domingo, 29 de abril de 2012

Desplome cubano


Por: Gerver Torres

Una de las tareas políticas e intelectuales más importantes que tenemos las fuerzas democráticas venezolanas hoy, es el estudio y seguimiento de Cuba, de su modelo de sociedad, de lo que allí ha ocurrido en las últimas décadas y de lo que está ocurriendo en la actualidad. De por sí, Cuba es un caso interesante de estudio para cualquier persona en el mundo interesada en los modelos de organización política y social. Es uno de los dos muy pocos países donde sobrevive el socialismo. Pero para los demócratas venezolanos el estudio de Cuba es aún más relevante hoy, primero porque ese es el tipo de país y sociedad, con las variantes que sea, en el que nos quiere convertir el régimen que nos gobierna; y segundo, por el tinglado de relaciones políticas que se ha armado entre los gobiernos de los dos países. La proximidad geográfica y cultural no hace sino más valiosa la tarea. 

El modelo cubano lo deberíamos estudiar, seguir y convertirlo en tema de campaña en las elecciones presidenciales venezolanas. Allí tenemos dibujado de manera clara y elocuente el destino al que nos lleva el camino por el cual vamos. Deberíamos discutir y contar ampliamente sobre su régimen político; ese en el cual no se permite sino la existencia de un solo partido: el partido comunista. 

Deberíamos hablar sobre su sistema de libertades; ese donde no existen sino medios gubernamentales de comunicación; donde los ciudadanos no pueden salir del país sin una autorización expresa del gobierno, y muchos al no obtenerla arriesgan su vida tratando de escapar del "mar de la felicidad". Deberíamos contar sobre sus interminables penurias económicas, que obligan a su gente a practicar infinitas formas de corrupción y degradación para sobrevivir, incluyendo la prostitución. También deberíamos contar cómo el sistema está hoy colapsando. Ello permitirá ver que el socialismo no es viable; no tiene destino. No lo ha tenido nunca antes y tampoco lo tiene hoy. 

Una "Guillotina" llamada Lara-Zulia

Por: Edinson Martínez
@emartz1

Hace unas semanas se produjo uno de los tantos accidentes de tránsito que con saldos fatales ocurren con frecuencia en la conocida vía interestatal Lara-Zulia. Esta vez fueron siete los fallecidos, entre ellos tres niños de corta edad. Así inicié éste mismo artículo hace casi un año. Nada pasó entonces; salvo decenas de nuevos accidentes y más recientemente uno de dimensiones pavorosas con saldo de quince heridos y varios fallecidos. Como hemos dicho antes, no es la primera vez que esto sucede y probablemente tampoco sea la última, puesto que esta vía desde hace mucho tiempo se ha convertido en una verdadera "guillotina". No es por casualidad que se cuenta entre las cinco primeras vías más peligrosas del país.

Cuando la gobernación del Zulia decidió la construcción de la Autopista de Occidente, es decir, una vía nueva para la circulación en un solo sentido de los vehículos y la habilitación de la conocida Lara-Zulia con un solo canal de tránsito en sentido contrario. Sentimos un profundo alivio. Pasaríamos de la vieja Lara-Zulia, cuya construcción se inició en 1936, a una moderna autopista. Transcurrieron muchos años y cientos o miles de personas fallecidas, mutiladas o desgraciadas, para que cobrara fuerza la idea de una construcción como esta. 

No fue una concesión graciosa su construcción y menos una limosna para esta parte del Zulia. Es con propiedad la obra civil más importante que el gobierno regional se ha planteado en el marco de sus competencias. Bajo el titulo de: "Autopista de Occidente", se inauguró la primera etapa en tiempo record, si tomamos en cuenta el average que registran a ritmo de tortuga la ejecución de las obras públicas. El tramo solo llegó a cubrir una parte del proyecto original, el cual abarca toda la extensión que corresponde al estado Zulia en el eje vial Lara-Zulia, es decir, desde la cabecera del puente sobre el lago hasta El Venado. 

Hace dos años o más, el gobierno nacional decidió paralizar la obra, le quitó la competencia al gobierno regional y asumió para sí la culminación de la autopista. Desde entonces la misma está paralizada y los trabajos de movimiento de tierra y demás detalles de ingeniería sencillamente abandonados. Si dijéramos que el gobierno nacional abandonó la obra no faltaríamos en un ápice a la verdad. Sí a la vez afirmáramos que lo hizo por maldad, por simple saña política, tampoco faltaríamos. 

Por ese acto de mezquindad del gobierno nacional, se dejó a su suerte a miles de venezolanos que circulan por la angosta, irregular, descuidada y peligrosa Lara-Zulia; cuando bien han podido hacerlo a esta fecha por una moderna y segura autopista. 

Si en este país funcionara adecuadamente un estado de derecho, el Estado y evidentemente sus funcionarios a titulo de responsables del gobierno, deberían responder civil y penalmente por sus actuaciones y omisiones al causar daños a terceros. Eso no es nada nuevo en otras partes del mundo, aquí mismo al lado, en Colombia, el Estado tiene pendiente centenares de demandas para resarcir a particulares por actuaciones indebidas de funcionarios que en nombre de éste proceden. 

