lunes, 17 de mayo de 2010

¡Si se puede!

Por: Teodoro Petkoff

El gobierno se encuentra hoy peor que nunca y la oposición mejor que nunca. Con vistas al desafío
electoral de septiembre próximo, la situación puede considerarse muy auspiciosa para los adversarios del régimen. De un lado, un gobierno que ha sumido al país en las peores crisis de que se tenga memoria; del otro, una oposición que ha cuadrado un acuerdo unitario perfecto, para competir por las 167 diputaciones en juego. Si no se producen contingencias que puedan alterar gravemente el proceso electoral, el día después del 26S el país puede amanecer con un importante cambio cualitativo en su desenvolvimiento político.

Un parlamento
con presencia significativa de diputados elegidos por la oposición y por los sectores disidentes del oficialismo, más allá de las predecibles artimañas de Chacumbele para soslayarlo, ignorarlo, agredirlo y tratar de restarle atribuciones -tal como hizo con los gobernadores y alcaldes que la oposición le metió por el buche será el escenario por excelencia del debate político. Si la oposición ha adquirido una visibilidad que no tenía antes, apenas con la presencia y la actuación de cinco gobernadores y varias alcaldías, entre ellas la Metropolitana de Caracas, puede imaginarse lo que significarán unas decenas de parlamentarios de oposición actuando en la Asamblea Nacional.

El parlamento recuperará sus fueros como foco del debate político. En el peor de los casos, por mucho que
el
gobierno, si es que quedara en mayoría, intente cambiar el reglamento de debates o manejar abusivamente la dirección de debates y llevar adelante todos los trucos posibles para anular a la oposición, le será imposible reducirla al silencio y a la impotencia.

Pero, también, por otro lado, y es lo más probable, gobierno y oposición, por lo mismo que se confrontarán, no podrán menos que interactuar.

Es muy difícil que no sea quebrantada esta incomunicación que hoy existe entre gobierno y oposición, tan cargada de peligros, y que sólo favorece al talibanismo más estéril.

Editorial de TalCual

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