarias. En este particular no deben repetirse situaciones como la de Maracaibo, en donde innecesariamente se apelo a las primarias para elegir Alcalde.

Es inconveniente en relación al tema de la candidatura presidencial la proliferación de precandidatos, no se trata de coartarle el derecho a nadie sino de actuar en consonancia con los tiempos y las necesidades del frente democrático. No es el momento de las ambiciones, es el momento de sacrificar y posponer las aspiraciones en aras de facilitar la cohesión y potenciar las posibilidades de la coalición democrática. En ese sentido la MUD debe elaborar unas reglas que sin disminuir los derechos de nadie limite la multiplicación de precandidatos.

Los actuales gobernadores y alcaldes deben ser sujetos de un consenso en el sentido de que aún compitiendo y perdiendo por la candidatura presidencial se les garantice que van a ser los candidatos de la alianza democrática a la reelección a menos de que algunos de ellos hayan resultado ser unos incapaces o corruptos redomados. No se trata de otorgar fueros o privilegios, es reconocer que estos dirigentes tienen un liderazgo conquistado por sus respectivas gestiones de gobierno y por resistir airosamente las embestidas del chavismo. Un acuerdo de esa naturaleza facilitaría en buena medida la resolución de parte de los problemas relacionados con las venideras elecciones que hoy tienen empantanada a la oposición.

Lo ideal sería desvincular la selección del candidato presidencial de la escogencia de los abanderados a nivel estadal y municipal. Pero la realidad impone otra cosa, no hay tiempo ni recursos para realizar 2 procesos en tiempos diferentes, por tanto deben realizarse en un solo acto y este año.

Persistir en el empatanamiento en el cual se haya la oposición en materia electoral o tomar las decisiones equivocadas en los temas antes referidos es caminar hacia la derrota electoral y hacia un revés de carácter estratégico de consecuencias irreparables por mucho tiempo.

Lo fundamental es hacer las cosas de tal manera que las posibilidades de victoria que anuncian las encuestas y se perciben en la calle se materialicen, no priorizar los intereses generales y tomar decisiones equivocadas es pavimentar el camino a la derrota y parafraseando a Talleyrand “ mas que un error será un crimen”.

martes, 22 de marzo de 2011

En este año

Por: Gonzalo González

La coalición democrática esta por decidir la fecha para escoger los candidatos a Presidente, Gobernadores, Alcaldes, Legisladores y Concejales a elegirse el próximo año sin conocer todavía el cronograma electoral y este es un detalle de mucha importancia no despejado aún por el CNE.

La fecha para elegir los candidatos de la oposición es sujeto de un intenso debate demasiado marcado por los particularismos grupales y personales que pueden poner en peligro las muy reales posibilidades de Triunfo del frente democrático, sobre todo en lo referente a la elección presidencial.

En un anterior artículo me declaraba partidario de escoger el candidato presidencial este año con los siguientes argumentos que hago extensivos a los otros cargos a elegir en su nivel respectivo, “ Amanecer el 2012 con candidato presidencial ya designado comporta ventajas importantes: tiempo suficiente para promocionarlo, para que recorra intensamente la geografía nacional, para ensamblar sus equipos de campaña, para posicionar con claridad su figura, su proyecto, su discurso y sus mensajes, para curar las heridas que toda confrontación interna provoca, para construir alianzas con sectores descontentos con el régimen pero no pertenecientes todavía al frente opositor. En fin para convencer al país nacional de que la continuidad de Chávez en el poder es contraria a los intereses de todos por igual, excepto a los de la camarilla que lo acompaña”. Chávez no debe continuar corriendo solo mas tiempo del que es indispensable para organizar una escogencia adecuada del candidato presidencial de la oposición y eso es factible en el 2011, lo otro es concederle una innecesaria ventaja a quién ya dispone de muchas.

Otra razón no menos importante que las anteriormente glosadas tiene que ver con defenderse de las posibles maniobras del oficialismo para establecer un calendario electoral acorde con sus intereses aún a costa de violar las leyes y desconocer las necesarias garantías que debe tener todo competidor. En el pasado reciente hemos conocido de maniobras de ese tipo: el referéndum sobre la reelección y el adelantamiento de tres meses de las elecciones parlamentarias del año 2010.