El gobierno regional y los locales, no pueden conformarse con señalar la barbaridad cometida por el ejecutivo nacional. Es necesario reclamar con mucha fuerza, la culminación de la obra. Sean a través de acciones de amparo, movilización social y cualquiera otra que restituya el derecho de la gente a proteger su vida.

martes, 24 de abril de 2012

Dos visiones, dos futuros

Por: Hernan Castillo

Durante estos casi 14 años de gobierno hemos podido comparar las dos visiones sobre el futuro de Venezuela que están en juego en la escogencia del próximo Presidente de la República.

Por un lado, tenemos los once parámetros radicales que caracterizan la visión del futuro de este gobierno militarista, autoritario, violento, populista, clientelar, rentista, excluyente, estatista, socialista, ineficiente y corrompido que ha significado la gestión de Chávez, donde se han violado sistemáticamente los más elementales derechos humanos y libertades civiles; Venezuela se ha visto involucrada en todo tipo de escándalos y problemas. Se han despilfarrado más de mil millones de millones de dólares. Se les ha entregado la riqueza petrolera a otros gobiernos a cambio de nada.

El Estado se ha endeudado como nunca antes, mientras los venezolanos pasamos todo tipo de necesidades. La soberanía nacional e integridad territorial se han visto violentadas por la presencia de agentes fidelistas, narcotraficantes y terroristas. Se ha tratado de inocular el odio en la idiosincrasia cultural del venezolano. Y el crimen invade todo el cuerpo social.

Pero por otro lado, afortunadamente tenemos la visión de Henrique Carriles, quien ha planteado una filosofía del progreso basada en principios políticos como el derecho de cada quien a pensar y expresarse por sí mismo. El gobierno es para estimular, canalizar y orientar, no para intervenir, confiscar, controlar, reprimir y aplastar las actividades e iniciativas de la sociedad civil.

El poder es para servir, para facilitar y acercar al pueblo las soluciones de los problemas, no para servirse de él. El nuevo compromiso político está basado en la inclusión social, en la convocatoria y participación de todos los sectores, dirigido hacia la creación y multiplicación de oportunidades de todo tipo para todos por igual.

Se trata de una visión del futuro basada en principios de eficiencia, honestidad y descentralización administrativa para solucionar los problemas; con un plan, disciplina y voluntad para hacerlas realidad a través de un trabajo en equipo entre el esfuerzo privado y estatal para poner orden y generar tranquilidad, bienestar y seguridad.

En pocas palabras, Capriles está planteando un gobierno progresista a la altura del desafío que impone el desarrollo del mundo moderno globalizado, que garantice el acceso de las mayorías empobrecidas de venezolanos a bienes y servicios materiales y espirituales de alta calidad, en todos los campos. Es decir, cumplir el slogan: "Las condiciones en que se nace no pueden significar un obstáculo para progresar. Nadie debe quedarse atrás".

Capriles proyectó en su gestión como diputado, alcalde y gobernador lo que puede hacer por Venezuela desde la Presidencia. Y Chávez, desde el 4-F, demostró su capacidad de destrucción nacional. Está en nuestras manos escoger una visión del futuro para Venezuela.

Socialismo como problema

Por: Fernando Rodriguez
Decía Norberto Bobbio que debería haber una manera de sintetizar liberalismo y socialismo, pero que no estábamos maduros todavía para semejante tarea. Dicho en otras palabras se trataría de amalgamar los inalienables derechos del individuo (liberalismo) con la equidad, la repartición más o menos igualitaria de los bienes terrenales, y espirituales, entre ciudadanos y países (socialismo). A mí esa frase me convence y me conmueve.

Pienso que el socialismo, derrotado en todas sus formas reales, sigue existiendo como un lugar de llegada del largo camino de la humanidad, como una idea reguladora kantiana que orienta desde muy lejos y muy arriba, como las estrellas, las lentas, confusas y contradictorias acciones de los hombres. Más simplemente un ideal, que es una forma de existir tan válida ontológicamente como cualquier otra, a veces más importante que la realidad misma.

Cuando el señor Fukuyama anunció hegelianamente el fin de la historia, asunto que después corrigió, estaba diciendo una cosa muy sensata, muy inteligente.

Y por ello tuvo la repercusión que tuvo en tantas latitudes. Como se sabe, la tesis sostenía que no había otra idea viable, ni la habría en el futuro, para confeccionar las sociedades que la economía de mercado y el Estado liberal. Y de verdad que no la había, a menos que uno se hiciera fundamentalista islámico o, como el descarriado de la casa, se metiera por el canal equivocado, contrario, de la autopista de la historia y pensase llegar a algún sitio que no fuese el desastre. En nuestro caso más estrepitoso no puede ser el ejemplo.

