jueves, 5 de mayo de 2011

Osama, una política de Estado

Por: Gonzalo García Orodoñez


El Osama de la leyenda, el que todos pensaban viviendo en cuevas, bajo el sonido de la metralla y la explosión de las granadas, había dejado de combatir, se escondía detrás de gruesos muros; no se comunicaba con el mundo exterior, era distante a la guerra global contra el terrorismo.

Abandonó la lucha y a sus hombres para proteger su vida, es lo que normalmente hacen quienes practican tanto el narcotráfico como el terrorismo.

Por años, las agencias especializadas en inteligencia y la CIA lo buscaron. En agosto de 2010 lo ubicaron. No hubo prisa, bulla ni escándalo, se montó la operación con los mejores hombres de operaciones especiales, Navy SEAL. En abril estuvieron listos y recibieron la orden de atacar.

Quienes piensan que un cambio de gobierno en los Estados Unidos significa el abandono de los objetivos estratégicos de seguridad nacional, no entienden la política de la nación del norte. Quienes abrigaron la idea de que el fin del mandato de G. Bush significaba el fin de la guerra global contra el terrorismo, pensaron equivocadamente.

Cuando de objetivos nacionales se trata, de Bush a Obama no hay cambio, sólo ajustes de naturaleza política y forma de hacer las cosas.

Cuando la CIA reportó niveles de complicidad interna en Pakistán en apoyo a las redes de Al Qaeda, como lo ha señalado en la región con gobiernos que apoyan o facilitan el narcotráfico y terrorismo internacional, es porque habían obtenido y comprobado la información. No se abandonan los objetivos estratégicos vitales ni los esenciales con un cambio de gobierno.

Detrás de la operación hay un complejo mundo de tecnología y un equipo humano en capacidad de analizar y usar, en tiempo real, la información obtenida en el terreno. El soporte técnico, aunque parezca una película de Hollywood, puede usar bases de reconocimiento biométrico, facial y voz; bases tecnológicas altamente sofisticadas de vigilancia y modelos predictivos de comportamiento.

De nada le valió a Bin Laden estar sin teléfono o conexión a internet, una vez obtenida la posibilidad de su ubicación con la base de datos de reconocimiento se hizo el resto.

Obama y el equipo de Seguridad Nacional, tal vez vieron en vivo los 40 minutos que duró la operación militar que acabó con el hombre más buscado del mundo.

Mientras en Venezuela se avanza con las milicias, otras naciones mantienen fuerzas armadas profesionales equipadas con tecnología de punta. La guerra global contra el terrorismo va a continuar, como la guerra contra los tiranos que se inició en Túnez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario