domingo, 30 de septiembre de 2012

Será presidente


Por: Edinson Martínez
@emartz1

A pocas horas del que con seguridad, desde 1998 hasta el presente, será el proceso comicial de mayor trascendencia que hayamos vivido los venezolanos. Escribo éste artículo convencido de la victoria del candidato Henrique Capriles Radonski, es una afirmación resultado de las evidencias que todo éste lapso de campaña han acumulado a su favor. Su visita y recorrido en más de trescientos pueblos del país a un ritmo enloquecedor, de exigencia física e intelectual apto para muy pocos, han despertado un entusiasmo solo comparable al generado en sus buenos tiempos por el presidente saliente. Ver las imágenes por televisión apenas nos da una idea de la euforia popular del tamaño del respaldo; sin embargo, vivirla de cerca, desde adentro de la multitud, es un espectáculo francamente impresionante.

Los instantes en que llega el candidato o intenta abrirse paso entre las personas, su misma despedida, se convierten en momentos de explosión emocional incontrolables. Un par de veces me tocó presenciar, asistir y caminar en esos recorridos, les aseguro que no es nada envidiable sentirse estrujado, empujado, magullado y literalmente arrollado por la gente poseída de una euforia indescriptible. Me tocó verlo pasar a poca distancia virtualmente en el aire entre miles de brazos y manos desesperadas por tocar aunque fuera un pedazo de su camisa. Gritos que se escuchan desde todos los puntos cardinales y mujeres de todos los colores y tamaños bregando desde alguna altura, en maromas equilibristas que desafían la cordura,  intentando  tomarle una foto. Es una “locura” de verdad.

Ganará, no abrigo duda alguna. Capriles será presidente y aprovecho lo que me resta de espacio para expresar un trío de inquietudes.

1) Aspiro como creo lo ambicionan la mayoría de los venezolanos, una regeneración de la política, un relevo de las ideas y modos de hacer política en el país. Tal vez resumidas en estos pocos enunciados: Decencia, modernidad y eficiencia en la gestión pública.

2) El impulso de una nueva ética gubernamental que ubique al estamento público, como servidores de la gente y no al revés. El ejercicio público es para los ciudadanos y en ningún caso de modo contrario. Esa idea según la cual el pueblo debe agradecer y bendecir a todo aquel que cumpla con su trabajo, bien porque construya una obra o inaugura algún servicio, y, por ello celebrarlo con fuegos artificiales y adular hasta al cansancio al benefactor, debe ser desterrada en una nueva y moderna gestión pública. Y

3) Relevo generacional sin menosprecio a la representatividad que la experiencia de otros puedan ofrecer, pero definitivamente abrirle paso a un país cuyo talento profesional se ubica abrumadoramente en una población comprendida entre los 25 y 45  años.

Desde luego que son muchas las reflexiones que pueden plantearse en un tiempo como el que vivimos, en el país y en el mundo. Pero seamos modestos, acompañemos e impulsemos los cambios que una nación como la nuestra requiere para un mejor porvenir. Hemos perdido oportunidades en todos estos años, descendido en aspectos que creíamos consolidados,  – la descentralización pública y fortalecimiento institucional de las regiones, por ejemplo – pero siempre hay espacio para el  optimismo, para levantarse después de la caída y construir el futuro a la medida de los mejores sueños colectivos. Sí otros han podido, por qué los venezolano no habríamos de poder.  

martes, 18 de septiembre de 2012

"Tiempos de dictadura"

Por: Adelso Gonzalez Urdaneta

Son los "Tiempos de Marcos Pérez Jiménez", como lo dice la magnífica película del amigo y compañero en estudios y en luchas comunes Carlos Oteyza. Personalmente tuve el honor de ser invitado por él a la Premier de la película, que compartí con el numeroso público y con mi esposa. Tanto ella como yo vivimos, luchamos y padecimos alrededor de las inclemencias de aquel bochornoso momento histórico, y esto nos ayudó mucho, como a tantos otros invitados, en el vivo recuerdo de aquel ayer. 

La carga emocional nos invadió poco porque las vivencias más crueles de la dictadura de entonces fueron presentadas en la narrativa de la película con fina objetividad, en la voz de sus autorizados y acreditados comentaristas (Pompeyo Márquez, José Agustín Catalá, Isabel Carmona, Simón Alberto Consalvi, Oscar Yanes, Américo Martín...), sin entrar en la siembra de nuevos y actualizados odios, tan dañinos en el quehacer político venezolano, ahora repetidos y profundizados con el mal ejemplo de nuestro primer servidor público, empecinado en esa mala siembra con su negativa prédica conflictiva y divisionista, que tanto daño nos ha hecho a todos. 