Pero es evidente que se trata de una afirmación de espectro limitado. El mismo japonés reconoció que la vorágine tecnológica nos podía llevar a escenarios impensables y totalmente novedosos, o sea que no había tal fin. Yo no apelaría a esa revolución alucinante sino más modestamente a que no es posible mantener las enormes diferencias actuales entre los hombres sin que esto termine por explotar de alguna forma, a favor de los pocos privilegiados o de los muchos jodidos o del fin de la especie.

No es posible que la expectativas de vida de algunos países del África negra apenas supere los cuarenta años y la de los países del primer mundo alcance ya más de los ochenta.

O como ha dicho el sensato presidente Obama no es viable la monstruosa distribución de la riqueza en Estados Unidos y que el norte de la nación deberá ser en lo inmediato la búsqueda afanosa de la equidad, que las secretarias no paguen más impuestos que sus jefes multimillonarios. Y, para no irnos muy lejos, colóquese en innúmeros lugares de la ciudad de Caracas donde vea una imponente y moderna edificación y al fondo el enjambre de ranchos sobre una colina. Haga la foto con su celular.

Bueno, para acabar con eso que más que a nuestros deseos algo quiméricos y vacíos de igualdad apela a nuestro más sanguíneo y espontáneo sentimiento de fraternidad, de rechazo del sufrimiento ajeno, el motor que nos permitirá entrar en esa tierra todavía incógnita de que nos habla Bobbio, de un mundo más de todos, más pacíficos y saludable para caminar por las mañanas para bajar de peso.

domingo, 22 de abril de 2012

El viejo cementerio

Por: Edinson Martínez
@emartz1

Desde el fondo de mis recuerdos de niño busco constancia de haber estado alguna vez en el viejo cementerio de Lagunillas, ese mismo que de reojo suele uno ver en unas ruinas que colindan con las carreteras del sector no menos ruinoso y abandonado denominado “Barrio Venezuela” del municipio Lagunillas. Es un recuerdo vago, vaporoso y descolorido que me lleva cuando menos a cuarenta años atrás. Tenía una entrada metálica de puerta principal construida debajo de una estructura en forma de arco en lo que hoy se llamaría hierro forjado, de color gris y apertura lateral para cada puerta. No recuerdo que hubiera nombre alguno sobre la fachada. En su patio central, por decir de algún modo; una especie de camino principal por el que los deudos en procesión conducían a sus difuntos a su último y perenne lugar en esta tierra, dividía el viejo cementerio en dos mitades casi perfectas,   un aire de flores naturales perfumaba el ambiente y una vegetación silvestre  crecía sin más riego que el de las escurridizas lluvias de medio año.

En ambos lados del camino central algunas bóvedas grandes de estilo gótico que los más pudientes y vanidosos se esmeraban en erigir en tributo a sus familiares en su paso terrenal, se divisaban entre las más pequeñas y aún entre otras más modestas al ras de la tierra. Es al final del camino, - suena fatalista y apocalíptico, pero así es - frente a una pared ocasionalmente blanca porque entre sus tonos es posible advertir que de vez en cuando se pintaba, hasta donde mi recuerdo alcanza, se detuvo la fila de personas para bajar el ataúd de quien ahora no recuerdo con precisión y tampoco puedo concluir que aun no se encuentre entre sus huéspedes eternos. 

Ayer, por una causa estrictamente fortuita, me tocó pasar por la misma vía y carreteras que alinderan con las ruinas del viejo cementerio. En años anteriores desde luego que he recorrido por el sector por variadas razones, de modo que no es la primera vez que transito por allí; como tampoco la única vez que venía a mi memoria aquella ocasión que he comentado; sin embargo, nunca me detuve y menos me atreví a husmear en territorio del campo santo antecesor del actual ubicado en Ciudad Ojeda. Ayer, decidí detenerme a un lado de la vía y estacionado desde la ventana de mi vehículo miré hasta dentro; y con detalle, por donde la vista alcanzaba a ver, noté la dimensión de la desidia, la indolencia de décadas. En segundos tomé la determinación y decidí caminar hasta donde fuera posible; una fila de tumbas, colindantes con la carretera mostraban sus cruces erectas de metal negro abandonado – como indicando con su gesto a quienes habitamos esta tierra: aquí sigo yo – sobre rectángulos hechos de cemento y cerámicas a ras de tierra cuidadosamente alineados. Varias indicaban aún los nombres, fechas de nacimiento y su obligado: QEPD. Por respeto a la memoria de ellos, quiero omitirlos; pero los ví y escribí en un hoja improvisada. Probablemente aún están allí sus cuerpos, colindantes y al descubierto con la carretera y entre la vegetación silvestre que crece ahora sin mas impedimentos que los de la ley natural. Los vecinos del sector, tal vez sepan sus nombres porque al verlos mientras caminan sus calles, saltan evidentes las cruces con sus nombres y fechas atestiguando el tiempo que ha transcurrido. No hay cerca para ellos y menos distancia de los mortales, no hay respeto y dignidad en semejante abandono.

