miércoles, 27 de julio de 2011

¿Dónde están los reales?

Por: Elides Rojas

Chávez dejó cerca de 6 millardos de dólares aprobados para una serie de obras y proyectos que van desde el famoso Parque Simón Bolívar, que no es otro que el mismo parque que sustituiría a La Carlota, anunciado por el líder intergaláctico hace un montón de años hasta empresas recolectoras de basura para Caracas que dejarán a un lado todos esos proyectos populistas que entregaban la responsabilidad de mantener limpia a la ciudad a cooperativas y pequeñas organizaciones comunales.

Eso, como está a ojos vista, fracasó. Y el platero que dejó Chávez listo para gastar antes de mudarse a Cuba seguirá el mismo rumbo que los más de mil millones de millones de dólares gastados desde que comenzó la coba de revolución en 1999 hasta ahora.

¿Dónde están esos reales?

Es el gran misterio del proceso. Lo primero que hizo Chávez para asegurarse de que nunca nadie sepa en que gastó esa platal fue justamente asumir directamente el control de todos los poderes públicos, incluyendo contraloría y fiscalía. Así se operaba seguro. Después liquidó la autonomía del BCV y, en el camino, asaltó la gerencia completa de Pdvsa. Ya con los reales en el colchón, asegurados, y coadministrados con los cubanos, el paso final: crear fondos de administración de uso personal, donde Chávez ordena, saca, mete, quita plata de un lado y la pone en el otro.

Hace, multiplicado por un millón, lo que supuestamente hizo Leopoldo López con cuatro lochas y le costó una inhabilitación política, nada democrática e ilegal, que intentarán repetir con otros aspirantes como cobarde recurso en su intento por seguir montado en la silla y en los reales. Y no es solamente el amo de la hacienda. Es toda la cúpula favorecida por el dedo mágico la que aspira a seguir chupando hasta que el último hueso cumpla con las leyes divinas.

Pero lo fundamental es establecer cómo y en qué este grupete de militares se gastó esa inmensa cantidad de dinero sin que al país le quedara algo más que un montón de mujeres preñadas en los barrios como obra revolucionaria de los cubanos.

En números, tipo desfile militar, como les gusta a los de verde con musiquita de guerra y laticas en el pecho, la cosa sería más o menos así 1.100.000.000.000 de dólares. Es decir, una montaña de plata suficiente para haber tapado aunque sea los huecos de la avenida San Martín. Pero nada.

El contralor se llevó el secreto. Los demás poderes, por ahora, defienden sus sillas y sus cesta tickets. Y la gente, mucha gente todavía, sigue creyendo en los pájaros preñados que les pintó micomandantepresidente.

¿Todo está en Cuba? No parece. Debe haber mucho en bancos capitalistas por todo el mundo.

martes, 26 de julio de 2011

10 preguntas del Zulia

Por: Edinson Martínez

Varias personas me han solicitado que formule por esta vía diez preguntas, que a ellos les gustaría realizar públicamente a cinco altos funcionarios o voceros del gobierno de Hugo Chávez, particularmente zulianos o que ostentan la representación del estado. Por razones de espacio, ya saben ustedes que hay unas ciertas condiciones para este tipo de artículos, voy a reservarme algunos de los comentarios que sobre ellos se hicieron al momento de seleccionarlos. De común acuerdo escogimos a los siguientes:

1.- Rodrigo Cabezas
2.- Francisco Arias Cárdenas
3.- Gian Carlo Di Martino
4.- Calixto Ortega
5.- Mario Isea

Los dos primeros, como todos sabemos, no son zulianos; pero han desempeñado en este gobierno responsabilidades en nombre del Zulia. En esta lista hay un exministro y actual diputado del Parlatino; un exgobernador, diputado y aparentemente nuevamente candidato a la gobernación del estado; el exalcalde de Maracaibo y finalmente dos exdiputados de reconocida trayectoria en el mundo chavista. Es decir, personas con una alta cuota de responsabilidad en la gestión del gobierno nacional en el estado más importante del país.

Las preguntas que de seguidas haremos, bien pudieran formularse a ministros y al propio presidente devenido en comandante. Pero ellos no son del Zulia, podríamos pedirles cuentas en otro sentido distinto al propósito de este artículo, pero nunca como zulianos.

