lunes, 15 de octubre de 2012

Los resultados del 7/O, causas y consecuencias (I)


Por: Gonzalo González

Formo parte de los millones de venezolanos que creímos posible que la confrontación entre el continuismo y el cambio se decantaría a favor de la segunda opción, estaba consciente de que no era fácil lograrlo pero el empuje la vitalidad y la creciente aceptación de la opción Capriles mostrada en el transcurso de la campaña electoral alimento el optimismo, no se trataba de una quimera sino de una posibilidad real. Hago esta precisión porque ahora emergen opinantes que apostillan diciendo “yo lo sabía desde antes, pero no se podía desanimar a la gente”.

No pretendo en estas reflexiones ser exhaustivo sobre las causas y consecuencias de la victoria del continuismo y mucho menos dorarle la amarga píldora que la derrota significa para millones de compatriotas, incluso para un sector de los votantes de Chávez, sino exponer mi criterio sobre el porqué paso lo que paso y sus funestas consecuencias para el país.

Este no fue un proceso electoral justo, incluso la participación del militar activo Hugo Chávez es inconstitucional y su derecho a la reelección también pero el secuestro del Poder Judicial y del CNE hacía inútil cualquier acción legal en esta materia, la oposición democrática competía no contra un gobierno y su partido sino contra el Petroestado y con todos los Poderes Públicos en contra activamente, empezando por el CNE quién expresamente fue incapaz de garantizar el “ Fair play” y hacer cumplir la legalidad vigente.

La victoria de Chávez de debió a varios factores: Hugo Chávez es un gran político- que no un Estadista-, un líder popular a quién siguen de manera acrítica a pesar de su enormes errores como gobernante y de sus inconsecuencias  un sector muy importante del cuerpo social, quienes parecen no concederle importancia a las formas y modos que garantizan que una democracia funcione como tal, tampoco pareciera importarles el respeto a la legalidad y comparten y celebran el abuso de poder, el culto a la personalidad y los atropellos de diversa índole cometidos por el gobierno en estos catorce años. Pareciera que este sector considera que la Democracia como sistema solo consiste en votar cada tanto tiempo, además creen de verdad estar empoderados cuando  en realidad son sujetos de una manipulación sin precedente en la política venezolana. Chávez es hábil, astuto y sagaz y esas cualidades se potencian cuando se actúa, como él lo hace, sin escrúpulos, cuando convierte la mentira y el cinismo en praxis cotidiana en el manejo de los asuntos públicos, cuando dispone a discreción los inmensos recursos económicos provenientes de los altos precios del petróleo.

Chávez ganó por haber construido una enorme estructura de poder desde los programas sociales asistencialistas, que si bien eran necesarios y en términos generales han beneficiado a una parte significativa de los mas pobres y ha creado y reforzado su imagen de redentor social, no han sido eficaces para abatir significativamente la pobreza y elevar la calidad de vida de los mismos. Las llamadas Misiones han devenido en un perverso mecanismo de control clientelar y eso se demostró en el proceso electoral.

La política del miedo fue otro factor importantísimo en el resultado, buena parte del mensaje del régimen a los venezolanos fue dirigido a estimular el temor en el pueblo sobre todo entre quienes perciben prebendas, ayudas o tienen relaciones laborales o de cualquier tipo con el poderoso Estado. Chávez en sus discursos advertía de que si él no era elegido sobrevendría el caos y la guerra civil. Se sugería sin pudor o recato desde el oficialismo que era posible conocer por quién se votaba, de que el voto no era secreto y que en consecuencia habría represalias si el favorecido no era el Comandante. En este particular la actuación del Arbitro fue deplorable por su manejo ambiguo en el asunto de las captahuellas. Los pronunciamientos ilegales de voceros del alto mando militar en el sentido de que la FAN no reconocería otro resultado que el favorable a Chávez fue otro ingrediente clave en esta operación.  La aparición continua y la actuación de los grupos paramilitares ligados al oficialismo le daban credibilidad al escenario del caos. Mucha gente fue presa del miedo y la intimidación.