Quiero aprovechar la ocasión para precisar que el cuido, mantenimiento y construcción de cementerios en nuestro país, es una competencia directa y exclusiva de los gobiernos locales. No es Chávez ni San Chávez el responsable de tamaña indignidad; tampoco los gobiernos que le precedieron. Es el gobierno local de nuestra entidad municipal a quien corresponde porque la ley así lo ordena. En el momento en que se procedió a la apertura del actual cementerio, en el mismo acto debió hacerse lo conducente para bien conservar el viejo cementerio o deshabilitar por completo. Jamás ha debido suceder lo que hoy en día representa esa vergüenza ubicada en la parroquia Venezuela.


Ahora bien, han transcurrido los años y el “nuevo” cementerio ahora está a punto de colapso por cuanto su zona de expansión fue invadida y sencillamente no hay hacia dónde crecer. Una opción factible, nada descartable, bien podría ser rehabilitar el viejo cementerio y con ello restituir algo de dignidad al viejo campo santo y sus moradores.

viernes, 20 de abril de 2012

El Presidente y la teoría de las catástrofes

Por: Miguel Muñoz

Un Presidente claro. “Aquí en Venezuela se ha cumplido cabalmente la teoría de las catástrofes”. Fueron sus palabras en su discurso de toma de posesión en 1.999: “La teoría de las catástrofes ocurre de manera progresiva. Cuando sucede alguna pequeña perturbación en un entorno, en un sistema determinado y no hay capacidad para regular esa pequeña perturbación; una pequeña perturbación que pudiera regularse a través de una pequeña acción.

Pero cuando no hay capacidad o no hay voluntad para regular una pequeña perturbación, más adelante viene otra pequeña perturbación que tampoco fue regulada, y se van acumulando pequeñas perturbaciones, una sobre la otra y una sobre la otra; y el sistema y el contorno va perdiendo la capacidad para regularlas, hasta que llega la catástrofe, la catástrofe es así la sumatoria de un conjunto de crisis o de perturbaciones”… Tantos recursos como tiempo perdido.

En ese mismo discurso también señaló: “es muy difícil creer que en una suma de factores, todos positivos, el resultado sea negativo. ¡Tanta riqueza!, se preguntarán ustedes; la reserva de petróleo más grande del mundo, la quinta reserva más grande del mundo en gas, oro, un inmenso Mar Caribe rico y hermoso que nos une con tantos hermanos de ese mare nostrum, ríos inmensos, caudalosos, hay pueblos que han tenido que hacer ríos debajo del desierto, han tenido que construir ríos debajo de la arena para llevarle agua a sus pueblos, nosotros somos uno de los países con mayor reserva de agua dulce del mundo entero, millones de hectáreas de tierra fértil, inmenso territorio propicio para el turismo, un pueblo joven, alegre, dicharachero, caribeño y pare ahí de contar, con una suma, todo eso igual a pobreza ¿quién puede explicar eso?”… Estuvo en línea con Uslar. Y allí, igualmente esbozó: “Decía el doctor Uslar hace unos días atrás, hace unos meses atrás, hace unos años atrás que aquí en Venezuela se evaporaron 15 planes Marshall con los cuales se hubiesen reconstruido 15 Europas, incluyendo todas las bombas que lanzaron y todas las invasiones y los muertos y las bombas atómicas. 15 Planes Marshall, aquí se evaporaron, 15 Planes Marshall ¿dónde están?; el que sepa, dígame; el que tenga alguna información de dónde está eso, dígamelo”…

La pregunta ahora es para Usted. El Plan Marshall duró 4 años fiscales y costó 13.000 millones de dólares de la época. Ahora bien; sólo en los primeros diez años de su mandato (1999-2010), el valor de las exportaciones petroleras alcanzó a 515.687 millones de dólares.

Retomemos ahora lo de la teoría de las catástrofes: ¿Cómo van las perturbaciones acumuladas en educación, salud, seguridad personal, servicios públicos básicos y vivienda? ¿A los viejos problemas no se le han sumado otros nuevos, mas graves que los que venían confrontando el país cuando Usted llegó al poder? Hago a un lado todas las perturbaciones y con gran respeto le pregunto de manera concreta: ¿Cuántos Planes Marshall se han esfumado durante su mandato? Haga la operación numérica ¿Dónde están? Si es tan amable Presidente, dígamelo hoy, porque es muy probable que el 7-O sea el país quien se lo va a decir a Usted…

sábado, 7 de abril de 2012

Con gente de petróleo en Semana Santa

Por: Edinson Martinez
@emartz1

Con ocasión de los días de Semana Santa, algunos de mis antiguos vecinos y amigos, regresaron al país luego de una ausencia obligada de varios años. Todos, exempleados de PDVSA, que debido el veto laboral que pesaba sobre ellos y los duros momentos que padecieron junto a sus familias, se marcharon entonces a ofrecer sus servicios profesionales en distintos países.