El Zulia ha destacado por sus luchas contra el centralismo, por conquistar para las regiones competencias y recursos que le permitan gestionar sus asuntos públicos directamente. El Zulia se ganó en el país una bien reputada fama de regionalista, que en términos políticos y constitucionales no quiere decir otra cosa que una región promotora de una visión descentralizada y federal del gobierno de la república. Algunos de esos cinco dirigentes tienen en el pasado su nombre anotado en parte de esas luchas, por eso cobra especial relevancia formularles las siguientes interrogantes:

1.- ¿Qué ha pasado con el saneamiento del Lago de Maracaibo, en niveles de contaminación mayores que hace 12 años?

2.- ¿Por qué en 12 años de gobierno la vía alterna al puente Gral. Rafael Urdaneta no se ha construido, no obstante que se aprobaron recursos y colocó “primera piedra” en 2005 ?

3.- ¿Por qué el gobierno nacional paralizó y abandonó la construcción de la Autopista de Occidente?

4.- ¿Por qué la construcción del Metro de Maracaibo avanza a un ritmo tan lento?

5.- ¿Qué pasó con el Plan Ferroviario que incluye al Zulia del cual se anunció la aprobación de millones de dólares?

7.- ¿Qué pasó con la construcción del puerto de aguas profundas Simón Bolívar?

8.- ¿Qué pasó con el programa de reubicación de las poblaciones afectadas por la subsidencia en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo?

9.- ¿Por qué en 12 años de gobierno el problema del agua sigue tan grave como siempre y una región con ríos en toda su geografía, padece de agua crónicamente?

10.- ¿Qué pasó con el Ley Orgánica de Hacienda Pública Estadal, la cual ha debido aprobarse por imperativo de la vigente constitución nacional?

sábado, 23 de julio de 2011

Invictus

Por: Laureano Márquez

En este país que tanto ha sido entrenado en los últimos años para vivir peleado e insultándose, por primera vez en mucho tiempo, puede uno decir algo en lo que sabe que todos los venezolanos vamos a estar de acuerdo, que no recibiré hoy ningún insulto por lo que escribo.

Qué bonito suena, porque es un acuerdo que brota no de la imposición arbitraria, sino del corazón, que nace del haber contemplado a nuestra Selección Vinotinto, dejando el alma en el terreno de juego e invicta ­no por patriotismo obligado, sino porque así objetivamente lo sentimos­ en nuestros corazones.

La selección nacional nos mostró de qué madera está hecha esta Venezuela cuando se propone hacer las cosas bien, como tantas veces lo ha hecho en su historia. Sí se puede y claro que se puede. La Vinotinto nos mostró el camino de lo que con organización, tesón coraje y noción de equipo podemos alcanzar.

Nos hizo uno, pero un uno bonito, en el que el todo es más que la suma de sus partes, en el que, a pesar de nuestras diferencias, sabemos que tenemos razones para abrazarnos, porque más allá de colores particulares, hay uno que rescata nuestro orgullo para decirle al mundo que aquí estamos, de pie, bregando nuestro destino y que valemos la pena.

Mariela Celis (@lacelis) escribió en su Twitter: "Me siento como en la película Invictus".

Un comentario, sin duda, afortunado.

Se refiere La Celis a la película en la cual el alma dividida por el Apartheid, en Sudáfrica, halla, como punto de encuentro y reconciliación, el apoyo a su selección en la Copa Mundial de Rugby de 1995.

Una selección que no contaba con la simpatía de la población negra, porque la consideraban emblema de la terrible agresión discriminatoria padecida por tantos años.

Sí, yo también me sentí como en Invictus, quizá lo único que me falta en esta historia es Mandela. Un hombre de una estatura moral tan elevada, que pudo promover el perdón porque nadie tenía más razones para perdonar que él. Un hombre que lideró a su pueblo por el camino de la paz, del encuentro y la reconciliación, más allá del dolor padecido.

La película cuenta la historia de cómo Mandela se alió con el director de los "Springboks", François Pienaar, para inspirar a una selección que venía de derrota en derrota, hasta ganar la Copa Mundial, apostando en ello el cambio de mentalidad de los sudafricanos promoviendo la tolerancia y la unidad.