El ventajismo fue otra de las cartas utilizada por el régimen para condicionar a su favor el voto. El aparato del Estado fue puesto sin límites al servicio de la candidatura oficialista: los recursos económicos, los recursos materiales, las sedes de los organismos oficiales, los vehículos, los medios de comunicación, a los empleados públicos se les obligaba a hacer proselitismo a favor de Chávez y asistir a sus actos- muchos de esos trabajadores lo hacían voluntariamente por ser adeptos al gobierno, pero muchos lo hicieron en contra de su voluntad. El acarreo final de electores realizado por el chavismo en la tarde del 7 solo era posible en esa magnitud si se contaba con los recursos del Estado.

No desconozco el liderazgo de Chávez y la fuerza popular del chavismo como movimiento político-social, pero el haber tenido que acudir a tal grado de corrupción política, al vale todo para triunfar le resta legitimad democrática a su victoria.

A Henrique Capriles y su equipo hay que reconocerles que hicieron un esfuerzo enorme, algunos lo han catalogado como épico y coincido con esa afirmación, partimos en desventaja y se logro en un momento dado poner al régimen contra las cuerdas pero ese esfuerzo respaldado por la esperanza de millones no fue suficiente a pesar de los avances obtenidos en votos y porcentajes y en la consecución de un líder y en la consolidación de la Unidad Democrática como instrumento. Pero hay que reconocer sin ambages que fuimos derrotados y que este revés puede serlo de carácter estratégico, cosa que depende en buena medida de los resultados de diciembre, competencia en la cual partimos en desventaja por la victoria de Chávez, quién creo ha recuperado su condición de eficaz Portaviones. 

Creo que se cometieron algunos errores que pudieron disminuir nuestras posibilidades de victoria: el manejo del tiempo no fue el adecuado, nos falto mas tiempo de campaña para sembrar con mas consistencia la condición de alternativa al gobierno y ajustar mejor el mensaje y la estructura de campaña y movilización de votantes. Lo conveniente era haber realizado la primarias en diciembre del 2011 y de esta manera disponer de los 10 meses del año 2012 para hacer la campaña electoral. Considero también, al igual que otros, que haber insistido al comienzo de la campaña contra Chávez en el mismo tipo de discurso que hizo ganar e Capriles en las primarias fue un error. Se ha debido elaborar  un discurso mas confrontativo con Chávez, su proyecto y su gestión. No supimos o pudimos contrarrestar la campaña del miedo y aclarar el secreto del voto.

Como dije al comienzo no pretendo ser exhaustivo en el análisis de lo ocurrido sino contribuir al necesario debate. En la segunda parte de estas reflexiones abordare lo referente a las consecuencias del triunfo de Chávez y lo qu considero debe hacer de aquí en adelante el movimiento democrático.

sábado, 13 de octubre de 2012

Todo confuso o más claro que nunca

Por: José Pons

Aparentemente en las actuales circunstancias políticas, raíz de la recientes elecciones presidenciales donde se habla de un país donde más de ocho millones de ciudadanos no les importan los servicios públicos, la inseguridad, la inflación, entre miles de males que padece la Patria. La “gran minoría”, reclamamos los derechos legítimos de una sociedad moderna que exige mejores condiciones de vida y más posibilidades de triunfos; en una Venezuela que recibe el Estado, millonarios recursos del petróleo de todos.

Así, viéndolo desde esta expectativa, logramos entender que la Venezuela de hoy, de todos los colores no desean pernotar en el tiempo sino, seguir en el proceso social viviendo mejor y asegurando a nuestros hijos un futuro cierto y seguro. Por lo demás, las necesidades sociales de equidad, responsabilidad, apoyo, justicia y solidaridad deberán entenderse para todos los ciudadanos de cualquier matiz político, pero son las instancias de gobierno las que deberán dar primero el ejemplo. 

Al estamento político, en una regiones más y otras menos, gobernadores y alcaldes, legisladores y concejales, a la misma MUD o Polo Patriótico, deberán de entender que el mensaje del pueblo, no es más que la esperanza y la certeza de requerir del país que los oiga y los entienda. Lo cual, nos indica que la conexión neurolingüística está fallando en ambas direcciones.