Fue una velada emotiva en casa de uno de ellos que prolongamos hasta más allá de la medianoche. Las familias completas con los chamos de ayer y ahora crecidos, tuvimos esta vez momentos para compartir cordialmente como hace casi una década. Son todos profesionales de primera línea en el ámbito petrolero, con su talento han contribuido a posicionar la industria petrolera de países como Canadá, Colombia y México. De esta reunión tan especial y de orden tan íntimo y particular vale la pena compartir con ustedes lo siguiente:

La educación que académica y formalmente nos forma para la vida, es insustituible y la mejor – cuidado y sí no la única – carta de presentación de cualquier ciudadano en el mundo. En nuestros tiempos el conocimiento es el acervo personal que compensa los desequilibrios y diferencias sociales que por diversas causas perviven en el mundo. Que hoy cientos o miles de venezolanos se desempeñen en reconocidas organizaciones empresariales de varios países, especialmente en el ámbito petrolero internacional, son una muestra muy evidente del patrimonio en talento humano que Venezuela por años fue construyendo en su principal industria. Pero, además, un acreditado prestigio para nuestras universidades nacionales que los ha formado. Muchos de estos profesionales ocupan en el exterior cargos gerenciales de alta jerarquía para los cuales han calificado por su trayectoria y formación. Por eso no deja de ser una irresponsabilidad gubernamental socavar las bases de nuestras principales casas de estudios de pregrado y postgrado, para privilegiar la creación de una cantidad de universidades de dudosa solvencia académica

De una mirada rápida a la otrora principal región petrolera nacional, la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, – de donde somos – varios de estos amigos muestran su estupor por la calamitosa situación de quiebra y abandono de pequeñas, medianas y grandes empresas de servicios a la industria petrolera. Algunas de ellas emblemáticas en su tiempo como empresas solidas y de soporte operacional a la industria. Muelles y embarcaciones expropiadas – sería mejor decir confiscadas – en estado deplorable, destruidas y víctimas de la peor de las negligencias. ¿Cuánto le costará al estado venezolano recuperar toda ésta locura irresponsable? se preguntó uno de ellos.

Algunos de estos profesionales del petróleo probablemente estén dispuestos a regresar al país una vez que un nuevo gobierno asuma la conducción nacional. Aportar sin duda su mejor esfuerzo para recuperar la industria. En fin de cuentas aquí están sus raíces, parte de sus familias y amigos. Sin embargo, buena parte de ellos, es evidente que ya tienen otra vida en otro lugar, muchos han progresado como no imaginaron en nuestro país y regresar significará bastante más que empacar de nuevo las maletas. Por ahora aguardamos por la siguiente ocasión para reencontrarnos, a diferencia de esta vez que no tenía una fecha predeterminada y sólo las razones de un asueto escogieron. La siguiente, ya tiene fecha: el 07 de octubre de 2012

Historia de una ilusión

Por:Carlos Raul Hernandez

Lo malo del pasado es ser inmodificable. Para otros, por el contrario, el pasado es un invento del presente. En Retrato de familia con Fidel, Franqui revela cómo desaparecían los personajes de las fotos, en la medida que caían en desgracia.

O simplemente no existe, ya que sabemos precariamente qué pasó por testimonios e interpretaciones a posteriori, contradictorias, que expresan la visión de sus autores. El famoso clásico de Furet se llama El pasado de una ilusión, pero la Historia es la ilusión de un pasado.

A diferencia de las anteriores, las revoluciones del siglo XX son las primeras que obedecen a un plan deliberado de destrucción de la vida civilizada, si no contamos las tribus bárbaras germánicas y asiáticas. Comienzan por minar la autoestima colectiva, su autoconciencia, sus valores, su Historia. Son premeditadas.

En cambio sólo cuando iban ya por la mitad de la matanchina, los franceses se dieron cuenta de lo que pasaba y la llamaron "revolución", término de las ciencias naturales. Paradójicamente alude una vuelta de 360 grados, dice Vico. Mucho nadar para ahogarse en la orilla. Volver con la frente marchita.

El día de la toma de la Bastilla, precedido por acontecimientos como la conformación de la Asamblea Constituyente y el juramento de Jeu de Paume, Luis XVI escribió en su diario: "nada". No pasaba nada. Nadie lo sabía, ni siquiera Desmulins que encabezó la toma. Pensaban que era una revuelta y era una revolución.

Mao obtuvo un éxito momentáneo en su monstruosa tarea. Pero ya pasó. Hace tiempo Confucio salió de los calabozos de la Revolución Cultural, que compartió, entre otros, con Beethoven y Mozart, y volvió a las aulas con sus enseñanzas, aunque alguna Miss latinoamericana, tal vez secretamente maoísta, lo considere "padre de la confusión". Es padre de la rectitud.

En Venezuela hicieron una reconstrucción aviesa de abril 2002, y para darle veracidad no vacilaron en enterrar vivos a los inocentes policías. Episodio rodeado de crímenes, cobardía, frialdad revolucionaria, y también valor, voluntad y estupidez de los demócratas.