La fotografía histórica de la dictadura militar pérezjimenista está en la película bien tomada, a los ojos nacionales e internacionales; revela con objetividad la crueldad con los luchadores contra ella y la siembra del miedo en la sociedad y en la calle, así como el esfuerzo gubernamental de entonces por llenar de obras públicas el edificio nacional, como para hacer olvidar el sufrimiento imperante. Uno de los elementales objetivos de la película, dicho por el mismo Carlos Oteyza, es el de contribuir en hacer perder el miedo; y lo logra, pues estimula la inconformidad y la lucha contra lo malo, mucho más al tratarse de los derechos humanos y de la esencia democrática que debe adornar a cualquier modelo político hecho régimen de gobierno. La gente cada vez aprende más sobre lo que debe ser y no debe ser un gobierno verdaderamente democrático. 

En ese aprendizaje va adquiriendo mayor conciencia de los males que causa a la Nación y a todos los venezolanos una dictadura, militar o civil. Sobre esto, en la actual situación política hay muchos, de Venezuela y de la comunidad internacional, que están convencidos, y lo plantean, de que ahora estamos en una Dictadura. Personalmente no comparto tal opinión, como tampoco creo que vivimos en una real Democracia. Entonces, ¿qué tenemos?, me preguntan al escucharme. 

Mi respuesta es muy sencilla: un híbrido gubernamental, especie de mondongo venezolano, donde el signo del personalismo autoritario es determinante. A propósito de la película, personalmente me he propuesto ofrecer una contribución más, sobre todo al magisterio y a nuestra juventud que lucha por sus sueños e ideales, al desenmascaramiento de una dictadura militar, con el esfuerzo de un libro vivencial-testimonial: Un maestro entre barrotes. Memoria de un preso político de la dictadura militar pérezjimenista.19511958.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Falta poco

Por: Edinson Martinez
@emartz1

Si hay alguna región de Venezuela donde se justifique en toda su expresión un cambio de gobierno. Esa es, la Costa Oriental del Lago de Maracaibo. Todos los indicadores de empobrecimiento muestran un crecimiento progresivo en tiempos en que el gobierno ha disfrutado de precios petroleros que jamás se imaginaron. Esto nos lleva de modo inevitable a una comparación con los años previos al gobierno chavista. Comencemos por decir que en aquellos años, las cotizaciones del crudo lograban ubicarse en promedios que hoy dan risa. Con todo y el modelo injusto del reparto de la riqueza, los efectos de la bonanza petrolera de algún modo impactaban medianamente en positivo esta parte del país. Al contrastar aquellos tiempos con los días que discurren, el saldo es de un alarmante desbalance. Las obras de infraestructura que aún se mantienen en pie, descuidadas y abandonas en el presente, se realizaron en los gobiernos precedentes. Dos zonas industriales se construyeron desde finales de los 60´ hasta comienzo de los 90´, amén de la extensa franja de empresas e industrias ubicadas en toda la franja de costa lacustre extendida entre Cabimas y Bachaquero. Este gobierno no puede mostrar luego de 14 años ni una sola empresa nueva instalada en alguna de las dos zonas industriales. 

Hay que ver lo que esto significa en una región que tiene una población superior a varios estados del país, entre ellos, Sucre, Portuguesa, Mérida y la tierra natal del presidente. En 1.998 el desempleo en la subregión COL se ubicaba en el 11% de la población económicamente activa. Hoy sobrepasa el 25% evidenciado en el lastimoso estado en que se encuentran las empresas sobrevivientes de éste descalabro. El gobierno en lugar de crear empleos en esta zona del Zulia, ha generado más desempleo. Expropiaciones sin sentido y luego la gerencia irresponsable de las empresas expropiadas, que mejor parece el usufructo de un botín de guerra. 

Las dos principales vías de comunicación entre el estado y el resto del país, han sido abandonadas; no se trata de que se haya hecho un paliativo o mantenimiento de menor monta, de modo intermitente, al tiempo que los enredos del centralismo y la burocracia permiten. No, - es asombroso apenas considerarlo - sencillamente, se abandonaron a su suerte y con ella a los cientos de miles de personas que transitamos por ellas. Es el caso de la ampliación de la Lara-Zulia y la avenida Intercomunal. Las plantas de tratamiento de aguas servidas que para un gobierno medianamente responsable han debido ser una prioridad…ninguna funciona de las pocas que construyeron. Tampoco el agua potable, que aún recibimos de los viejos embalses y represas construidas en lejanos años, han recibido la inversión requerida para una población que dentro de poco llegará al millón de personas. 