¿Qué hacer entonces?, además de una discusión común, en la evaluación del rol que realizamos y como lo realizamos dentro del deber ser de la política nacional. Venezuela demanda una reingeniería, no solo de una parte sino de todas. La que denominamos democrática tiene que hacer un gran esfuerzo, a pesar que algunos sobreviven jugando a perder elecciones presidenciales. 

Son momentos de excelente reflexión; gobernaciones y alcadías vienen a darle el toque definitivo a un proceso que lo está ganando la “gran minoría”, es de pensar entonces que el esfuerzo es apremiante para esta mitad del país que no obtuvo los votos suficiente y requiere del piso para el futuro cercano a nivel nacional. Pero entonces, ¿cuál es el meollo del asunto, que nos perturba? 

En uno de estos tantos, nos orienta, Nitu Pérez osuna en el Diario el Universal afirmando; “También percibí, como fueron apartados los Adecos, Copeyanos, incluso gente de PJ, candidatos a alcaldes y gobernadores, como candidatos presidenciales y muchos que fuimos radicales defensores de las libertades ciudadanas a los largo de estos años”. Ignorados sectores que fundamentan la vida en sus opiniones y acciones son ignorados y menospreciados. 

A esto le incluimos, el continuismo aberrante, la falta de inclusión, ausencia de respeto a los aliados y a los ciudadanos en general, la falta de transparencia en lo regional y lo local, la complicidad de algunos factores, la falta de de coherencia en la administración de los recursos, la impunidad política en las acciones de nuestros representantes, el afán de riqueza y la falta de respuesta e interés real a verdaderos problemas de las regiones. Este es la base piramidal del problema, lo que nos llevara a abordarlo más temprano que tarde.

Abriendo caminos

Por: Edinson Martínez

Vistos los resultados del siete de octubre, una mayoría de venezolanos decidió a favor de la opción del continuismo gubernamental. El candidato del gobierno, ha debido emplearse a fondo para imponerse electoralmente, llevándose el vergonzoso mérito del uso inescrupuloso e indebido de los recursos públicos, un claro ventajismo e ilegal disposición de los bienes públicos para fines particulares que ha estado presente en todas las campañas electorales. El CNE, también en esta ocasión, fue incapaz de poner límite a dichos abusos. Especialmente en el tema de las cadenas nacionales que en momentos lucían con abierta intención de impedir la cobertura informativa en tiempo real de los eventos electorales de Capriles. Quedará para la historia la reseña de éste proceder, que sin duda, en algún momento de nuestro devenir se citará como uno de los peores momentos de nuestra institucionalidad. 

Pero, en fin, esos son los resultados y no hay más remedio que acatarlos, aun con toda nuestra molestia. El propio candidato Henrique Capriles lo ha expresado con una hidalguía de la que una pequeña porción no le vendría nada mal al candidato del gobierno. Éstos resultados, al mismo tiempo, muestran un avance importantísimo de la propuesta opositora. De 2006 – la penúltima elección presidencial – hasta el siete de octubre, la oposición aumenta su caudal electoral en 2.100.000 votos, mientras el candidato Chávez en 700.000. La oposición creció 43%, en comparación al año 2006 y el Chavismo apenas 10,5% 

El voto opositor creció en todo el país, no hay un solo estado o región donde la fuerza electoral opositora haya disminuido. Sin embargo, el voto chavista, mermó en cinco estados. En Lara, Sucre, Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro. Además de perder las importantes plazas electorales de Mérida y Maracay. 

Perdiendo se puede ganar, dice una vieja conseja, y eso es, precisamente, lo que ha ocurrido éste siete de octubre. Se abre un espacio enorme para el avance y eventual victoria electoral de la propuesta de cambio en lo que aún está pendiente por disputar.  Deja claro que el corto plazo – una vez más – no es la premisa predominante en los procesos políticos. El capital político de una propuesta se incuba por lo general en años de lucha y perseverancia, lleva tiempo madurarse y eso es lo que ahora ocurre. Con frecuencia se aludía en la campaña electoral recién finalizada al pasaje bíblico donde David venció a Goliat. Ciertamente lo venció, en un episodio lo venció. Tendríamos, entonces, que reflexionar sobre el tiempo en que David ha debido invertir para plantearse anímica y materialmente su victoria. David finalmente venció a Goliat, luego de su constancia y de muchas veces plantearse la derrota del contrario. 