Comprendió Mandela todo lo que el deporte puede hacer para iluminar a un pueblo. Se valió, el entonces presidente de Sudáfrica, entre otras cosas, de un poema del poeta inglés William Ernest Henley, que lleva por título "Invictus", término que bien le cabe a nuestra selección, nunca vencida, siempre victoriosa. Bien podríamos rematar, como homenaje a nuestros jugadores y entrenadores, con ese poema que tanto se les parece a ellos... y a nosotros todos: Fuera de la noche que me cubre, negra como el abismo de polo a polo, agradezco a cualquier dios que pueda existir por mi alma inconquistable.

En las feroces garras de la circunstancia ni me he estremecido ni he llorado en voz alta. Bajo los golpes de la suerte mi cabeza sangra, pero no se inclina.

Más allá de este lugar de furia y lágrimas es inminente el Horror de la sombra, y sin embargo la amenaza de los años me encuentra y me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecha sea la puerta, cuán cargada de castigos la sentencia.

Soy el amo de mi destino: soy el capitán de mi alma.

Viva Venezuela, carajo.

(El último verso no estaba en el poema, lo agregué yo)

domingo, 17 de julio de 2011

Una "Guillotina" llamada Lara-Zulia

Por: Edinson Martínez

Hace unas semanas se produjo uno de los tantos accidentes de tránsito que con saldos fatales ocurren con frecuencia en la Lara-Zulia. Esta vez fueron siete los fallecidos, entre ellos tres niños de corta edad. Como hemos dicho, no es la primera vez que esto sucede y probablemente tampoco sea la última, puesto que esta vía desde hace mucho se ha convertido en una verdadera "guillotina".

Cuando la gobernación del estado Zulia decidió acometer la construcción de la autopista de occidente, es decir, una vía nueva para la circulación en un solo sentido de los vehículos y la habilitación de la conocida Lara-Zulia con un solo canal de tránsito en sentido contrario a la nueva construcción. Muchos sentimos un profundo alivio. Pasaríamos de la vieja Lara-Zulia a una moderna autopista. Tuvieron que pasar una buena cantidad de años y cientos o miles de personas fallecidas, mutiladas o desgraciadas, para que cobrara fuerza la idea de una construcción como la que se inició en la gestión de Manuel Rosales.

No fue una concesión graciosa la construcción de una obra como esta y menos una limosna para esta parte del Zulia. Es con propiedad la obra civil más importante que el gobierno regional se ha planteado en el marco de sus competencias. Bajo el titulo de "Autopista de Occidente", se inauguró la primera etapa en tiempo record, si tomamos en cuenta el average que registran a ritmo de tortuga la ejecución de las obras públicas. Este tramo solo llegó a cubrir una parte del proyecto original, el cual abarca toda la extensión que corresponde al estado Zulia en el eje vial Lara-Zulia, es decir, desde la cabecera del puente sobre el lago hasta El Venado. Tramo en el cual se han producido los más horrendos accidentes de tránsito que la prensa registra a diario. Por esta vía circula todo el tráfico que se mueve en el occidente del país y desde luego parte del estado, en especial, de la costa oriental del lago.

Hace dos años o más, el gobierno nacional decidió paralizar la obra, le quitó la competencia al gobierno regional y asumió para sí la culminación de la autopista. Desde entonces la misma está paralizada y los trabajos de movimiento de tierra y demás detalles de ingeniería sencillamente abandonados. Si dijéramos que el gobierno nacional abandonó la obra no faltaríamos en un ápice a la verdad. Si a la vez afirmáramos que lo hizo por maldad, por simple saña política, tampoco faltaríamos.

Por ese acto de mezquindad del gobierno nacional, se dejó a su suerte a miles de venezolanos que circulan por la angosta, irregular, descuidada y peligrosa Lara-Zulia; cuando bien han podido hacerlo a esta fecha por una moderna y segura autopista.

Si en este país funcionara adecuadamente un estado de derecho, el Estado y evidentemente sus funcionarios a titulo de responsables del gobierno, deberían responder civil y penalmente por sus actuaciones y omisiones al causar daños a terceros y vaya que han causado.