La extraordinaria manifestación que algunos calificaron como "la mayor del mundo" se dirigió a Miraflores a solicitar la renuncia. La respuesta fue ordenar a la FFAA aplicar el Plan Ávila, disparar contra los civiles. El alto mando no obedecería. Ante eso los grupos paramilitares del gobierno atacaron la marcha. Tiburón I llamando a Sardinita III. Plomo.

Dieciocho muertos a mansalva, dieciocho "muñecos" dijo uno de los asesinos. Eso costó la ilusión de libertad. Ante la ola de ira y estupor causada por esas muertes, el presidente se entregó en fuerte Tiuna, precavido de que una poblada asaltara el palacio. Algún mermado moral ahí maltrató al prisionero. Dicen que Lucas guarda la renuncia manuscrita en un banco suizo.

La ciudadanía, con su sacrificio, sacó a quien montaba paso a paso una dictadura totalitaria, como sigue haciéndolo. Pero la tragedia se gesta en la selección del gobierno provisional. El primer error, designar un gran gerente, un hombre bondadoso y útil, pero sin la más remota idea de política, y jefe de la Casa Militar a un rival de Tom Cruise. Se requerían plomeros del poder.

Ninguno de los dos conocía la o por lo redondo, nadie daba órdenes a los militares ni la policía. Dicen que el teniente o capitán Rodríguez de la DISIP, fue con su Estado Mayor a entregarse en Fuerte Tiuna y consiguió una gran fiesta. Cuándo saludó de rigor, y le dijo -"mi general, venimos a entregarnos"- la respuesta fue -"!no hombre, chico!... Quédense por ahí y échense un palo".

El gabinete de abril es una de las manifestaciones más excelsas de falta de sentido común que se conocen, con un guardia nacional retirado Ministro de Defensa, igual que el Decreto Número 1, un documento suicida, descabellado, escrito por las mentes jurídicas más brillantes de la república bananera. Destituye parlamentarios, gobernadores y alcaldes electos que ya eran aliados del nuevo gobierno.

Horas después ante la marea de estupor, Carmona lanza el decreto Número 2 que dejaba sin lugar el primero. Era el momento de aferrarse al gobierno provisional y apuntalarlo para que convocara nuevas elecciones, ayudarlo a superar su propio enredo.

Ocurrió lo contrario. Debilitado le saltaron al cuello. Ambiciones insatisfechas, corazones heridos, y una parte de la oposición optó por el derrocado como mal menor en vez de Carmona y el movimiento se desmoronó. Diez años en el lodo y vienen días muy duros.

viernes, 6 de abril de 2012

De viaje con el Papa

Por: Antonio Cova Maduro

Pocos viajes del Papa Ratzinger han dado tanto de qué hablar como el que acaba de acometer al Caribe latinoamericano. Una semana realmente intensa para un hombre que cumplirá los 85 años tres días antes de que el calendario marque los siete años que lleva como Papa. La verdad es que pocos creían que aquel hombre que recién cumplía los 78 años fuera a superar el lustro en cargo tan demandante como ese.

En efecto, el último Papa que a su misma edad llegó a gobernar la Iglesia fue el campesino italiano Juan XXIII, quizás el revolucionario más notable que contemplara la Iglesia en el complicado siglo XX. Fue el convocante, y principal sostén del Concilio Ecuménico Vaticano II, que, en muy pocos años, arrancó a la Iglesia Católica del sopor agónico y de un golpe la puso en el centro de los problemas, tragedias y esperanzas del mundo moderno. Lamentablemente no pudo terminarlo, y quizás a muchos de nuestro tiempo tampoco nos sea fácil ver sus efectos.

De los múltiples viajes que ha realizado Benedicto XVI este fue apenas el segundo que hiciera a Latinoamérica y agudos periodistas no dejaron de enfatizarlo con algo de reproche. ¿Por qué no cuidar más al continente más sólidamente católico del planeta, precisamente ahora cuando la sangría de fieles se torna aguda por momentos? Con ello descuidan un dato que ya se hizo notar en la escogencia misma del nombre: Benito, el fundador de los benedictinos, es el patrón de Europa y la acelerada descristianización de ese continente ha sido su permanente dolor de cabeza. Antes de ser Papa, incluso.

Por eso mismo -y porque ese "virus" europeo se extiende rápido- quizá la obra más permanente y destacada de lo que a no dudarlo será un corto pontificado termine siendo la recién creada "Comisión Pontificia para la Nueva Evangelización", cuyo propósito declarado es lograr lo que la revitalización católica alcanzó en los cien años posteriores a la Reforma Protestante.

Pero quedémonos en este singular viaje: primero a México y luego a la Cuba de las postrimerías castrocomunistas. En ambos casos el motivo declarado fue una "efemérides aniversario", la más importante: los 400 años de compañía que la Virgen, como "Caridad del Cobre", ha concedido a la isla.

México y Cuba, tan próximos en otros asuntos, están en las antípodas en lo que a catolicismo se refiere. En el más poblado país de la hispanidad, la feroz persecución que sufrió en las primeras décadas del PRI, en lo más mínimo apagó allí la fe católica. Todo lo contrario: la atornilló. México es hoy un país donde su intelectualidad, tan importante e influyente, no logra comunicar su agnosticismo al resto de la población.

