sábado, 15 de noviembre de 2014

¿Qué opinarían los zulianos?


Edinson Martínez
@emartz1

Hace unos días, el nueve de noviembre de este año, para mayores precisiones,  en la región de Cataluña, se llevó a cabo una consulta independentista, llamada así por sus promotores, en éste caso, el presidente de la Generalitat, Arturo Mas. El propósito de dicha consulta era responder sobre dos preguntas relativas al futuro inmediato de esta importante porción de España.

Las preguntas en cuestión fueron las siguientes:

1.- ¿Quiere que Cataluña sea un Estado? Y en caso de ser afirmativa la respuesta.

2.- ¿Quiere que sea un Estado independiente?

Esta consulta pública, sin carácter vinculante -bueno, es decir, que aun cuando no vinculante,  ha estado en el centro de una intensa polémica jurídica y política en España-, pero de resultados estratégicos sobre el futuro próximo, movilizó a más de 2.250.000 ciudadanos, de ellos 1.861.753 votaron por la opción Sí-sí. Es decir. Sí quieren que Cataluña sea un Estado, y que además, sea un Estado independiente.

Dada la conmoción política que de ello se derivaría, toda vez que el estamento político español buscó por todos los medios dinamitar la iniciativa,  el presidente Arturo Mas, ha dicho rápidamente que los catalanes “no piden nada que no se haya reconocido ya a otros pueblos", y cita los casos de Escocia y Québec, donde la independencia fue rechazada, y los de Lituania y Montenegro, donde sí triunfó el independentismo.

Estos sucesos en pleno desarrollo y de los cuales veremos muchos más en los tiempos por venir, probablemente apunten las ruedas de la historia hacia el surgimiento de nuevas nacionalidades o dicho de  otro modo, el reconocimiento pleno de lo que en efecto son realidades concretas en varias partes del mundo.  Creo que es válido apuntar que muchas de las conformaciones regionales y nacionales actuales, surgieron de procesos históricos que para el momento eran la expresión de los intereses dominantes de la época. El  mundo de hoy ya no es el mismo, y tampoco, las corrientes de la historia que lo mueven. Algunos de los pueblos que hoy conocemos formando parte de naciones, terminaron así, como resultado de conflagraciones que los anexaron a estos, y en los casos más afortunados, el saldo de pactos, tratados o acuerdos.

Hago esta breve crónica, entre otras cosas, movido por una especie de ingenua curiosidad intelectual. En fin de cuentas, nada de lo humano me es ajeno, como dijo alguien en no sé cual momento.  Una suerte de ejercicio fantasioso sobre nuestro estado, éste del que tantas veces se ha dicho que es una “república independiente”, ¿Qué opinarían los zulianos si tuvieran la oportunidad de votar en una consulta similar a la de Cataluña?