El gobierno regional y los gobiernos locales, no pueden conformarse con señalar la barbaridad del ejecutivo nacional con una acción como esta. Es necesario reclamar con mucha fuerza, por todas las vías que la ley permite, la culminación de la obra. Sean acciones de amparo, movilización social y cualquiera otra que restituya el derecho de la gente a proteger su vida.

emartz1@gmail.com
@emartz1

Marx, Alzuru y Naím

Por: Emeterio Gómez

Gracias a Jonatan Alzuru, del Cipost de la UCV, por su incipiente amistad. Tal como él reconoce al final de su artículo del miércoles en El Nacional, no fue que yo clausuré el diálogo sobre Marx que tuvimos hace unos meses, simplemente pensé que no íbamos en la dirección correcta: poner sobre el tapete (para defenderla o atacarla cuanto se quisiera) la tesis según la cual Marx no fue el gran pensador que siempre creímos. Que no fue un filósofo, ¡¡sino un agitador!! Un hegeliano de izquierda, cuando ya era una tragedia ser simplemente hegeliano. Era esa mentirota piadosa que nos metíamos en la juventud, para convencernos a nosotros mismos de que a Marx no lo incluían nunca en las Historias de la Filosofía porque éstas las escribían siempre unos miserables burgueses reaccionarios.

En efecto, como dice Alzuru: "En un país donde no nos leemos, donde el debate es un asunto de amigos y enemigos", vale la pena hacer un esfuerzo para discutir. Con una idea muy clara por delante: en Venezuela no existe nada que se parezca a una Comunidad Intelectual, y hay que irla creando... si queremos enfrentar la destrucción que se cierne sobre nosotros. Y, tal como él dice, "me gustó" su intervención en el Cendes: el poner el énfasis en el carácter radicalmente activo del pensamiento, tal como ha ocurrido en los últimos 200 años, ¡¡y tal como Marx lo pone en sus Tesis sobre Feuerbach!! ("Los hombres se han dedicado a entender el mundo, cuando de lo que se trata es de cambiarlo"). No fue tanto que "me gustó" tu ponencia, sino que coincidimos plenamente en el rechazo radical del Conocimiento como Adequatio Rei (como "Adecuación del Saber a la Realidad"), esa versión platónica y pasiva de las ideas que da pie a la creencia de que las ciencias sociales tiene algún cimiento.

Pero la lectura del artículo de Alzuru conecta con la del de Moisés Naím, el martes, en el mismo El Nacional: Epidemia de malas ideas. Ruego a mis lectores leerlo (igual que a Jonatan). Allí, Naím plantea nada más y nada menos que, ante la crisis que vive la Humanidad, ante la posibilidad de que la debacle griega liquide al Euro y a la Unión Europea; y, agregaría yo, ante el hecho de que al Partido Socialista Español no se le haya ocurrido una idea más tonta que la de hacer "un gran viraje hacia la izquierda"; ante todo ello, dice Naím que "también hay otro tipo de fragilidad que, aunque menos visible, puede ser igual de peligrosa: la fragilidad intelectual". Y, más adelante: "La fragilidad intelectual de estos tiempos no tiene remedios simples".

Por supuesto que no tiene remedios... ¡¡ni simples ni complejos!! Y es allí donde se produce la conexión con el enfoque que Jonatan y yo hicimos en el Cendes: Porque mientras más predomina el Pensamiento Activo sobre el Pasivo, menos posibilidades habrá de hacer Teorías que orienten la Práctica, en este caso, la Política; sea ella económica, social o financiera. Aun en el plano de las ciencias duras, las teorías viven hoy profundas crisis. Pero en las Ciencias Sociales, como ya asomé, el Saber carece por completo de sentido. Porque -en las chiquiticas- Pensamiento Activo lo que significa es "incapacidad creciente de anticipar o predecir, es decir, de conocer el comportamiento humano". Porque se trata simplemente de la Libertad más Absoluta. ¡¡Y hacer Teorías sobre la Libertad es una suprema tontería!! La abundancia de las Malas Ideas, que Moisés acertadamente denuncia, no es sino eso: la creciente imposibilidad de hacer Ciencia o Teorías en el terreno de la política, la ética, la sociología, la economía, etc.

sábado, 16 de julio de 2011

Facundo Cabral

Po: Elizabeth Araujo

Atravesado por los últimos rayos de sol de aquella tarde, apareció, distraído, algo sonriente y lento para moverse, con el cigarro que más tarde abandonaría, Facundo Cabral.

