jueves, 31 de marzo de 2016

Venezuela gótica

Venezuela gótica

Por: Edinson Martinez

Si  Bob Kane hubiese vivido en este pequeño país del norte de Suramérica, poco habría tenido q imaginar al momento de crear la célebre historieta del personaje que lo ha inmortalizado -Batman y su ciudad gótica”-.  La saga de aventuras del superhéroe, como todos hemos seguido por décadas, tiene como escenario una ciudad atormentada por el crimen,  plena de complicidades abyectas y autoridades que se desdoblan en favor del delito, donde el cinismo  y la extravagancia de algunos de los personajes que la habitan, podrían haberse inspirados perfectamente en varios de los muchos que frecuentemente observamos en los noticiarios de nuestra televisión.

En este país de casi treinta millones de almas, las crónicas periodísticas nos alertan diariamente sobre el uso de armas de fuego de gran potencia dentro de las cárceles, y también, desde fuera de ellas, es un hecho cotidiano, ya nada excepcional en nuestra corriente realidad. Los malhechores -para decirlo al estilo del afamado comic- en esos centros carcelarios,  hacen correr a las autoridades, que a la sazón, son quienes se las venden y conforme a ello gobiernen en los penales cual imperio de maldad. Los tales pranes -versiones tropicales de esos personajes estrambóticos y desalmados de la historieta de los años cuarenta,  derivada luego en  serie de TV en los sesenta, y en películas posteriormente- son las verdaderas autoridades puertas adentro de las cárceles y desde allí  -como sucede en las mismísimas  serie televisiva y filmes- urden las fechoría que engrosan las crónicas policiales de los periódicos.

Venezuela tiene el record como el país más violento del subcontinente, del continente, dicen algunos, y del mundo otros. La verdad es que en cualquiera de los casos, es muy grave un hecho como este. Colombia, por ejemplo, de quien se podría pensar ostentaría el primer lugar, cerró el año 2014 con 12.639 muertes violentas y en 2015 con 11.983. Un país, como ya sabemos,  de insurgentes y narcotráfico. Para esos mismos años,  Venezuela, en cifras oficiales, primeramente tuvo un saldo de 24.980 y para 2015 una cantidad de 27.875. Esto coloca los indicadores de muertes violentas por cada cien mil habitantes, en 62 para el 2014 y 90 para 2015. Un contraste evidente con el vecino país de 25 por cada cien mil. Es evidente que algo está fallando en  la política de seguridad pública del gobierno nacional; sin embargo, lo alarmante  no solo son los yerros gubernamentales, es también, el mensaje desalentador -cuando no aterrador- que se transmite a la sociedad por boca y silencio de los ministerios involucrados en el tema. Ver a la propia ministra de asuntos penitenciarios en selfie sonrientemente abrazada, dentro de un penal,  y sentada a la orilla de la cama de uno los supuestos pranes carcelarios, tanto como un desatino personal, es principalmente una muestra inequívoca de la ausencia de una política de seguridad nacional, una perla de aviesa impunidad. En cualquier otro país del mundo habría sido esto un escándalo mayúsculo de incalculables costos políticos y dimisión inmediata de la titular, además, de la obligada rendición de cuentas.

Comparados con nuestra propia historia, el país tiene hoy una tasa de mortalidad similar a la tasa de decesos que tuvimos en tiempos en que la nación era azotada por epidemias que asolaban todo a su paso -por cierto que comienzan a surgir de nuevo-.  La edad promedio de muerte por violencia en Venezuela está entre 15 y 25 años, una liquidación progresiva de la generación de relevo, a la que habría de sumarle, la emigración de jóvenes a otros países en busca de la oportunidad de estabilidad económica y seguridad ciudadana que su propio país no puede ofrecerles.

Estos  indicadores del caos -de qué otro modo podrían definirse registros estadísticos de realidades tan lastimosas- que describen la realidad social incubada en la gestión que  dirige de manera continuada desde hace 17 años nuestra nación, que por cierto la convierte en la segunda de mayor extensión temporal de la historia nacional -Juan Vicente Gómez ostenta el primer lugar con un lapso de 27 años-  son los que han motivado el titulo del presente artículo.  Bob Kane, habría tenido poco que agregarle a su imaginación,  porque en éste caso, como en tantos otros, la realidad supera la ficción.

1 comentario:

  1. En realidad, este régimen ha convertido a Venezuela en una saga real de terror y cuando ya creemos que lo hemos visto todo, rompe el tapete y aparece una escena más aterradora!
    Ya son más de veinte años, pero hoy en día ni siquiera se percibe la esperanza de ese superhéroe que podría en cualquier momento defendernos!

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