Su importante clase empresarial se confiesa abiertamente creyente y, lo más importante, no hay pueblo con una devoción tan constante y probada a la Madre de Dios. Quien lo haya visto no deja de expresar su asombro por el culto masivo a la Guadalupe las 24 horas de cada día del año. No hay nada parecido en parte alguna.

De allí fue a Cuba y sirvió de testigo excepcional a lo que todavía algunos ponen en duda: Raúl está completamente al mando y su hermano es ya una momia cuya importancia rápido se evapora. Incluso el Papa, que con la misma edad luce fuerte, no le visitó, sino que fue su anfitrión por un ratico en la Nunciatura en La Habana. Algo muy simbólico... para quien entienda.

Raúl fue el gran beneficiario. Su estatura crece al ser de los primeros anfitriones americanos del Papa y cuando afloja la mano es mejor transmitir la imagen de que es por petición eclesiástica y no por presión norteamericana. Se garantiza, además, un apoyo inesperado de un mundo religioso que no parece inclinado a aventuras, que no sea otra que brindarle apoyo y compañía en su lucha contra la dura oposición de la burocracia comunista a sus planes de largo aliento.

La Iglesia -que "sabe más por vieja que por diabla"- intuye que "le sobra tiempo" cuando el régimen agoniza a todas luces. Qué más da esperar un poco. Ella estará allí como una fuerza viva y sólida cuando colapse ese agotado parapeto que es el Partido Comunista Cubano, igual que lo hizo en algunos países de Europa Oriental y cuando se hundió la Roma Imperial...

Por eso la Iglesia cubana simula bajar la cabeza al tiempo que sus palabras la ponen en el siglo, mientras el PCC se retrae. No actúa como la Iglesia polaca porque sabe que ya llegará el momento, y confía en que ya pasó la época de una "Iglesia patriótica" al estilo chino. El ochentón Raúl no tiene tiempo ni ánimo para esas cruzadas.

La ciudad y el Estado

Por: Marco Negron

Desde finales del siglo pasado viene afirmándose la idea de que las ciudades y las regiones cuentan más que la nación en el destino de las sociedades. Sin embargo, pese a que desde 1989 Venezuela se dotó de una legislación que promueve la autonomía de los poderes locales y regionales, en el caso de Caracas, para no hablar de las demás ciudades venezolanas, se registra una serie de paradojas que entorpecen su desarrollo y que tienen su origen en decisiones tomadas a nivel nacional.

Según estudios de la Unión de Bancos Suizos (UBS) para un conjunto de 73 ciudades en todo el mundo, ella clasificaba en 2009 como la 12ª más cara, a la par de París y muy por encima de la más cara de América Latina, Sao Paulo, que ocupaba el lugar 42, pero retrocedía al 54 por nivel de salarios y al 61 por poder adquisitivo, por debajo de Sao Paulo, Río de Janeiro, Bogotá, Buenos Aires, Santiago de Chile y Lima, colocándose únicamente por encima de Ciudad de México entre las latinoamericanas. El resultado es una suerte de esquizofrenia urbana, originada en unas políticas macroeconómicas insensatas que mantienen una moneda nacional sobrevaluada junto a una de las tasas de inflación más altas del mundo y que probablemente explican, entre otras cosas, que la capital venezolana exhiba un porcentaje de población viviendo en barrios de autoconstrucción muy superior a la media latinoamericana. Esa situación paradójica era ratificada por el estudio de la revista América Economía para ese mismo año sobre las mejores ciudades de América Latina para hacer negocios, que otorga considerable peso a la calidad de vida de las mismas: Caracas aparecía ocupando un vergonzoso penúltimo lugar entre 50 ciudades pese a clasificar entre las diez con más alto PIB.

Aunque el régimen actual ha interferido groseramente en las competencias que la Constitución nacional reconoce a los municipios y estados -el golpe mal encubierto contra las autoridades del estado Monagas es el más reciente, no el único-, el problema no es coyuntural: él tiene que ver con una economía exageradamente dependiente del ingreso petrolero, del monopolio que sobre éste ejerce el Gobierno central y, en consecuencia, de la sobredeterminación de prácticamente cada evento de la vida nacional ejercida por el último. No habrá ciudades sanas si no se quebranta ese monopolio.

Un país especial

Por: Bernardo Kliksberg

Buthan es el único país en el mundo que mide su producto bruto por los avances obtenidos en el nivel de felicidad de sus ciudadanos.

Está exponiendo su caso, que ha llamado la atención universal, en la ONU con la participación del secretario general de la organización.

Es como lo llama The Guardian de Inglaterra, el caso de un "país disruptivo" que rompe con las maneras usuales de enfocar la economía, el medio ambiente, y la vida misma.

Dice su mensaje a la ONU que es hora de "dar un descanso a la naturaleza, reducir el estrés, tener más tiempo libre, y mejorar la calidad de nuestras vidas".

