lunes, 30 de enero de 2012

Anacronismos académicos

Por: PAULA VÁSQUEZ

La izquierda académica que se ocupa del régimen de Chávez razona de una manera en que siempre termina justificando al Presidente venezolano. En nombre de la objetividad analítica, más que entender los "procesos" se termina avalándolos y ustificándolos.

Por ejemplo, las milicias no son vistas como un signo de flagrante desinstitucionalización de la nación con el objetivo de afianzar el militarismo y poner a las fuerzas armadas al servicio del Ejecutivo, sino como una manera legítima de "defenderse contra el Imperio". Así, decía un profesor de una universidad parisina, "no le podrá pasar a Chávez lo que le pasó a Allende". Y desde su autoridad académica afirmaba "las milicias protegerán al régimen, Allende no pudo defenderse porque no tenía milicias, al menos a Chávez no le pasará lo mismo". Y los estudiantes respiran aliviados, todo cuadra redondito. Es ese el problema de las comparaciones de la izquierda académica. Primero, ponen a Chávez y a Allende en el mismo plano.

Ergo, la oposición venezolana es como la oposición chilena de aquella época. Pero por allí no me meteré porque, a pesar de lo ofendido que se pueda sentir uno, esa es harina de otro costal. Segundo, la institucionalidad democrática poco importa.

No importa que no haya separación de poderes ni que no estén claramente definidas las funciones de seguridad y defensa. Lo que importa es defenderse de los enemigos internos y externos, cueste lo que cueste. Tercero, la comparación con Chile es tendenciosa, ¿por qué no comparan el proyecto de fusión del pueblo con las Fuerzas Armadas con el régimen de los Khmer Rouges en Camboya? Allí hubo un claro proyecto de unión cívico-militar. Lo que pasa es que la comparación con Pol Pot no es tan bonita.

Para estos ilustres académicos el patrón de comparación tampoco es Brasil que a pesar de haber vivido una dictadura militar férrea tiene unas Fuerzas Armadas institucionalistas y apegadas a la Constitución.

O Costa Rica que logró deslastrarse de sus militares. No, para esta intelligentsia parisina el punto es decir "menos mal" que tienen milicianos y que la población civil tendrá que salir armada a defender la revolución y combatir al Imperio. Les importa pues bien poco la violencia, el fin de las instituciones, la muerte y la guerra. Todos males que son "el precio a pagar" por la revolución.

Puras convicciones ahistóricas que lo que hacen es ocultar hechos. Puras fórmulas anacrónicas que comparan lo incomparable.En esta perspectiva, la injerencia de Cuba es pues, un detalle, casi que algo normal y deseable. Y como siempre en estas sesiones académicas sobre Venezuela y su revolución, la palabra corrupción ni aparece porque es como quitarle la corriente al tocadiscos.

¿Qué ocurrirá con las milicias de no resultar electo el presidente Chávez? ¿A quién creerle, a Rangel Silva y sus amenazas o al Presidente en su acto de Memoria y Cuenta? Esas son las preguntitas que hice esa noche y nada me respondieron, como diría Víctor Jara.

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