lunes, 26 de marzo de 2012

Todo lo contrario

Por: Kico Bautista

Montaron un plan para retomar la ofensiva. Los 3 millones de votos los volvieron locos. Rapidito había que quitarse de encima el impacto de la victoria de Capriles en las primarias.

Sobre todo, que el miedo, su gran arma, se les está desbaratando. Si la gente siente que Chávez viene en picada se acabó lo que quedaba. Miraflores segurito cambia de inquilino.

Puede que uno que otro incauto se crea el cuento de que el Comandante Presidente está sobrado. Pero, estamos en presencia de un electorado muy politizado. La verdad es que no hay ningunos 30 puntos de ventaja. Al contrario. Todos los indicadores señalan que la campaña arranca y se va a desarrollar muy pareja.

Si el oficialismo se cree sus propios cuentos, entonces que los disfruten. Que se sigan engañando. El cuadro describe una realidad distinta. A los 13 años de gobierno la revolución ha perdido su encanto. Como lo declaró el Gato Briceño el día viernes: "Se ha vuelto cómoda". En vez de esperanza ahora el proceso representa para los sectores populares más de lo mismo.

Debe doler una enormidad el tener que reconocer que no se han cumplido las expectativas. El socialismo del siglo XXI no pudo darle a la gente una mejor calidad de vida. El país está viendo cómo el deterioro se nos viene encima y a full velocidad.

Si no es la electricidad es el agua. No pasa un día sin que los titulares nos informen de un crimen terrible o de un accidente escandaloso en las carreteras.

La falta de inversión y de norte hace aguas. La población crece y no hay una visión de desarrollo que genere progreso por ningún lado. Este es un gobierno sin ideas. Para la cantidad de dinero que ha manejado son pocos los logros.

La política social funciona cual alfombra donde se esconde la basura. Es una especie de escudo para justificar la ineficacia. La revolución es pura muela. Eso se siente en la calle. A donde va Capriles la gente sale a recibirlo con entusiasmo. Hay un enorme cansancio y no hay manera de ocultarlo.

Por eso es que se repite el esquema de la confrontación. La apuesta es a impedir que el miedo pierda su efecto y la idea de un cambio de gobierno se vuelva corriente. Los disparos en Cotiza, la declaración del Presidente sobre el supuesto atentado contra Capriles son parte de una misma estrategia. Intentan impedir que la campaña de la unidad entre en los barrios.

Ellos saben que el líder está enfermo. Su debilidad física genera desconcierto. Influye para que en el interior del PSUV se activen los conspires. La expulsión del Gato Briceño tiene como objetivo evitar que su ejemplo sea seguido por otros gobernadores y cuadros de importancia. Es como levantar un muro de contención en medio de una crecida. Termina siendo lo contrario. Un reconocimiento de la gran debilidad con que el chavismo va a la elección del 7 de octubre.

Por primera vez, desde 1998, Chávez va a una campaña sin una ventaja abrumadora. Las encuestadoras que hablan de 20 y hasta 30 puntos a favor del Comandante Presidente están todas pagadas por el oficialismo. La única respetable es la del IVAD. Sin embargo, Seijas tiene años pelando en cuanto a los resultados. Nunca le ha dado a la oposición lo que ha obtenido y hasta en la votación de las primarias peló gajo.

Allí están los resultados de las parlamentarias, de la elección de gobernadores y alcaldes, del 2D, que indican una tendencia inocultable. También está la calle, las protestas, el hecho real de que en los barrios la oposición no solo entra, tiene gente que se identifica con ella y defiende sus banderas. Eso hace unos años era impensable.

Ya el solo hecho de que aparezcan las bandas violentas de militantes rojorojitos para impedir las manifestaciones y actos de campaña de la oposición es una señal clara de que el gobierno busca retomar la ofensiva y por ello recurre al esquema de la confrontación.

El chavismo no comprende que las cosas están cambiando, que Capriles no anda detrás de sus anzuelos o se traga los trapos rojos. No se trata, como ellos dicen, de un clon de Chávez. La oferta de unidad democrática contrasta con el estilo duro y egocéntrico del Presidente.

Es un discurso amable, de reencuentro. Hecho desde una postura humilde y sin estridencias. Más que promesas es una propuesta que resuelve.

Una estrategia inteligente que conoce la manera de comportarse del chavismo y se nutre de ella. Cada vez que el Presidente oculta que hay problemas en el Lago de Valencia, nuestro chance crece. El día que la AN se negó a debatir el asesinato de la hija del cónsul chileno, no la sacaron de jonrón, la verdad es que metieron la pata. Nos dieron la razón. Demostraron cuán lejos están del corazón de la gente.

Cuanto más se repitan, en esa misma dimensión van a ir perdiendo espacio. Cuanto más nieguen que se va la luz o que a los venezolanos los matan para robarles el celular o la cartera, más va a quedar en evidencia su fracaso. Los venezolanos sabemos que esta es la oportunidad y no vamos a desperdiciarla. 6 años más de este calamar... ni de vaina.

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