miércoles, 28 de marzo de 2012

Un perro en el puente

Por: Edinson Martínez
@emartz1

Alguna vez, a muchos de nosotros, nos ha tocado atravesar de madrugada el puente sobre el lago de Maracaibo. El brillo azulado de las aguas del lago y el resplandor del relámpago del Catatumbo, son un verdadero espectáculo para la vista. Las horas tempranas del nuevo día apenas se deslizan entre la penumbra y las estrellas que como faroles diminutos adornan el paisaje de una ciudad que a lo lejos duerme serena. Para cualquier conductor suelen ser horas tranquilas para viajar.

Atravesaba el puente sobre el lago un domingo reciente, en sentido hacia Maracaibo, en compañía de dos de mis hermanas y una sobrina. Pocos minutos después de recorrido el trayecto y tal vez a unos tres o cuatro kilómetros de la cabecera de Punta Iguana, una sombra en movimiento en el canal de circulación contrario se proyecta en las luces de mi vehículo, por instinto aminoro la marcha y casi de inmediato - cuestión de segundos - la sombra se hace comprensible a nuestros ojos al saltar del canal contrario hacia el mío. Recorto aún más la velocidad; ya no por instinto, sino por evidente precaución al distinguir la figura que se nos viene encima. Un perro negro enorme, de lengua roja y jadeante a grandes zancadas toma mi canal de circulación. Las luces de mi carro y el cambio rápido que hago de ellas se reflejaban en los ojos brillantes de un animal desorientado, una cadena plateada colgaba de su cuello y le saltaba al mismo ritmo conque éste corría. ¡Es un perro…un perro en el puente! dije en voz alta, sorprendido naturalmente, por un hecho como éste. Mi hermana, en el asiento del copiloto, también lo ve y agrega: ¡Se le escapó a alguien, tal vez saltó de otro de vehículo y el chofer no se dio cuenta!

En el canal contrario, el mismo desde donde unos segundos antes, el perro había saltado, un carro cruza el puente; la luz amarilla de sus faros también hace el cambio de luces cuando el perro avanza en mi canal. Probablemente, el conductor también pudo ver el perro y al cambiar de luces, bien respondía a las mías o sencillamente se las hacia al animal. El conductor, no se detuvo y avanzó en su ruta hacia la costa oriental del lago.

A pocos metros - no podría precisar cuánto – de estrellarse contra mi vehículo; el perro, nuevamente, salta la baranda que divide los canales de circulación del puente sobre el lago y toma el canal contrario. Pasó a mi lado corriendo en el otro lado de la vía y apenas pude verlo, desbocado avanzaba desorientado y jadeante. Desde el retrovisor lo seguí hasta que entre la distancia y la oscuridad de la madrugada se perdió. Por fortuna, ningún otro vehículo circulaba a esta hora desde ese canal.

Por varios días me quedé pensando en aquella madrugada y en la primera ocasión en que regresé a Maracaibo, decidí detenerme en la cabecera del puente y comentarle a un par de soldados – de esos que lo detienen a uno antes de enfilar hacia el puente – lo sucedido días antes. Ambos se miraron, rieron discretamente y extrañados me respondieron con la pregunta: ¡¿un perro?!

Varias veces he viajado a Maracaibo posteriormente y por simple curiosidad volví a preguntar una vez más por el perro. Nuevamente la respuesta fue una sonrisa mezcla de burla y duda. Nadie vio nada esa madrugada

9 comentarios:

  1. Las noches, las madrugadas guardan cosas que a veces resultan incomprensibles. Las apariciones en carreteras y montes son las más comunes. De esas experincias es donde han han surgido tantas leyendas de nuestro folclor.
    Creo en tu relato.

    Antonio

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  2. ME IMAGINO LO IMPRESIONANTE DE LA SITUACION...MILADY

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  3. Me encanta, porque es real pero parece ficcion. Lo felicito sr Edinson

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    1. La realidad suele tener más fantasía que la imaginación. Un abrazo. Edinson

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  4. En nuestro universo wayuu es muy corriente es tipo de manifestaciones. Se guardan infinidades de relatos que parecieran inverosímiles, heredados de generación en generación, que a la postre son más reales que las que vivimos en este mundo de fantasías.

    Marcelo

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  5. En el trascurso de la vida pasamos por muchas situaciones no las entendemos pero nos toca vivirla. leopoldo

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  6. un aplauso siempre a la inspiracion en medio de la cotidianidad!! lyad!

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