viernes, 29 de enero de 2010

Se acaba el tiempo

Por: Leonardo Atencio
Los estudiantes universitarios nuevamente se convirtieron en la vanguardia de la protesta. Con su sencilla frase "Tas ponchao" retaron, frente al país, la intolerancia de las fuerzas represivas del régimen, las cuales actuaron con sevicia para acallar ese grito silencioso -graficado en una pancarta-, cuando se transmitía por televisión la final del béisbol profesional.
Este país que parece de "comiquita" -expresión de un locutor del béisbol- con un Presidente que, en pleno siglo XXI, se autodefine como marxista -aunque milita en el capitalismo salvaje- mientras niega el progreso y hunde en la pobreza a la población con su incompetencia, ineficiencia, despilfarro y corruptelas de todo tipo; sus improvisadas como desacertadas políticas públicas y decisiones que limitan en grado máximo la difusión del conocimiento y la información.
Desquiciado por el poder, lleva 11 años afanado en construir una sociedad socialista destruyendo sistemáticamente a las instituciones, los medios de producción; secuestra a los poderes del Estado e impone el culto a su persona, un militarismo de nuevo cuño y el pensamiento único, mediante una "inoculación ideológica".
En este contexto, valoramos altamente la respuesta multitudinaria de la población a la convocatoria a marchar el 23 de enero y al espíritu de lucha de los estudiantes universitarios que, encarnando los deseos libertarios de los venezolanos, alzaron su voz vigorosa para reclamar sus derechos, el cierre de empresas de televisión; las aspiraciones de una vida mejor y la solución "evolutiva y pacífica" al problema político nacional, la cual pasa por la libertad de los presos políticos y el regreso de los exiliados para el restablecimiento de la paz pública.
Un deseo que se comenzará a cristalizar en las elecciones de septiembre 2010 pero que requiere del esfuerzo mancomunado y unitario de hoy para restañar las heridas que el "caudillo" ha causado a la sociedad.

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