Si la oposición se decanta por seleccionar sus candidatos en el año 2012 corre el serio riesgo de que una jugada política del gobierno avalada por un secuestrado CNE convoque los comicios en una fecha tan temprana que le impida escoger sin apuro sus abanderados y hacer una buena campaña electoral. Agreguémosle a esta circunstancia la posibilidad de que por razones políticas o técnicas de la propia oposición la escogencia de las candidaturas no se pueda realizar ni siquiera en el primer trimestre del año. De darse esas circunstancias estaríamos a las puertas de una virtual catástrofe para el movimiento democrático con el agravante de que seria autoinfligida, en otras palabras un colosal autogol.

Es necesario que la dirigencia de la MUD y de los partidos democráticos sepan estar a la altura de las circunstancias y le de prioridad a los intereses generales de la nación. Es imprescindible que se decida pronto y acertadamente la fecha de escogencia de los candidatos.

domingo, 20 de marzo de 2011

Otro loco en el poder

Por: Ángel Lombardi

En estos días de la Ira Árabe que está produciendo tantas noticias importantes y particularmente unas muy gratas como es la salida ignominiosa del poder de unos tiranos y dictadores cuya característica común era la larga permanencia en el poder, la corrupción y el desprecio por sus pueblos.

Sobresale en particular el libio Kadafi, espécimen modélico para la psiquiatría, un especialista dice al respecto "es imposible que Kadafi dé su brazo a torcer... no hay manera de cambiar sus ideas, ni siquiera funcionan los fármacos en esta gente... No tiene salida con su personalidad y sus circunstancias, no entra en su pensamiento ni la posibilidad de rendirse, ni exiliarse ni suicidarse... su única salida es la muerte...

Kadafi en estos momentos es una persona enferma y trastornada, aislada de la realidad, desesperada y 2011, "Kadafi en estado paranoico". Este personaje de tragedia y risa, un poco como El Gran Dictador de Chaplin, con sus trajes estrafalarios, su narcisismo incurable y su exhibicionismo de nuevo rico, lleva atormentando a su pueblo 42 largos años (lo que no habla muy bien por cierto del pueblo libio) es un corrupto de marca mayor, junto a su familia y asociados.

El ladrón mayor de Libia y asesino consuetudinario es el 5to inversionista por volumen de la bolsa de Milán, accionista del Juventus y de uno de los grandes bancos de Italia.

Tiene inversiones cuantiosas en Inglaterra, EEUU y otros países, por sus "ahorros" lo llaman "El primer capitalista del mundo".

Si algo ha ayudado a comprender la naturaleza del poder y su necesario control y desacralización es la psicohistoria, uno de los últimos libros emblemáticos al respecto es La salud mental y los políticos, de José Cabrera, psiquiatra forense que sostiene que Kadafi está en la fase final de un "cuadro paranoide activo" que según otro especialista lo incapacita para aceptar cualquier crítica o duda sobre su persona, además es particularmente peligroso porque es un paranoico con poder ya que puede dar rienda suelta a sus creencias de superioridad, a su narcisismo y a sus miedos; tiene manía persecutoria y piensan que lo quieren matar.

Fidel Castro, en la misma línea de conducta psiquiátrica se ha inventado el cuento de que ha sobrevivido a casi 700 intentos de asesinato mientras que otros paranoides en el poder hablan recurrentemente de magnicidio, como diría la sabiduría popular: cada loco con su tema. Suetonio, el autor romano de La Vida de los 12 Césares hubiera disfrutado mucho con los locos de hoy en el poder, aunque él tuvo una muestra bastante significativa con Nerón y Calígula.

