viernes, 2 de agosto de 2013

AMARGURAS (VI).

Por: Víctor Hugo D'Paola

VERDUGOS. Ellos pueden intentar llamarse como les de la gana: chavistas,socialistas, revolucionarios y hasta bolivarianos; ellos son fascistas. Su comportamiento, el abuso del poder, el agavillamiento, la mentira, los definen claramente como fascistas. Pueden intentar contraatacar, atribuyéndole el calificativo a sus opositores: "fascistas" serían los que se les oponen. Todo el que piense distinto a ellos, el que no aplauda sus atropellos, el que no acepte como doctrina los discursos, muy contradictorios, del difunto, sería un fascista. Dejémonos de adornos, el PSUV es un partido fascista, con sus bandas armadas para aterrorizar no solo al adversario, sino al país en general. El partido nazi de Hitler se definía "socialista" y Mussolini fue dirigente de los socialistas italianos. Están en muchas partes actuando como fascistas -las universidades, casi siempre-, aunque el refugio principal es la llamada Asamblea Nacional. Chávez fue un fascista y lo sabía, aunque disfrazaba su condición de militar atropellador con el fidelismo de Castro. Maduro es un mal caporal, hasta en eso del fascismo. Le quedan los malos discursos, cargados de insultos y mentiras contra la oposición.

     Los verdugos en la Asamblea Nacional pretenden liquidar toda oposición, por ahora, se la tienen dedicada a Mardo, Caldera, María Corina y los gobernadores de la oposición. Los verdugos del odio, de las mentiras, del ventajismo, son dos militares que no pasaron de los primeros grados de sus promociones: Diosdado Cabello y Pedro Carreño. Maccarthistas, estalinistas, cualquier calificativo les cabe, pero en realidad son fascistas. Hay otros menores tratando de hacer méritos: el gobernador de Aragua, Alsaisami, un tal Chávez, que no sabemos si tiene algún parentesco con el finado y la compañera de todos esos abusos, una señora que llegó a Fiscal General de la República. El fascismo tomó por asalto al país, a veces adoqta las formas cubanas del comunismo, es el enemigo a vencer por la democracia.
POR AQUI VINIERON... y fueron bien recibidos, atendidos solidariamente, en este país que todavía era democrático, consiguieron su refugiio y con toda su gente se los dimos. Venían huyendo del dictador Pinochet, de un milico asesino, sin escrúpulos. Ahora nosotros tenemos nuestro (s) milico (s) que son los que mandan. Si chávez, quien fue su líder, los puso a su servicio y a repetir consignas locas, ahora con este civil, ignorante y repetidor de insultos, son los millitares los que mandan. En Venezuela hay un militarismo dominante y fuerza militar en las principales posiciones del estado y del gobierno. Por supuesto, necesitamos la ayuda solidaria de nuestros hermanos del Sur para rescatar la democracia. No ha sido así, desde Bogotá hasta Santiago de chile, lo que ha habido es complicidad y ridiculeces de falsa "diplomacia".. Ya no son las naciones caribeñas mendigando barriles de petróleo, se trata de naciones con resultados positivos en la economía y con democracias internas.

     Venezuela tiene un líder opositor, Henrique Capriles. Ha sido tratado mal o por lo menos subestimado por estos demócratas de Sur América. La Sra. Bachelet, mujer inteligente sin duda alguna, exiliada en la Alemania Comunista, donde parece no vió nunca la tiranía, los abusos de poder de Eric Honecker, las actuaciones terribles de la Stasi, tan criminales como las de la DINA en Chile. La Sra. Bachelet no tenía un rato de la agenda, para recibir al líder de la oposición venezolana. Todo por congraciaarse con un partido menor y atrasado chileno, que nunca la había apoyado, el Partido Comunista.De todos modos que le vaya bien, Sra. Bachelet, los demócratas venezolanos no le deseamos mal, pese a la ingratitud y vanidad que ha mostrado.

La herencia de don Alonso

Por: Marcelo Morán

El gobernador Francisco Arias Cárdenas planteó en su discurso (el pasado 19 de enero de 2013) enmarcado en la celebración de los 76 años de la fundación de Ciudad Ojeda, el posible cambio del nombre de la plaza; erigida en honor al descubridor del lago, alegando que éste había sido un sanguinario.  Alonso de Ojeda cometió excesos, pero a diferencia de otros conquistadores, reconoció sus pecados antes de morir. Pidió a sus hermanos  capuchinos  que lo sepultaran  en la entrada del convento de San Francisco, para que todo el que entrara pisara su tumba como señal de desprecio.

Alonso de Ojeda arribó al lago de Coquivacoa el 24 de agosto de 1499 en busca de El Dorado; mítico lugar del que no halló el mínimo vestigio en su exploración. En cambio pudo llevarse como botín a una joven wayuu de talla alta, de porte distinguido, esbelta, de color trigueño claro, llamada por sus paisanos Palairaa (lágrimas del mar) y prometida de un cacique llamado Kookiway cuyo dominio cubría buena parte de la península Guajira, según relata el docente e investigador Manuel Román Fernández en su artículo Kookiway primer wayuu que recibió a los españoles en la Guajira, publicado el 12 de octubre de 2012  en el periódico Wayuunaiki.

  Para 1899, el presidente de Venezuela Ignacio Andrade (hijo del prócer zuliano José Escolástico Andrade) plantea a su homólogo de República Dominicana, Ulises Heureaux,  la posibilidad de trasladar los restos de Alonso de Ojeda a la ciudad de Maracaibo a fin de construirle un panteón, por conmemorarse el 24 de agosto de ese año el cuarto siglo de su llegada, y por la conexión que tenía el Zulia con la joven que tomó por esposa: una representante de la etnia wayuu, que por caprichos del destino se convirtió en la primera americana  en casarse de manera formal con un europeo; matrimonio autorizado por los Reyes Católicos, dada la condición militar de Ojeda.

El gobierno quisqueyano a través de un intelectual llamado Emiliano Tejera rechazó la petición venezolana, asegurando que no tenía potestad para quebrantar el deseo del famoso navegante. De modo que los sucesivos  gobiernos de Venezuela olvidaron el caso y no fue sino hasta 1937, cuando el general Eleazar López Contreras (tachirense como el gobernador Arias Cárdenas, pero consciente de este innegable lazo histórico) decreta la fundación de Ciudad Ojeda como homenaje  a este español del siglo XVI.

Después de quinientos años, ¿vamos a renunciar  entonces a nuestros apellidos y al castellano porque un día despertamos y descubrimos que los conquistadores nos oprimieron por trescientos años?


 El mestizaje es uno de los pocos legados de los conquistadores; esa mezcla de rasgos que nos hace tan particulares y se refleja de manera armoniosa en nuestras mujeres;  distinguidas como las más bellas del planeta. Evocación de  una wayuu llamada Isabel de Ojeda cual Patricia Velásquez  de aquellos remotos años  quien hiciera doblegar de amor al impetuoso navegante, que un día, asomó su carabela para dejar acuñado en las aguas del lago y para la posteridad, el nombre Venezuela.