Mención aparte hemos querido hacer al esfuerzo de nuestro candidato Henrique Capriles. Una entrega y devoción muy grande con claro entendimiento de la desventaja que significaba competir electoralmente con el estado venezolano, porque Chávez, no era el candidato de un partido; era el candidato del estado venezolano convertido en un gran partido político que no para en mientes para disponer de los recursos públicos. Recorrer el país en más de 300 pueblos y darle aliento a una idea, se dice fácil, pero entraña un desafío enorme. Ciertamente ha sido una epopeya moderna abriendo caminos. Henrique Capriles, además de un buen candidato, es aún mejor persona.

martes, 9 de octubre de 2012

No se acabó el mundo

Por: Teodoro Petkoff

Habría ganado Chávez las elecciones de no contar con ese poderoso instrumento que es el chantaje a los dos millones de empleados públicos, entre los cuales el miedo a perder el trabajo es inmoralmente explotado por el chavismo? Es una pregunta que Chávez y los suyos deberían hacerse. Porque, sin mayor análisis, se puede establecer que la votación del reelecto es mucho más frágil de lo que parece en ese supuesto voto "duro" de siete millones. La capacidad de intimidar del gobierno es enorme. 

Por ejemplo, uno entre muchos, todos los supuestos beneficiarios futuros de viviendas comprometen su voto por temor a quedarse sin el techo ofrecido. 

No vamos a negar que Chávez conserva todavía una conexión significativa con capas extensas de nuestra población, pero ésta viene disminuyendo lenta pero perceptiblemente. 

Con relación a Rosales, Chávez subió su votación sólo en unos 300 mil votos. En cambio, Capriles obtuvo cerca de 2 millones de votos más que Rosales. La votación de Chávez está estancada, la de la oposición va en franco crecimiento. Con relación a Rosales, a quien derrotó con el 67% de la votación, a Capriles lo venció con el 54%. Un bajonazo de 13 puntos porcentuales, que contrasta con los 8 puntos en que incrementó Capriles su porcentaje con respecto al de Rosales. No estamos dorando la píldora sino tratando de evidenciar que hay un país que adversa a Chávez, o está en trance de hacerlo, que es mucho más dinámico y abierto a revisar sus opiniones que aquella parte de la población dominada por el clientelismo y aferrada al líder que dispensa los favores. En ese país dinámico, que crece con la propia población, está el futuro. Veinte años de gobierno de un mismo ciudadano serán el mayor incentivo para este sector, que no habrá conocido más que un solo presidente en su vida. 

Chávez pronunció un discurso conciliador desde el Balcón del Pueblo. Pero picado de culebra se asusta de bejuco. Hemos oído tantas veces a Chávez enunciar los mismos buenos propósitos, para reencontrar al poco tiempo a la misma persona de siempre: agresiva, insultante, descalificadora, incluso en el terreno personal, de cualquier rival que se le atraviese, que cuando lo escuchamos hoy no podemos dejar de sentir un punto de escepticismo. Sin embargo, esta vez hay un panorama que tal vez obligue a una reflexión en Chávez y los suyos. Ganó, pero no aplastó. No puede decir que recibió un mandato para pasar por encima de sus opositores. Apareció un país de masas conscientes que no puede ser desdeñado; que exige un trato justo, democrático y respetuoso para contribuir a la necesaria gobernabilidad que el país exige para poder romper el estancamiento y avanzar. 

En todo caso queremos participar a nuestros lectores que somos los mismos de la semana pasada, y de los últimos trece años, dispuestos a mantener el espíritu de lucha, la crítica sin ambages, la palabra empeñada con ustedes y el país entero.