Tal vez sea esa mi primera evocación del trovador que el sábado pasado fue incluido en la lista de asesinatos impunes que se ejecutan a diario en las calles latinoamericanas, y frente a los cuales a veces no tenemos otra respuesta que la del llanto y el dolor.

La inesperada muerte, estúpida e injusta, de este argentino universal nos devolvió por instantes las horas universitarias que se sedimentan con los años. Alumna de Comunicación Social, me habían asignado entrevistarlo para un programa radial interno de la UCV llamado El Museo de la Palabra.

A decir verdad, no tengo la seguridad si esa entrevista permanece en los archivos de la Dirección de Cultura, de donde fui beneficiaria de una bolsa de trabajo, y mentiría si guardo en la memoria las respuestas exactas de aquellos 30 minutos en los que el cantautor nos concedió y nos hizo reír, justo cuando se apresuraba a ingresar al Aula Magna, escenario que en cierto modo se convirtió en su santuario predilecto, cada vez que sus pies lo traían a Caracas.

A las nuevas generaciones, para quienes Facundo Cabral podría resumirse solamente en las letras de sus canciones, quisiera decirles que los sicarios no sólo equivocaron la dirección de sus balas y mataron a un trovador sin edad y sin porvenir, como solía decir en sus tonadas, sino que acabaron con un soñador que perseguía su propia utopía, sin molestar ni dañar a nadie, y por eso tanta conmoción en el continente ante su abrupta partida.

Sobreviviente de no pocas catástrofes personales (una niñez de extrema miseria, al punto que varios de sus hermanos murieron de hambre y frío), Facundo Cabral significó para quienes aman la libertad y detestan a los opresores, un digno testimonio de que la vida no se deja sobornar por las palabras ni acobardar por las puntas de los fusiles.

Excepcional por ser un artista cuyos relatos y argumentos no solían terminar, confieso que en sus conciertos amaba más sus largos preámbulos mientras rasgaba la guitarra a la forma ansiosa de quienes esperaban por el comienzo de sus canciones.

Facundo Cabral era único. En su mirada se delataba un poderoso sentimiento de dolor, pero sus palabras demostraban siempre una extraña bondad, que venía justamente de quien había padecido privaciones, y no se refugió en el resentimiento ni la venganza.

Mucho se ha hablado de este hombre que dejó su felicidad en suspenso. Yo sólo quiero dejar una humilde constancia de que el poeta a quienes unos estúpidos le arrancaron la vida y dejaron inerte en un charco de sangre, no podrán quitarnos el Facundo Cabral que cada uno de nosotros admiró y quiso. El día de su muerte percibí con tristeza cómo alguien se apresuraba en lavar la sangre del piso. Es probable que el amor y no la rabia permanezcan allí.

No soy de aquí, ni soy de allá

Por: Froilan Barrios Nieves

La música, la poesía y la filosofía han signado la vida y conducta de generaciones, dejando en el sendero cicatrices, sentimientos y huellas inolvidables a quienes haya correspondido conocer con intensidad el pensamiento de cualquier época.

Cuando muere asesinado Jonn Lennon el 8 de diciembre de 1980 no sólo marcó su desaparición física, desapareció el artista que interpretó como jamás a los jóvenes del mundo entero.

No conocíamos el significado de una sola letra de "Come together", "Don’t let me down" o "Woman" y al mismo tiempo significaban sus acordes una postura rebelde ante la sociedad que marcó a generaciones de los cinco continentes.

En el caso de nuestro continente ese rol le correspondió sin saberlo a Facundo Cabral. Tuve la oportunidad de conocerlo en 1972 en una Valencia taciturna con vocación de ser una ciudad industrial.

En una noche del Ateneo de Valencia, en presencia de 20 personas, conocimos al trovador desconocido en su primera visita a nuestro país, de las innumerables que realizó por varias ciudades de esta región del planeta que amaba, como solía decir.

