sábado, 16 de marzo de 2013

Caracas y la novela negra


Por: Víctor Hugo D’Paola.

Con el tiempo me he vuelto adicto a la novela negra. Policial se llamó desde los tiempos de Edgar Allan Poe, Arthur Conan Doyle y Agatha Cristie, clásicos y románticos al mismo tiempo. Geniales como Poe y persiguiendo el best seller como Agatha Cristie, personajes creados por ellos se han inmortalizado: Hércules Poirot, Sherlock Holmes y el Dr. Watson. Es años más tarde cuando aparece con fuerza la novela negra que va más a lo social, a la denuncia de poderes establecidos y sus perversiones, a la corrupción económica y política. Con dos estadounidenses que también trabajaban para Hollywood haciendo guiones, Raymond Chandler y Dashiell Hammett, la novela policial se hace ruda y apasionante, la gente de mal vivir adquiere un protagonismo relevante, contra ella se enfrentan Philip Marlowe y Sam Spade, investigadores privados, creaciones literarias de Chandler y Hammett respectivamente. Ya la novela policial no es un género menor de la literatura, Dashiell Hammett es el creador de la novela negra moderna.

     Seguidores suyos aparecen en Europa. Manuel Vázquez Montalbán en España con el detective privado Pepe Carvalho, gastrónomo, culto, solitario, quien actúa en una España enigmática y conflictiva. Vázquez Montalbán era catalán y militante comunista. Su amigo siciliano Andrea Camilleri, antiguo guionista para cine y televisión, se mete en el mundo provincial de la mafia de su región; su personaje central es el comisario Salvo Montalbano (su apellido es en honor a Vázquez Montalbán), también gourmet e investigador solitario en el ambiente peligroso de Sicilia. En Suecia se desarrolla con mucha intensidad la novela negra, relevante en Stieg Larsson, lamentablemente desaparecido prematuramente. Su trilogía  “Millennium” busca desentrañar las conexiones irregulares entre el poder financiero y el político. Sus personajes Mikael Blonkvist, quien hace periodismo de investigación y la hacker Lisbeth Salander, extraña e inadaptada, quien sin embargo ayuda a Blonkvist, son los protagonistas principales de las novelas de Larsson. En Suecia también otro grande de la novela negra, Henning Mankell, quien con el inspector Kurt Wallander realiza sorprendentes investigaciones, incluso algunas con repercusiones internacionales. Philip Kerr, escocés de nacimiento, trabaja más en sus novelas la Alemania nazi, con su detective Bernie Gunther. Éste vive el tiempo de ascenso del nazismo. Hitler en el poder y crímenes que Gunther investiga. Para eso debe relacionarse con jerarcas nazis como Goering, Himmler o Heydrich, el carnicero de Bohemia y Moravia. En la Grecia actual de la profunda crisis económica actúa el comisario Kostas Jaritos, una creación de Petros Márkaris; las entidades financieras, Grecia al borde del colapso, las protestas en las calles contra las rebajas de sueldos y pensiones, mientras tanto el crimen no cesa y Jaritos debe investigar.

     Cruzando los mares llegamos a China, la del comunismo totalitario mezclado con economía capitalista de mercado, la corrupción se extiende, altos funcionarios del Partido Comunista participan de ella y el inspector jefe Chen Cao de la policía de Shanghai debe actuar. Son las novelas del escritor chino Qiu Xiaolong, poeta como también lo es el inspector Chen, a menudo se acompañan con citas de poetas clásicos de la literatura china. Siguiendo con el comunismo, pero ya en América Latina, tenemos a Leonardo Padura, escritor cubano, autor de la extraordinaria novela “El hombre que amaba a los perros”, quien cultivó con mucho éxito la novela negra. Su detective es Mario Conde, quien se dedica a vender libros usados, de todos modos es contratado para hacer investigaciones, las cuales realiza en medio de las dificultades para actuar que produce un régimen cerrado y totalitario como el cubano. En Brasil, potencia económica emergente, Rubem Fonseca es uno de sus mejores escritores, varias veces mencionado al Premio Nobel. Él tiene también su personaje de novela negra, Mandrake, abogado criminalista de profesión y mujeriego por pasión hace de detective en muchos casos. Cayetano Brulé no es un detective profesional, pero investiga en privado, muchas de sus historias se desarrollan en Valparaiso, paisaje portuario de Chile, también viaja para sus investigaciones; es un personaje creado  por el novelista chileno Roberto Ampuero. México es un país sometido a altos niveles de violencia criminal, la actuación de las mafias del narcotráfico casi es impune. Ahí actúa Edgar Mendieta, el Zurdo Mendieta, detective que no vacila en acordarse con jefes del narco si fuese necesario. Es una creación de Élmer Mendoza, novelista donde el lenguaje se desborda, con mexicanismos y maneras de hablar de los bajos fondos. Su última novela, “Nombre de perro” así lo muestra. En Venezuela hay pocas muestras de la novela negra, salvo el caso de Marcos Tarre Briceño, quien ha escrito varias obras donde el personaje central es el investigador Gumersindo Peña, exPTJ y exDisip. En su última obra “Rojo Express”, Marcos Tarre ubica los sucesos en Cumaná y los alrededores orientales y en el marco del chavismo hegemónico y procubano.  

     En Caracas no tenemos una novelística del género negro que refleje los graves males de la ciudad, entre ellos la delincuencia y el crimen cotidiano, el comercio y el tráfico de las drogas, los centenares de miles de motorizados, algunos delincuentes políticos, otros delincuentes comunes, la mayoría trabajadores que sin embargo para nada respetan las normas establecidas; la corrupción en el ejercicio del poder, el mal gobierno nacional y caraqueño. Una novelística que construya la novela negra caraqueña es necesaria y seguramente bien recibida.

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