lunes, 31 de diciembre de 2012

Reflexiones sobre el 16D

Por: Edinson Martínez
           @emart1 


Tal como escribí en días posteriores al 16D, prometí algunas reflexiones sobre los resultados electorales regionales recientes. Comencemos por señalar que esos saldos electorales de la oposición, no significaron ningún asombro para este servidor. No ha habido caso en Venezuela en que a reciente fecha de celebrado un comicio presidencial, los subsiguientes muestren una tendencia diferente. Quien gana una elección presidencial – el proceso de mayor expectativa y convocatoria de sufragantes en el país – se lleva sin duda alguna la mayoría, que suele ser aplastante, de los cargos a disputarse ulteriormente. De modo que era absolutamente ilusorio imaginarse un resultado distinto. Algunos llegaron a pensar que por tratarse de dinámicas electorales diferentes, de un peso importante de los liderazgos regionales, las cosas pintarían de mejor manera. Vana esperanza. En casos en que la distancia temporal es tan corta, el ventajismo de una dimensión tan bárbara y la polarización política sobre temas nacionales tan marcada; el carisma personal, la gestión gubernamental local y demás aspectos regionales, ocupan un lugar subalterno en la definición del voto. Solo casos excepcionales, – porque en todos los campos de la vida suele haberlos – como en efecto sucedió en Miranda, Lara y Amazonas son capaces de romper la tendencia general. Y, obviamente, mal cálculo haríamos sí pensáramos que los resultados opositores habrían de ser favorables a partir de las excepciones. 

Ahora bien, se ha señalado con mucha insistencia que la abstención es la causa de los pobres logros electorales. En consecuencia, se concluye, que de haber votado más personas otro gallo cantaría. Vana esperanza, una vez más. El 7O tuvimos record de asistencia electoral, no obstante, los resultados dieron ganador a Hugo Chávez. Qué nos hace pensar que si más venezolanos hubiesen votado el 16D lo habrían hecho por la oposición y no por el chavismo, como dos meses atrás lo hicieron. Desde luego, es mucho más fácil culpar a los que no votaron de nuestra desgracia electoral.

Estos resultados obviamente que son desfavorables, sin embargo, no son el fin del mundo. Ni siquiera en el Zulia, donde era bien difícil obtener la victoria al tomamos en cuenta los aspectos siguientes:

1.- Los resultados del 7O fueron negativos globalmente para la oposición, solo en dos municipios (Maracaibo y Lagunillas) pudo ganarse. De partida para el 16D Pablo Pérez tenía en el Zulia una desventaja por sobre los 120 mil votos. 

2.- Desde hace dos años Francisco Arias Cárdenas, venía ejerciendo una gobernación paralela, en menoscabo y descredito del gobierno legitimo del Zulia. En las sombras y a ojos vista de toda la región, manejaba recursos del gobierno nacional, anunciaba e inauguraba obras y administraba el clientelismo político, donde PDVSA, Corpozulia, Pequiven y diversos organismos nacionales, jugaban un papel decisivo. Es el ventajismo gubernamental en combinación con una falta de institucionalidad, las que se conjugaron para servir de plataforma al candidato del gobierno. Esto es bien delicado, porque es la primera vez que un particular sin condición gubernamental alguna, sin titularidad oficial que lo ampare, ejerce funciones públicas en claro provecho de su aspiración electoral. Algo verdaderamente insólito. Sin embargo, nunca denunciado ni señalado por el gobernador en ejercicio y tampoco en su condición de candidato. 

3.- Un gobierno regional con pocos logros que mostrar de su propia autoría. Todos – por lo menos los de mayor divulgación pública - los programas, acciones de gobierno y obras, son una extensión de las que en su momento Manuel Rosales emprendió. Nada nuevo bajo el sol, significó su gestión. En su oportunidad fueron importantes e innovadoras iniciativas, pero luego de un tiempo, como es natural, dejaron de serlo. De modo que es razonable pensar en una fatiga de los electores zulianos. El gobierno de Pablo Pérez fue de una monotonía pasmosa. Ni siquiera en temas tan emblemáticos para los zulianos pudo generar interés. No hay razón, por ejemplo, para que nunca haya impulsado una persistente, resonante y organizada campaña para reclamar al gobierno nacional el cumplimiento de sus promesas para: a) Construir el segundo puente sobre el lago b) Culminar la ejecución de la Autopista de Occidente c) Construir las plantas de tratamiento de aguas de servidas que ayudarían a descontaminar el lago e) Construir el puerto de aguas profundas. Estas son solo algunas de varias importantes y sentidas promesas hecha a la región por Hugo Chávez que nunca fueron reclamadas a viva y resonante voz por el gobierno regional. 

4.- En política no hay enemigo pequeño, dice la vieja conseja. La oposición subestimó la candidatura de Arias Cárdenas por el cuento aquel de la gallina y demás argumentaciones poco estratégicas. El ganador, es un hombre de experiencia política, hábil y astuto en estas lides. No era, evidentemente, suficiente el lema de campaña: “Pal Zulia… Pablo” 

5.- Un partido – UNT – que apostó principalmente a su hegemonía electoral en la región y descuidó a varios aliados, a quienes menosprecio por su dimensión, cuando hubo casos en que la diferencia para ganar la curul en el parlamento regional fue de apenas un centenar de votos. A ello debe agregarse las luchas intestinas que al final de la jornada siempre pasan la factura. 

El próximo año habrá elecciones locales, los números son harto conocidos, que los resultados sean mejores depende de varios correctivos, entre ellos, la revisión de los candidatos seleccionados por consenso y en primarias de acuerdo con una composición política que ya no existe. Siempre se dijo que era extemporáneo escoger esos abanderados junto al candidato presidencial y gobernadores. Ahora cobra mayor vigencia esa aseveración, la política se mueve y en nuestro país, cada día nos trae en este campo una buena gama de novedades que con mucho atino deben valorarse. 

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