martes, 11 de agosto de 2009

La mala educación

Por: Luís Izquiel

Acaso por el mal hábito que deja el dar golpes de Estado, los representantes gubernamentales que integran la Comisión de Educación de la AN, sorprendieron al país, de madrugada, como gustan de trabajar los hampones, con la aprobación de un informe relativo a la Ley de Educación, que la dejó lista y cocida para ser definitivamente sancionada.

El texto, constante de 55 artículos, resulta en la mayoría de sus partes abiertamente inconstitucional. Las violaciones brillan tanto cuando se analiza la forma como el fondo de su elaboración. Hablemos de la forma. Su contenido no fue discutido en las comunidades educativas y ex profeso se escogió el período vacacional para su aprobación.

Igualmente irregular es el hecho de que se esté dejando listo, para aprobación en segunda discusión, un texto legal que no pasó por primera discusión. Debemos apuntar que el proyecto aprobado en primera discusión en 2001 es diametralmente distinto al finalmente presentado ahora. Sobre el fondo, observamos en el articulado varias disposiciones realmente alarmantes, que "cubanizan" nuestro sistema educativo.

El proyecto establece que la educación estará fundamentada en la "Doctrina Bolivariana Robinsoniana", fachada tras la cual se esconde el pensamiento único que se nos quiere implantar. Asimismo, esta basada en el Plan de Desarrollo de la Nación 2007-2013, que no es sino la Reforma Constitucional negada por los venezolanos en referéndum el 2- 12-2007. El proyecto convierte a los consejos comunales y las organizaciones sociales (como "La Piedrita") en "agentes de la educación", con injerencia en la formación integral estudiantil, para formar nuevos ciudadanos.

Hay más. Se eliminan los centros estudiantiles -que una y otra vez han venido ganando los sectores democráticos en las diferentes universidades- y se crean los consejos estudiantiles, cuya organización y demás particularidades se dejan para ser definidas en ley posterior. Se acaba también con la educación religiosa.

De ser aprobada la ley, tal como en países comunistas, el Estado determinará qué carrera técnica o universitaria debe estudiar un bachiller, dependiendo de las potencialidades existentes en el país y a las necesidades prioritarias. Se regulará la inserción de los egresados universitarios en el campo laboral, dependiendo de razones estratégicas; es decir, se trabajaría no donde se desee, sino donde el Gobierno lo ordene. Es tal la premura en aprobar esta degradante y decadente ley (a espaldas del pueblo) que posiblemente cuando usted esté leyendo este artículo, la ley ya haya sido sancionada.

El llamado a los ciudadanos es a procurar el conocimiento y divulgación de esta ley en todos los espacios de la sociedad. Y, una vez hecho esto, a organizarse, a dar la lucha democrática donde haya que darla. Esta ley garantiza la mala educación a todos.

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