miércoles, 4 de julio de 2012

Petróleo cuesta abajo

Por: Edinson Martinez
@emartz1

Para el viernes pasado, fin de mes de junio, el precio promedio de la cesta petrolera venezolana se ubicó en 86,17$/barril. Continuaba así, cuesta abajo en su rodada, para decirlo en términos del viejo tango, la cotización del crudo nacional. Una verdadera catástrofe para un gobierno que necesita precios altos y siempre crecientes. La irresponsable gestión dispendiosa y dependiente en un sumo grado de la exportación petrolera, nos ha colocado en esta circunstancia, que ciertamente no es nueva en nuestra historia; sin embargo, nunca antes del calibre de lo que hoy padecemos. El crecimiento económico y la capacidad de mantener el ritmo de gasto público están atadas al comportamiento de los precios del crudo.

El ministro Rafael Ramírez ha dicho reiteradamente que Venezuela necesita un precio petrolero de 90 dólares en promedio para este año. Esta afirmación es absolutamente cierta. Durante el año 2011, las cifras del gasto público, según el BCV, fueron superiores a los 215 millardos de bolívares. En mayo de éste año, el gasto público sumaba más de 141 millardos de bolívares, es decir, en el quinto mes de 2012, el gasto alcanzó el 66% del gasto de 2011. No es nada aventurado, en consecuencia, sostener que éste se multiplicará a mayor velocidad en los meses venideros por causa de la campaña electoral. Todos conocemos de los pocos escrúpulos del gobierno en materia de gasto electoral, precisamente, en momentos en que se juega el destino presidencial. 

La última vez que los precios se desplomaron fue en el lapso 2008-2009, su impacto en las importaciones y consumo hizo caer en recesión a nuestra economía. No podría ser de otro modo, un país que importa desde las hojillas de afeitar hasta las carotas que consumimos los venezolanos y cuya principalísima fuente de divisas es la exportación petrolera, el resultado irremediablemente es una recesión. El efecto, de la caída en este año, se verá en el 2013 con toda su fuerza y el primer interesado en que su impacto sea menor, que los precios no se depriman más allá de los 90 dólares y evitar cualquier afectación en el equilibrio de la balanza de pagos, es el gobierno de unidad nacional que se instalará en enero de 2013. De modo que la manera de enfocar el tema por el candidato-presidente, según la cual, la oposición se alegra de la caída de los precios del petróleo, es la misma receta argumental de siempre, cuyo propósito es esconder la incapacidad de un gobierno que en casi tres lustros no hizo otra cosa que hacernos más dependientes del petróleo.

Por otra parte, vale la pena traer a colación, aquellos comienzos de la presente gestión, por allá por los lejanos días de 1999, cuando el precio del barril petrolero comenzaba a remontar los 16,07$. El gobierno alardeaba, entonces, de las habilidades y capacidades del comandante-presidente para influir en la recuperación de las cotizaciones del crudo. Llegó a decirse, hasta hace poco incluso, que los precios menguados sufridos en los años precedentes, era la consecuencia del antipatriotismo que apostaba a precios bajos en el mercado petrolero mundial. Habría que preguntarle ahora, a los responsables de esa absurda encandilada visión de los temas económicos, por qué esas “habilidades” que se le atribuyen a este líder planetario, no logra recuperar por estos días los precios conforme a sus designios personales.

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