No sabíamos ese día que sería el famoso poeta que paseó sus rimas por 168 países del globo terráqueo y quien conquistó a millones de adeptos en todos los idiomas.

Amado y detestado por izquierdas y derechas. A los primeros por que rechazaba el concepto de lucha de clases, propugnando la integración social en base a la justicia divina, y por los segundos por difundir su definición de riqueza, situándola mas allá del bien material en la riqueza espiritual del ser humano.

Crítico mordaz de los políticos del mundo a quienes despachaba permanentemente con dardos como: "los políticos dicen estupideces y los gerentes gerenteces".

Definitivamente difundía una filosofía de la vida, de la convivencia y del amor al prójimo como la anécdota con la madre Teresa de Calcuta y el baño al leproso. De igual forma ironizaba con la naturaleza humana cuando mencionaba "comen pasto, millones de vacas no pueden equivocarse".

Él mencionaba soy un vagabundo first class y de mí no puede esperarse nada, cuando en realidad fue nominado al premio nobel de la paz en 2008.

Se atrevió a anunciar su despedida y demostrar a la vez que nadie elige su final, siendo tan paradójico que quien fuera declarado por la ONU como mensajero mundial de la paz muriera una triste mañana guatemalteca por manos asesinas.

Facundo se fue dejando un legado de vida, con un concepto irreverente y fresco como la primavera. Se fue a otro mundo fantaseando como solía soñar persiguiendo eternamente en bicicleta a Manuela y retando a la muerte con la frase cervantina "no fuyares cobarde es un varón que os acomete". Eterno por siempre Facundo Cabral.

miércoles, 13 de julio de 2011

Una Venezuela inadvertida

Por: Antonio Cova Maduro

En los años que tengo enseñando en la universidad no he dejado de oír lo que siempre se presentó como una verdad incontrovertible: que la Venezuela de hoy sigue siendo, en lo más profundo, la misma Venezuela partida en dos que nuestra brutal guerra de emancipación trató de eliminar.

Esa letanía llegó a ser lo que los anglosajones llaman "jeremíada" (por los lamentos del Jeremías bíblico) y que nosotros bautizamos como la "quejadera". Venezuela, ése era -y es- el leitmotiv, es un país con muchas riquezas donde una minoría (la de Santos Luzardo) trata desesperadamente de arrancarla de la barbarie (la de Doña Bárbara y su mundo pertinaz) en la cual vive la gran mayoría del país.

Toda nuestra historia republicana, entonces, era vista y entendida desde esta perspectiva. Eventualmente, alguna gente lograba escapar del submundo bárbaro y a trancas y barrancas encajar en el de los venezolanos "civilizados". Había, incluso -eso era lo que se nos repetía machaconamente- destacadas instituciones que servían de trampolín para saltar de la barbarie a la civilización. Dos eran los que destacaban: el incipiente sistema educativo y la fuerza armada nacional.

Las pruebas de que eso era así eran tan evidentes que se hacían chocantes; sobre todo cuando la aparición del petróleo en nuestras vidas aceleró el proceso. Súbitamente el país pudo darse una forma de vida que sólo los reales en abundancia permitían, y esa "vida" nueva obligaba a que en cada rincón del país apareciera un tipo de venezolanos hasta entonces inexistentes.

Maestros de escuela, médicos, ingenieros y hasta militares profesionales eran de obligatoria presencia en esa "nueva" Venezuela. Apareció, entonces, la "Venezuela de los doctores" y con ello una nueva forma de empecinada estratificación social: después de los "doctores" el país sólo contaba con un inmenso caudal de lo que con pudor los expertos llaman "mano de obra no calificada". Resucitaba, vestida de otro modo, la Venezuela de blancos criollos y con la marejada de pardos a cuestas, tan poco competentes como resentidos.

Venezuela, con apenas un poco más de cuatro millones de habitantes, comenzó a recibir oleadas de inmigrantes europeos -dos millones y medio, coinciden las diversas fuentes- que se desparramaron por todo el país. Y la presencia "musiú", sin que nos diésemos cuenta, fue cambiando al país.