Los náufragos y el ahogado

Por: Elías Pino Iturrieta

El libro
de Mirtha Rivero, La rebelión de los náufragos (Editorial Alfa), se ha ganado con justicia el favor de los lectores. Su investigación de naturaleza periodística, hecha con indiscutible seriedad y escrita con plausible claridad, no sólo ha provocado comentarios cotidianos sino también foros académicos en los cuales se han ponderado sus cualidades. No tengo dudas de que sea un aporte fundamental para la comprensión de la contemporaneidad, y un oportuno auxilio para la reconstrucción de un suceso sin el cual no se pueden entender las urgencias de la actualidad: la defenestración de Carlos Andrés Pérez, ocurrida en 1993 y de la cual se desprendieron consecuencias medulares para el futuro. Sin embargo, algunas de las reacciones que su lectura ha provocado, especialmente el comienzo de una especie de proceso de canonización del hombre que entonces sale con las tablas en la cabeza, aconseja los comentarios que vienen a continuación.

La brasa para su sardina

En especial, algunas observaciones sobre la calidad de los testimonios que atiborran sus capítulos. Se trata de testimonios interesados, es decir, manifestaciones de individuos involucrados en el proceso que la autora analiza o cercanos a su evolución, quienes reconstruyen en el futuro episodios que les incumben desde el punto de vista personal y desde la perspectiva política. Es evidente que quieran llevar la brasa para su sardina. Es evidente que no quieran malponerse con la lectoría. Es evidente que, después del desarrollo de los acontecimientos, puedan reconstruirlos a su manera y también echar al olvido memorias incómodas. Estas realidades cuya obviedad es razonable no se muestran en toda su redondez en la obra por tres razones esenciales: los informantes en su mayoría son veteranos en la comunicación de sus versiones y difícilmente van a echarse tierra después de que la tierra tembló; simplificando en grande, quieren encontrar la razón de los pecados y las virtudes de la época en el individuo en torno a quien se desarrolló la conmovedora historia, Carlos Andrés Pérez; además la autora, tal vez sin proponérselo, debido a la ponderación de sus preguntas y a la manera de poner a correr las respuestas en el texto, hace que el lector se aclimate en su regazo con amplia confianza.

De tal confianza se desprenden dos reacciones, según pienso después de atenta revisión: la sensación de obra mal hecha que fue sacar a Pérez del poder, y la mirada benévola de ese hombre a quien por fin le tocó la de perder. Quizá sobre la primera no quepan los reproches cuando miramos el malhadado disparate de entonces desde la tragedia de la actualidad, y cuando algunos, entre ellos quien escribe, llamamos la atención en su oportunidad sobre el escandaloso exceso que se estaba cometiendo, aunque tal vez sin pesar en balanza rigurosa los motivos y los intereses que mueven a los hombres en sus sucesivos presentes. Pero sobre el otro corolario conviene distanciarse del todo, no en balde tiende a la canonización del líder que recibe los palos de los venezolanos de su tiempo, quienes, si finalmente se eleva a Pérez a los altares, deberán pagar severas penitencias por su felonía, aparte de las que ya están pagando.

Superdotado

¿Cómo hablan en el libro los colaboradores del hombre que los convida a gobernar y los eleva al estrellato de los ministerios? Refieren el descubrimiento de un estadista superdotado y desinteresado que desea el bien de la sociedad por el cual está dispuesto a sacrificarse, el hallazgo del guía del buen camino que por fin encuentra el pueblo gracias a una luz que iluminó al flamante Moisés para buscar la tierra prometida. ¿Existe tal espécimen de refulgencia, esa lumbrera que encandila a sus servidores de la cúpula? Quizá sólo exista un individuo corriente y sin mayor formación intelectual, que supo subir en sus horas hasta llegar a la cumbre dos veces por las cualidades de animal político que atesoró desde la juventud y por los arreglos que logró con amigos y adversarios, irreprochables cuando se pretende el control del poder pero de ardua aceptación cuando se trata de fabricar un santoral.

Para la negación de tales atributos de estadista basta ahora una sola observación: la miopía, si no la ceguera, con la cual apreció los sucesos del "caracazo" que le reventaron en la cara sin que siquiera hubiera imaginado su perfil, su boceto.

