jueves, 14 de junio de 2012

Izquierda bananera

Por: José Rafael López Padrino

El batiburrillo ideológico del socialfascismo bolivariano no es más que una mescolanza perversa de un culto a la personalidad al líder del proceso con una intolerancia a la disidencia, de un populismo execrable con un criminal apartheid político, de un militarismo nauseabundo con un régimen de terror.

Es un "extraño socialismo" que promueve la entrega de nuestros recursos naturales a las transnacionales, una corrupción galopante, un autoritarismo desenfrenado, un atropello a los trabajadores, una violación sistemática de los derechos humanos, así como la militarización estructural del Estado.

Este "socialismo sui generis" se ha transformado en estos años en el peor enemigo ideológico de la izquierda militante y de cuanto movimiento social o sindical del país que no hipoteque sus principios al iletrado de Miraflores.

A diferencia del fascismo europeo, el social-fascismo bolivariano emerge como producto de un evento electoral y al posterior pacto político-económico entre una logia militar ­en el poder­ y una nueva fracción de la burguesía paraestatal ambiciosa de poderío (boliburguesía).

Todo ello maquillado demagógicamente con una falsa retórica socialista. Sin sorpresa alguna este proyecto facho-militarista ha sido respaldado por sectores de una izquierda acomodaticia y corrupta que ha hipotecado su derecho de pensar. Una izquierda cerril que aplaude los insultos como fórmula de razonamiento. Una izquierda que se ha vuelto intolerante pretendiendo eliminar de la escena política a los que no piensan como ellos. Una izquierda autoritaria e histriónica, que se dedica apostólicamente a apoyar una revolución fantasmal, inexistente. Una izquierda miserable que se hace la víctima cuando los agredidos se defienden. Una izquierda cómplice y celestina de las políticas reaccionarias de Juan Manuel Santos, quien se ha transformado en su mejor aliado.

Es vergonzante el vuelco ideológico que han dado estos izquierdosos traficantes de esperanzas. De incendiarios sociales se transformaron en "domesticados mininos"; de subversivos en confidentes del SEBIN, de la DIM o de cualquier otro cuerpo represivo. De rebeldes con causa, en serviles sin causa del gorilato de Miraflores. De cuestionadores del abuso del poder en practicantes del mismo. De anti-militaristas vehementes en militaristas sumisos. De defensores de las conquistas de los trabajadores en partidarios de la pauperización y explotación de los asalariados.

 Representan a una falsa izquierda acrítica, desideologizada practicante de una doble moral que hipotecó sus principios. Una izquierda bananera que se arrodilló frente al proyecto militarista-reaccionario del tte coronel, el cual no ha promovido ningún socialismo, ni poder popular autónomo, ni democracia protagónica, ni soberanía alguna. En fin, una izquierda que solo ha logrado que la mención de la palabra socialismo provoque cada vez un mayor rechazo entre los venezolanos.

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