jueves, 6 de enero de 2011

Venezuela Fénix

Por: Jun C. Sosa Azpúrua

No
tengo noticia de ningún país que esté experimentando una tragedia similar al nuestro. Claro que los hay desoladoramente retrasados, pero ninguno como Venezuela ha tenido nuestra historia y tiene en el presente semejantes oportunidades de transformarse en una potencia con solamente aplicar algunas políticas públicas contundentes, generar confianza y asumir una aproximación moderna a las diversas acciones que invitan a estimular todos y cada uno de los sectores que apalancan el desarrollo. Venezuela podría estar impulsando el despertar energético más colosal. En petróleo, la producción debería estar en unos ocho millones de b/d, lo que implicaría la inyección de miles de millones de dólares en poco tiempo, la demanda de todo tipo de bienes y servicios, el aumento exponencial del PIB no petrolero y la apertura de grandes oportunidades de empleo para los jóvenes profesionales.

Con las ventajas comparativas de este país, las mejores empresas abrirían oficinas en Caracas y en el interior, atraerían mucha atención internacional, lo que facilitaría las relaciones diplomáticas con las potencias del mundo, despertando incentivos para la consecución de sinergias y asociaciones estratégicas envidiables. En turismo podríamos hacer de Vargas y Río Caribe (por sólo mencionar dos casos) algo semejante a la Costa Azul; en infraestructura podríamos invitar a los mejores urbanistas y arquitectos para que transformaran el paisaje nacional haciéndole competir con Dubai y Líbano; en salud y educación ser los líderes del continente; en fin, la imaginación no tiene límites cuando se piensa en lo magnífica que sería Venezuela si tan sólo se le diera la oportunidad de serlo.

Los recursos humanos los tenemos, también la voluntad. Actuemos en consecuencia.

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