domingo, 17 de julio de 2011

Marx, Alzuru y Naím

Por: Emeterio Gómez

Gracias a Jonatan Alzuru, del Cipost de la UCV, por su incipiente amistad. Tal como él reconoce al final de su artículo del miércoles en El Nacional, no fue que yo clausuré el diálogo sobre Marx que tuvimos hace unos meses, simplemente pensé que no íbamos en la dirección correcta: poner sobre el tapete (para defenderla o atacarla cuanto se quisiera) la tesis según la cual Marx no fue el gran pensador que siempre creímos. Que no fue un filósofo, ¡¡sino un agitador!! Un hegeliano de izquierda, cuando ya era una tragedia ser simplemente hegeliano. Era esa mentirota piadosa que nos metíamos en la juventud, para convencernos a nosotros mismos de que a Marx no lo incluían nunca en las Historias de la Filosofía porque éstas las escribían siempre unos miserables burgueses reaccionarios.

En efecto, como dice Alzuru: "En un país donde no nos leemos, donde el debate es un asunto de amigos y enemigos", vale la pena hacer un esfuerzo para discutir. Con una idea muy clara por delante: en Venezuela no existe nada que se parezca a una Comunidad Intelectual, y hay que irla creando... si queremos enfrentar la destrucción que se cierne sobre nosotros. Y, tal como él dice, "me gustó" su intervención en el Cendes: el poner el énfasis en el carácter radicalmente activo del pensamiento, tal como ha ocurrido en los últimos 200 años, ¡¡y tal como Marx lo pone en sus Tesis sobre Feuerbach!! ("Los hombres se han dedicado a entender el mundo, cuando de lo que se trata es de cambiarlo"). No fue tanto que "me gustó" tu ponencia, sino que coincidimos plenamente en el rechazo radical del Conocimiento como Adequatio Rei (como "Adecuación del Saber a la Realidad"), esa versión platónica y pasiva de las ideas que da pie a la creencia de que las ciencias sociales tiene algún cimiento.

Pero la lectura del artículo de Alzuru conecta con la del de Moisés Naím, el martes, en el mismo El Nacional: Epidemia de malas ideas. Ruego a mis lectores leerlo (igual que a Jonatan). Allí, Naím plantea nada más y nada menos que, ante la crisis que vive la Humanidad, ante la posibilidad de que la debacle griega liquide al Euro y a la Unión Europea; y, agregaría yo, ante el hecho de que al Partido Socialista Español no se le haya ocurrido una idea más tonta que la de hacer "un gran viraje hacia la izquierda"; ante todo ello, dice Naím que "también hay otro tipo de fragilidad que, aunque menos visible, puede ser igual de peligrosa: la fragilidad intelectual". Y, más adelante: "La fragilidad intelectual de estos tiempos no tiene remedios simples".

Por supuesto que no tiene remedios... ¡¡ni simples ni complejos!! Y es allí donde se produce la conexión con el enfoque que Jonatan y yo hicimos en el Cendes: Porque mientras más predomina el Pensamiento Activo sobre el Pasivo, menos posibilidades habrá de hacer Teorías que orienten la Práctica, en este caso, la Política; sea ella económica, social o financiera. Aun en el plano de las ciencias duras, las teorías viven hoy profundas crisis. Pero en las Ciencias Sociales, como ya asomé, el Saber carece por completo de sentido. Porque -en las chiquiticas- Pensamiento Activo lo que significa es "incapacidad creciente de anticipar o predecir, es decir, de conocer el comportamiento humano". Porque se trata simplemente de la Libertad más Absoluta. ¡¡Y hacer Teorías sobre la Libertad es una suprema tontería!! La abundancia de las Malas Ideas, que Moisés acertadamente denuncia, no es sino eso: la creciente imposibilidad de hacer Ciencia o Teorías en el terreno de la política, la ética, la sociología, la economía, etc.

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