lunes, 12 de octubre de 2009

Un cantor de Fonseca

Por: Marcelo Morán

Mi primo Luis Emiro me había invitado a una reunión en casa de mi hermano Pedro, el 12 de octubre del año 2002. Cita a la que yo había llegado con un día de antelación. Y era un poco más allá del mediodía cuando él se apareció con una caravana de parranderos que hacían estremecer con la algarabía la estancia de Las Parcelas. Enseguida bajo de su camioneta y se dirigió a todos los presentes con su fraternal manera de saludar. Lo acompañaba un viejo muy moreno, pequeño de estatura, de sombrero de alas cortas que denunciaba sin equívocos su lugar de origen. Con pasos lentos se acercó sin proferir palabras, sólo esbozó una sonrisa familiar como cortesía a los que nos encontrábamos allí: parecía cansado.

No había terminado de sentarse cuando mi primo dijo:

“Les presento al viejo Bienve”.

“¿Y quien es el viejo Bienve?”, pregunte por no dejar.

“Es una gloria del folclor vallenato que he convidado para compartir con nosotros esta reunión”.

Después de transcurrir un tiempo en que el personaje ya se encontraba relajado, dijo que se llamaba Bienvenido Martínez y fue entonces cuando caí en la cuenta de que era el famoso compositor colombiano del tema “Berta Caldera”, que es mencionado en otro clásico del vallenato El “Cantor de Fonseca”, escrito por Carlos Huerta, y que recorriera el planeta como un huracán en la voz de Carlos Vives.

A medida que la conversación tomaba calor, le pedí a don Bienvenido que me hablara de Berta Caldera. Él, sin ningún tipo de reparo accedió a mi petición de manera gentil, transportándose cincuenta años atrás a su pueblo de Fonseca, enclavado en el corazón de la Guajira colombiana y donde había sido flechado sin remedio por los encantos de la bella muchacha.

“Berta Caldera era un amor platónico, de esos que endulzan la vida cuando uno se encuentra joven, y hace que uno se vuelva poeta para inventar canciones con que enamorarlas, como nos pasaba a los pelaos de mi pueblo, en esos lejanos tiempos”, dijo.

“Qué es de la vida de Berta Cladera”, le pregunte´.

“ Ella vive en Machiques, acá en Venezuela, desde hace muchos años”.

Yo jamás había escuchado esa canción, y alentado por efectos de los tragos que libábamos en ese momento, le pedí que me complaciera. Y sin pensarlo dos veces, le quitó a uno de sus hijos que lo acompañaba, el acordeón, y en segundos, empezó a soltar las notas pegajosas que identifica el tema y de pronto, tuve la sensación de que el ejecutante hubiese salido por arte de magia de uno de los libro de García Márquez. Don Bienvenido a sus ochenta y cinco años tocaba el acordeón con la soltura de un muchacho de veinte, y sólo como saben hacerlo los colombianos, como si el instrumento de lengüeta libre, inventado por el austríaco, o alemán Cyrill Demian, fuera exclusivamente para ellos.

En la conversación le plantié que teníamos por vecino a un señor de Fonseca, que había cumplido por esos días noventa y cinco años y habíamos mandado a buscar para que viniera a conocerlo. A él le pareció espléndida la idea, pues no esperaba encontrarse con un coterráneo allí, en el pueblo de Las Parcelas.

A los minutos le presentamos al señor José María Arregocés, cuya familia se había establecido en esa comunidad marense desde comienzo de los años sesenta.

Fue una sorpresa para Bienvenido que se tradujo en el acto en una expresión de alegría: “¡Chema!”

Ambos se conocían desde hacía ochenta años. Don Chema, había sido cajero en su juventud de muchos conjuntos vallenatos y por supuesto compañero de parranda de don Bienvenido.

Así terminó aquel 12 de octubre inolvidable, amenizado por un cantor de Fonseca que se le ocurrió un día escribirle una canción a Berta Caldera.

1 comentario:

  1. SR.MARCELO DURAN.
    MI NOMBRE ES STIVENSON VALDES.
    Soy de valledupar-cesar, he laido todo lo que usted a escrito.
    Mi cariño y mi respeto para usted, felicitaciones por estas lindas notas que escribe, que dios lo bendiga y lo ilumine para seguir con estas lindas escrituras de hechos reales y esperiencias vividas.
    Le auguro muchos exitos.

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