jueves, 2 de septiembre de 2010

Asesinato premeditado

Por: Marianela Salazar

El asesino
de Franklin Brito tiene nombre y apellido. Se trata del primer caso de muerte por huelga de hambre en el régimen de Hugo Chávez. Brito ofrendó su vida por el derecho a la propiedad. Doblemente asesinado, porque la reclusión contra su voluntad en el Hospital Militar fue un secuestro que lo condujo directo a la muerte y por el linchamiento moral al que fue expuesto en medios oficialistas, especialmente en la televisora del Estado, en la que liquidan con ruindad a luchadores pacíficos y se vilipendia con maldad y alevosía siguiendo instrucciones emanadas de la sala situacional de Miraflores. El humilde productor agropecuario también fue tildado de loco por la fiscal general de la República, que lo incapacitó mentalmente para invalidar sus reclamos y justificar su reclusión en el Hospital Militar. Fue acusado de servir como instrumento a la oposición, cuando la verdad es que su lucha fue solitaria y aunque su martirio reclamaba la atención de todas las personas identificadas con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la dirigencia opositora no le brindo el apoyo esperado, salvo excepciones de algunos que lo hicieron con timidez.
Franklin Brito fue maltratado y etiquetado como terrateniente, cuando era un simple agricultor, como otros que también han sido despojados de sus tierras, además de humillados por funcionarios ­entre los que se encuentran algunos etarras­ del Instituto Nacional de Tierras.

Duele profundamente que se tenga que acudir al sacrificio y a la muerte como última opción, para que un gobierno que se dice humanista esté en disposición de escuchar a un ciudadano que reclama un derecho y, ni aun así, se le ablanda el corazón y lo atiende. Se trata de otra evidencia del estado de indefensión y exclusión al que son sometidos los ciudadanos que disienten de la revolución liderada por Hugo Chávez, no hay ni habrá contemplación con opositores que adversen el sistema político que se ha empeñado en instaurar, es decir, el comunismo, según lo ha explicado claramente Fidel Castro después de su resurrección. De aquí en adelante, mientras Chávez permanezca en el poder, el destino de quienes se declaren en huelga de hambre como acto de resistencia política o como método de protesta será el mismo trágico final de Franklin Brito.

Su muerte estremece, ilustra terriblemente la desesperación de los productores agrícolas y realza la lucha de todos los que han sido injustamente despojados de sus propiedades. Ojalá que este sacrificio no sea estéril y logre despertar las conciencias de tantos venezolanos, que intimidados y subsumidos por la ferocidad del proceso revolucionario no logran reaccionar y se han paralizado por miedo. Cuántos otros tendrán que morir por una huelga de hambre para que se entienda que el derecho a la propiedad privada es parte del derecho a la libertad.

Ha sido un error de cálculo no prever las consecuencias que causa una muerte que el Gobierno pudo evitar, pero no quiso. Serán las mismas que en Cuba han traído las muertes de prisioneros de conciencia y opositores en huelgas de hambre, que se traducen como asesinatos premeditados por la dictadura castrista.

Tic tac

Morgue express: los diez integrantes de la GN que perdieron la vida el sábado en el helicóptero ruso MI-17, que se precipitó a tierra mientras hacía un reconocimiento de frontera en Apure, fueron llevados a la base aérea de La Carlota, donde instalaron una morgue express para evitar fuga de información. Exigen más hermetismo, la morgue del Hospital Militar no garantiza total confidencialidad…

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