viernes, 23 de noviembre de 2012

16-D: Victoria sospechosa y sin protesta

Por: Agustin Blanco M.

La expresión es muy utilizada entre los militantes de las oposiciones: ¿Cuándo, cómo, en qué terminará esta tragedia? Y se intensifica después del 7-0 porque el colectivo compró el mensaje de que era la última oportunidad de salir por la vía democrático-electoral del golpista presidente (GP) y su régimen. Y al estar frente a los resultados de la victoria gubernamental, los mismos dirigentes que les hicieron creer en el fin del chavismo, les dicen ahora que hay que esperar 6 años más para sacarlo. 

En ese momento, como dice, Teodoro Petkoff (Glob., 18/11/12), el chavismo triunfó pero está en plena declinación, de modo que la oposición ya tiene nueva fecha para ganar: diciembre del 19. Y este es uno de los dirigentes y analistas estrellas de la MUD. Se quiere ocultar de este modo que el 7-0 significa la reconfirmación de la hegemonía que ejercía el chavismo y ratifica al GP como el dueño incondicional de este expaís. Antes del 7-0 ya todos los poderes estaban en sus manos. Pero la "oposición" seguía vendiendo la mercancía de que el voto democrático podía enfrentar y vencer al régimen. Muchas veces se dijo que un fracaso el 7-0 llevaría a establecer definitivamente el comunismo. 

El triunfo entonces era indispensable. Y se aseguró que cualquier evidencia de fraude-trampa, se leería como una autorización para que la "oposición democrática" aplicara las medidas de protesta necesarias para garantizar el respeto a la voluntad popular. De allí surge, nada menos, que la tesis del "Plan B". Y esto significaba que la victoria oficialista debía estar muy bien fundamentada porque de lo contrario no sería convalidada. Pero nada de eso ocurrió y vimos al régimen en pleno reconocimiento de la oposición democrática y el liderazgo que tanta falta le hacía a la revolución. El descontento de la mayor parte de los 6.5 millones de votantes se manifestó. Los dirigentes comenzaron a ser vistos como sospechosos. Y en medio de la protesta, confusión y descrédito de la MUD y del propio excandidato, surgen voces que tratan de salvar la situación.

En este sentido, Antonio Ledezma, al ser nombrado coordinador de la campaña de los candidatos a gobernadores, dice que la victoria del GP fue sospechosa. Es decir, que se aparta del señalamiento que afirma que no hubo fraude y que se perdió porque no se consiguieron los votos. Y cuando le advierten que hablar de fraude en las elecciones del 7-0, puede ser visto como un llamado a la abstención, el dirigente llama a "votar bajo protesta". Y eso significa que viene otra victoria sospechosa y que, a pesar de saberlo, hay que ir a votar aunque en señal de protesta. Y quien se presenta como "otro salvador" sólo logra aumentar las sospechas sobre muchos de sus colegas MUD, cuyo fraccionamiento hoy nadie puede dudar. Y al fraude-trampa, aunque sea por otra vía, le esperan unas cuantas ediciones. Porque una vez que el mapa político-electoral termine de enrojecerse el 16-D, gracias al fraude-trampa permitido, convalidado y legitimado, saldrá a flote una nueva "reingienería del poder" y se procederá a la radicalización del proceso revolucionario. 

Una profundización que apuntará hacia la imposición del socialismo, versión siglo XXI, mediante la puesta en práctica de la acción comunal que servirá como entidad de control político a la cual se le transferirán funciones hoy encomendadas a la Presidencia, Asamblea, Gobernaciones, Alcaldías. Y será ese poder en manos del pueblo el que, en lo sucesivo, procederá a elegir directamente sus conductores. Estaremos entonces en pleno Comunalismo y ya no hará falta el agotado CNE ni las desacreditadas elecciones de la V República. Estas serán públicas y a mano alzada. Y para ello se ha puesto a andar lo que se ha dado en llamar la Constituyente Originaria. Tratan ahora de recoger lo que no les hacía falta en el período de convivencia con la llamada democracia y el capitalismo. 

La radicalización y la imposición del Comunalismo exige el derrumbe de las actuales instituciones para dar paso a las populares y socialistas del siglo XXI. La llamada reingeniería pondría todo el poder en el pueblo y éste sería el único polo decisorio. Por supuesto que en todo esto jugaría la politiquería llamada a utilizar esa fuerza popular en beneficio de los mismos poderes mediático-autoritarios que han prevalecido hasta el presente. El poder del pueblo sería sólo la fachada que viene a sustituir la democrática que tan buenos dividendos pagó en los inicios de la revolución pacífica pero armada. Como puede verse esta tragedia por los momentos no tiene término. Parece más bien estar en sus inicios. La programación para establecer el comunalismo está en plena marcha.

Por ello reiteramos que nos esperan tiempos muy duros porque estamos ahora frente a un proyecto comunal, expresión de una violencia-imposición, ante la cual no se interpone ningún proyecto opositor. Por eso, después de lo que será la victoria sospechosa y sin protesta del 16D, el comunalismo seguirá su marcha a paso de vencedores y pronto puede tener postrada una buena parte del colectivo. ¿Seguiremos apegados a los legitimadores de las oposiciones o seremos capaces de emprender acciones no violentas como las que propone disidencia12.blogspot.com, como una manera de buscar la confrontación con todos los poderes que adelantan la destrucción de este expaís? ¡Qué historia amigos!

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