Hugo Chávez quizás sea el último venezolano que se quedó anclado en esa imagen de Venezuela, la de pardos contra criollos; aunque a veces lo acompañen en esta percepción más de un tenaz opositor a su proyecto demencial.

A mí, como a muchos, me costó desprenderme de esa imagen paralizante, mientras me iba hartando de prejuicios. Un día, sin embargo, tuve la oportunidad de ser invitado a recorrer las instalaciones de un colegio universitario en San Cristóbal. Ustedes saben, una de esas instituciones a la que uno veía con desdén y hasta con alarma, por considerarlas productoras de miríadas de profesionales express que simulaban una formación rápida y sin arraigo alguno. Unos médicos cubanos avant la lettre pues.

Pero cuando salí de aquel recorrido ya había comenzado a dudar, sobre todo después que me llevaron a una sala virtual donde un grupo de jóvenes seguía la clase por Internet de un profesor del Tecnológico de Monterrey, y en eso el profesor dice que va a contestar la pregunta que le acababa de enviar la señorita fulana de tal desde San Cristóbal, estado Táchira en Venezuela.

A esa experiencia siguieron otras que me llegaron muy adentro y cambié mi percepción. Y ahora que, obligado por males de salud que no quisiera tener, me he tenido que someter a múltiples exámenes clínicos, la realidad se me impone. En todos los sitios donde he estado aparecen, estelares, estos "nuevos" venezolanos que, saliendo de abajo muestran una asombrosa competencia profesional en los campos más variados.

Es el asombroso mundo de los paramédicos, sin los cuales cualquier funcionamiento de instituciones hospitalarias sería imposible. Se va acabando ya el mundo de médicos desbordados, rodeados de una manga de incapaces que terminaban, casi de modo inconsciente, saboteando lo que esa agobiada minoría intentaba lograr.

Y otra cosa singular: en sus conversaciones -porque de la perenne cháchara venezolana no escapan- impera, abrumadora, la modernidad revestida del abigarrado mundo de las telecomunicaciones. Internet, entonces, sí "sube cerro", y lo baja cuantas veces quiere.

sábado, 9 de julio de 2011

Nadie es para siempre

Por: Eli Bravo

Ver la muerte a los ojos es algo que cambia la vida. De ello pueden dar fe muchos sobrevivientes. En sus testimonios, suelen hablar del cambio de perspectiva que experimentan, de una nueva manera de sentir el presente con mayor intensidad. Por lo general también concluyen que hay una verdad irrebatible: es imposible escaparle a la muerte porque está entretejida con la vida.

Quienes han tenido sus días contados suelen decir que la muerte trae una mayor humildad, que pone en evidencia la fragilidad del cuerpo, y como si fuese un poderoso detonante, abre el corazón al amor. Ella deja en claro la finitud de nuestro tiempo en la tierra y la necesidad de sembrar para trascender.

Para quienes somos testigos, la muerte que se acerca a otro cuerpo nos hace más conscientes del propio. Y a medida que envejecemos y la vemos llevarse nuestros afectos, lo único que podemos hacer es prepararnos para el día en que toque nuestra puerta.

En Venezuela los últimos días han girado en torno al cáncer del Presidente. Su enfermedad es la metáfora más cruda de los últimos años en el país, poniendo en relieve las intrigas, los resentimientos, las ambiciones y la polarización que echaron profundas raíces en la sociedad. Más allá del hombre ante la posibilidad de su muerte, asunto que Hugo Chávez pareciera enfrentar con el engañoso ego que por años lo ha movido en el poder, el huracán que su tumor trajo a escena ha sacado a relucir lo mejor y peor de cada quien.

El Presidente está librando la batalla más difícil de su vida, y no es precisamente contra el cáncer, sino contra la irreversible realidad de que no vivirá para siempre. Es una lucha similar a la que enfrentan sus seguidores, entregados al culto a la personalidad como una variante religiosa. Y entre sus opositores, esta es una ventana de oportunidad que deberían ver como un espejo: en la dinámica de causa y efecto, las motivaciones detrás de sus próximas acciones determinarán su futuro.