El pequeño y humilde país tiene 700.000 habitantes y está en el Himalaya entre China y la India.

Su producto bruto de felicidad que lo guía implica un enfoque holístico.

Promueve sistemáticamente el empoderamiento de las mujeres, el apoyo a las comunidades locales, fuertes redes comunitarias, la familia.

Fue el primer país del mundo que declaró ilegal fumar en público o vender tabaco.

Tiene un ecosistema montañoso frágil susceptible de terremotos, deslizamientos, erosión, incendios, y destrucción de glaciares.

Ha incluido en su Constitución la responsabilidad de los ciudadanos de proteger el medio ambiente, considerando la rica biodiversidad, y previniendo todas las formas de degradación ecológica.

El artículo 5 fija que el 60% de su territorio debe tener bosques. En el 2010 era el 70%. Las áreas protegidas incluyendo corredores biológicos y áreas conservadas cubren el 51% del territorio. Esas cifras han venido aumentando frente a la tendencia inversa en muchos otros países. Así si bien India su vecino aumentó fuertemente su producto interno bruto, su capital natural se redujo en un 31% entre 1990 y el 2008.

Como sus bosques absorben el carbón, su emisión de gases contaminante es negativa.

El 100% de su producción agrícola es orgánica.

Enfatizó en la ONU "la profunda felicidad que viene de vivir la vida en total armonía con el mundo natural, con las comunidades, las personas, con la propia herencia cultural y espiritual".

También la idea de estimular la justicia social, la no apropiación del patrimonio común por unos pocos, los sistemas cooperativos, el comercio justo.

¿Es posible conciliar todo esto con avances económicos y sociales?

Lo hizo. Bajó la pobreza de 36.3% en el 2000 a 23.2% en el 2007. Para el 2015 la habrá reducido a la mitad y extendido agua potable y servicios sanitarios universales. La esperanza de vida se dobló en dos generaciones, y el 99% de los niños están en primaria.

Previno en la ONU: "el sistema económico promueve precisamente lo inverso, un profundo sentido de alineación del mundo natural y del otro. El egoísmo y la ganancia material destruyen la naturaleza, degradan nuestra herencia cultural, nos estresan, y no nos permiten tiempo para disfrutar de la compañía del otro, y meditar sobre el sentido profundo de la vida".

Sería muy fecundo prestar real atención a sus "disruptivos planteos"

lunes, 2 de abril de 2012

El sentido más común

Por: Enrique Ochoa Antich


Las campañas electorales tienen, como se sabe, muchos componentes: la idea-fuerza, el discurso, el mensaje, la imagen publicitaria, la consigna, la oferta programática, el contacto directo, la organización electoral, etc., etc. Pero por momentos hay candidaturas que logran comunicarse con ese cierto sentido común que en algunas circunstancias cruza la conciencia de los pueblo. Y desde allí, una vez que logran esa sintonía, se hacen invencibles.



Sostengo que, al fondo de la jerga ideológica del gobierno, más allá de la trascendente confrontación entre un proyecto totalitario y otro democrático, y todo lo que de allí se deriva, hay, en la Venezuela de hoy, una idea que se conecta con ese sentido común del que hablamos: el cambio.



Es una idea simple, sencilla: ya está bueno ya (como rezaba alguna vez la consigna del MAS frente a los que entonces eran 30 años de AD y COPEI), es necesario cambiar, darle la oportunidad a otro. No hablamos de la idea más profunda de cambio político, económico, social, sino de la simple idea de cambio.



Frente a un autócrata adicto del poder al que no le basta con haber desgobernado al país durante 14 años sino que pretende llegar ¡a los 20!, la conciencia libertaria de todo pueblo democrático, y en particular del venezolano, tiende a decir con naturalidad: ya está bueno ya.



Es una idea de cambio que, además, Capriles encarna de manera natural. Darle una oportunidad a otro es, en Capriles, dársela a la paz, y acabar con la violencia reiterada y machacona del lenguaje presidencial. Darle una oportunidad a otro es, en Capriles, dársela a una nueva generación, y sacar del poder a un fatigado y repetitivo caudillejo que ya no da para más.



Es, además, una idea que puede, si sabe comunicarse bien, inteligenciarse con ese electorado chavista que, aún emparentado afectivamente con Chávez, sabe que su gobierno no está dando los resultados esperados. Cambio es, en la perspectiva de este chavista desencantado, algo así como decirle a su líder: "Presidente: Gracias por los favores recibidos.



Usted hizo lo posible, pero hasta aquí. Es un abuso que un solo hombre rija los destinos de un país por 20 años. Ya está bueno ya". Por eso el candidato del gobierno quiere comunicar la idea contraria: que todo cambio es un caos cuando sabemos que es exactamente lo contrario: salir del caos actual. Cambio, pues. Que la campaña de la Venezuela democrática encarne esa idea elemental pero poderosa. Y que, cambiando, abramos a partir del 8 de octubre un nuevo tiempo para la patria.