Cuando se escribe estas cosas uno puede llegar a pensar que los lectores de otras regiones del país, en algún momento de la lectura tal vez se detengan y las dudas le asalten sobre la verdad de éste artículo. Porque, en realidad, no hay nada racional que pueda explicar un proceder gubernamental de éste modo. Si no fuera por el hecho, de que nuestro lector sufre un apagón eléctrico de varias horas en el momento en que ahora lee éste breve relato que obligara su conclusión posteriormente. Pues, podría pensar que no es verdad lo que escribimos. Porque es como una planificación del descalabro y la destrucción la que se ha instalado en Miraflores para hacernos la vida de cuadritos. Es un gobierno de despropósitos que para fortuna de la mayoría de los venezolanos, llega a su fin en pocos días llevándose el segundo record de mayor estancia gubernamental en nuestra historia patria.

jueves, 6 de septiembre de 2012

País de las maravillas

Por: Miguel Angel Latouche

Dicen por allí que la lengua es castigo del cuerpo, que el que mucho habla mucho yerra. Somos un pueblo peculiar, nos encantan los habladores de paja. Esos que hablan y hablan sin parar. ¡Ahhh! son el alma de la fiesta, se saben todos los cuentos y todos los chistes, le ponen sobrenombre a cualquiera sin pensarlo mucho. No les importa el qué dirán, terminan bailando con la más bonita de la fiesta, comiéndose todos los pasapalos, dándole un beso a alguna reina y agarrándole las nalgas a la dueña de la casa. 

Uno de esos carajos que arrima y bocha, que nunca ahorca la cochina. Todos conocemos y hemos sufrido a algún Barbarazo, sí, claro, uno de esos de quienes se dice que acaban con tó. Si uno les pregunta por su canción preferida terminan entonando a buen pulmón, casi siempre con muy buena voz y tratando de imitar al Carrao de Palmarito, aquel estribillo, ¿lo recuerdan?, "a quién no le va a gustar pedir y que le den fiao, dormir en chinchorro ajeno con aire acondicionao". 

Así, vivimos en medio de una irracionalidad social que se condimenta con la lógica de lo Real Maravilloso. La realidad es mucho más sorprendente que la ficción. Es así como vivimos en la ficción de ese País de las Maravillas que Lewis Carroll construyó para su Alicia. En este mundo del absurdo en el cual no pasa nada, en el cual no hay problemas, en el cual todos somos felices. 

Tomamos té con la reina de corazones, perseguimos conejos y hablamos con gatos que se desaparecen a voluntad. Basta con que usted esté de acuerdo con el gobierno para que todo esté bien. Si usted por equivocación se queja pues tenga cuidado, a lo mejor lo empiezan a perseguir las cartas de la baraja. El asunto es sencillo, no se queje, no diga nada, deje de pensar. La felicidad asociada a la obediencia ciega de esta religión civil que se nos impone desde el Panteón de los Nuevos Héroes de la Patria. 

Quizás un acto de prestidigitación nos permitirá abstraernos de algunas de nuestras tragedias cotidianas: Haga usted el intento, querido lector, ponga la mente en blanco, concéntrese, concéntrese. Trate de olvidar, trate de olvidar, trate de olvidar. Asuma la fe ciega. Déjese iluminar por el halo refulgente de quien nos gobierna y ya, pronto se dará cuenta de que todo es mentira. Usted había estado siendo manipulado por unos malvados que intentan confundirlo. La verdad es que el Lago de Valencia no está contaminado ni a punto de desbordarse; el Puente que se acaba de colocar en Cúpira es más arrecho que el de Angostura; acá no asesinan a nadie, ni roban a nadie, ni secuestran a nadie. ¿Vio?, ¿ya se dio cuenta? ¿No siente usted cómo la felicidad empieza a embargarlo? Ya no hace falta discutir los contratos colectivos, ya los sueldos y salarios empiezan a alcanzar, ya cede la inflación.

No apague el televisor durante la cadena, se trata de la Palabra revelada: Los accidentes mortales son un hecho común en cualquier complejo petrolero. Nadie es culpable, esas cosas pasan. Fíjese, para muestra un botón: esos malvados montan una alharaca diciendo que las consideraciones de seguridad industrial obligan a evitar que se construyan viviendas dentro de un radio de kilómetro y medio de distancia de los sitios de producción y procesamiento. ¿Explicación? Pues se trata de vainas del Imperialismo, para evitar beneficios para las clases populares. Siga tratando de olvidar, tratando de olvidar, tratando de olvidar. Hombre, no se queje del culto a la personalidad, disfrútelo, cáleselo. A fin de cuentas vivimos en un país al revés. 

Por ejemplo: El CNE no dice nada sobre las cadenas en el ámbito de la campaña electoral, ni le preocupa la posibilidad de que se utilicen recursos públicos en la misma. La verdad es que andamos todos medio locos. ¿Cómo es que esta semana amanecimos hablando de resultados electorales? ¿No se trataba de un simulacro? ¿Cómo es que hay gente repartiendo cargos públicos? ¿No es un poco prematuro? Si fuésemos lógicos hubiéramos dicho que las maquinas resultaron y que el tiempo de votación es el apropiado y que las captahuellas en efecto no afectan el secreto del voto. Yo, lo confieso, ando un poco confundido. Ponga la mente en blanco, ponga la mente en blanco. . . 

Pero son las vainas que pasan cuando uno vive en un país sin instituciones, que escribe su historia en clave de Realismo Mágico, esperando la llegada de Melquiades y rezando para que no nos salga un Rabo de Cochino. Mientras tanto pues que viva la bagatela y los barbarazos. Los países o se enserian o se joden. Nosotros no somos serios, por lo cual estamos jodidos.