Al final del día, lo más acuciante no es si Chávez vivirá o no. Más bien es ¿cómo sanará Venezuela de la enfermedad social que padece? En esta pregunta y sus respuestas están las claves de la supervivencia y de la naturaleza humana de cada venezolano.

sábado, 2 de julio de 2011

Claves para una transición exitosa

Por: Ezequiel Vásquez Ger

Luego de largos días de misterio finalmente el rumor se torno en realidad: el residente Hugo Chávez padece de cáncer. Su discurso de nueve minutos desde la Habana abre una vez más, diferentes interrogantes acerca del futuro de Venezuela. Futuro que, para aquellos que creemos que el régimen de Hugo Chávez ha socavado la democracia hasta el punto límite de su destrucción, debe caracterizarse de dos maneras:

1) el régimen chavista debe llegar a su fin, y

2) dicha salida tiene que ser pacífica.

Ahora bien, para que dicha salida pacífica ocurra, hay mucho trabajo por hacer. La oposición hoy más que nunca tiene que actuar de manera estratégica. El primer paso consiste en elaborar planes de contingencia para cada posible escenario, empezando ya.

Imaginemos algunos de ellos, como por ejemplo, en que el Presidente muera o resulte incapaz de seguir al frente del gobierno. En este caso, el Vicepresidente asumiría el poder cuanto antes. Podría hacerlo hasta terminar el mandato actual (2012), o adelantar las elecciones. En ambos casos, la salida del chavismo del poder se agilizaría. Los representantes de la oposición deberían estar preparados para un futuro que se ha convertido ahora en el presente. Dicha preparación debería contar de un plan electoral, un plan de transición y un plan de gobierno, los cuales serían implementados casi simultáneamente.

Otro posible escenario sería que Chávez logre enfrentar con éxito su enfermedad. Su regreso podría ser inmediato o no. De ser inmediato, los venezolanos deberán continuar la lucha con miras al 2012, pero con una realidad distinta y favorable pues Chávez no será el fuerte candidato que siempre ha sido. De no ser inmediato el regreso, la oposición debería exigir la asunción temporal del Vicepresidente.

Ahora bien. La gran diferencia práctica entre el chavismo y la oposición a lo largo de los últimos doce años ha sido la capacidad de organización del primer grupo. Durante este tiempo hemos visto día tras día como el régimen ha actuado, al menos en apariencia, de manera coordinada y organizada, logrando como resultado la permanencia en el poder. Solo cuando la oposición logró organizarse fue que pudo salir victoriosa electoralmente. Los ejemplos más claros son el movimiento estudiantil y las últimas elecciones legislativas.

Sin embargo, los últimos sucesos pueden haber cambiado esta situación: sea cual sea el escenario futuro que analicemos, hay algo común en todos ellos: la enfermedad de Chávez y los rumores que la rodearon han sembrado la incertidumbre dentro del chavismo. Las pujas por el poder no tardarán en salir a la luz. La situación probablemente se revierta: será el oficialismo quien mostrará división y desorganización.

Ante este nuevo esquema, analicemos brevemente el estado de la oposición.

La oportunidad esta dada justamente por este nuevo factor de desunión dentro del oficialismo. La principal debilidad consiste en la falta de capacidad organizativa y la dificultad de unirse detrás de un mismo mensaje y un mismo objetivo.

La principal amenaza es la polarización de la sociedad. Es por eso que todas las acciones deben estar dirigidas hacia la unidad. El peor escenario sería una salida no electoral, ya que probablemente desencadenaría en más polarización, violencia, e inseguridad en las calles.

El principal desafío consiste entonces en la correcta lectura de estos hechos. Las claves del éxito serán tres: 1) organización, 2) estrategia, 3) unidad. El proceso de transición deberá contar con la asesoría externa de expertos internacionales con amplia experiencia en la región, principalmente en el terreno de las campañas políticas y situaciones de crisis.

Sin organización no habrá éxito, sin estrategia no habrá organización y sin capacidad de pedir ayuda, no habrá estrategia. El futuro puede estar más cerca que nunca, la balanza de poder puede estar cambiando y Venezuela puede estar frente a una oportunidad poco imaginada. O quizás no. Pero vale la pena prepararse ya, antes que sea tarde, una vez más.