Seguramente como pensó que podía hacer cambios en la economía y en la rutina de la sociedad porque se le pegaba la gana, sin decir nada sobre el particular en la campaña electoral en la cual triunfó clamorosamente por ser lo que era y no por lo que nadie sabía ni podía adivinar de sus maromas, renegando del pasado a la chita callando, sin consulta del liderazgo político, mucho menos de los hombres comunes y corrientes, llegó a la conclusión de que no pasaba mayor cosa durante un 27 de febrero que en nada se parecía a los otros días del almanaque. No sé, quizá vaya descaminado, pero son asuntos que se me han ocurrido después de leer La rebelión de los náufragos, una investigación periodística de notable importancia. Tal vez sirvan para una comprensión más equilibrada del pasado reciente y para mejor entendimiento del trabajo de Mirtha Rivero, cuyo éxito celebro sin cortapisas.

jueves, 10 de marzo de 2011

¿Cómplices en el diván?

Por: Carlos Oteyza

Una bocanada de complicidad se cuela en el libro de la periodista Ibéyise Pacheco que lleva por nombre Sangre en el diván. El crimen de la estudiante Roxana Vargas, la investigación, una larga entrevista al psiquiatra Edmundo Chirinos, opiniones de especialistas y el juicio, son los capítulos de este libro que se lee de manera vertiginosa, para dejarnos atónitos por todo lo que revela del asesinato de la joven, y también de la sociedad venezolana.

Es un libro de investigación, de periodismo, que enaltece la profesión y que seguramente será uno de los más leídos y comentados del año. Un exhaustivo recuento de un crimen que cuenta con dos extremos: el del Dr. Edmundo Chirinos asegurando al tribunal, el mismo día que se dictó la sentencia, que: “…ni siquiera una infracción de tránsito he cometido. Nadie me ha demandado o se ha querellado conmigo, por nada. Nunca”.Y el de la madre de Roxana, que asegura: “Edmundo Chirinos es el asesino de mi hija. La violó y, tiempo después, la mató. Él es un asesino”.

Recordemos que el psiquiatra condenado fue Rector de la Universidad Central de Venezuela, candidato a la presidencia de la república por varios partidos -incluido el comunista-, electo diputado para la Asamblea Constituyente en 1999 en llave con Marisabel de Chávez, y atendió al Presidente en algún momento de su vida profesional.

Destaca, entre las revelaciones del libro, que al Dr. Chirinos se le encuentra —luego de las requisas policiales— un archivo con más de 1.200 fotos de mujeres y pacientes dormidas, medio desnudas o durante actos sexuales. Esto no nos lleva directamente al crimen de la joven Roxana, pero sí dibuja y nos familiariza con la verdadera personalidad de una de las figuras más mediáticas y cercanas al poder del jetset político-científico.

Este sólo hallazgo seguramente debe dejar sin aliento al gremio médico, a sus pacientes, a sus amigos y conocidos. Pero hay otro también significativo. En una carta encontrada en su computadora, dirigida a la madre de la joven asesinada, el Dr. Chirinos afirma: “Quiero que sepan que desde hace años que presido la Comisión de Ética, tanto de la Federación Médica de Venezuela como de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría (…) y sé por mi trayectoria, que constituyo un ejemplo para la colectividad médica del país”.

Probablemente esté allí uno de los descubrimientos indirectos más punzantes de esta investigación: la inmunidad que logran adquirir personalidades narcisistas y enfermas para luego actuar de forma impune. El comportamiento profesional “heterodoxo” del Dr. Chirinos era conocido en los cerrados ambientes universitarios y médicos.

Visto lo que narra el libro, no sería aventurado decir que su entorno académico y laboral fue peligrosamente laxo y no supo enfrentar con entereza lo mucho que se comentaba. Prevaleció una vaga complicidad como también la ha tenido la sociedad venezolana en el campo político, empresarial, militar o gremial con personalidades de dudosa reputación que logran blindar su aberrante comportamiento con cargos, amistades y reconocimientos.

Sin duda este libro nos devela un horrible crimen, pero también increpa a esta amplia y esponjosa sociedad de cómplices que ha tomado cuerpo entre nosotros, haciéndonos en alguna forma responsables de la sangre derramada en el diván del Dr. Chirinos.