viernes, 1 de octubre de 2010

Confieso mi supina ignorancia

Por: Agustín Blanco Múñoz

A diferencia de la periodista al servicio del "imperio francés", comienzo por reconocer mi más completa
ignorancia de lo ocurrido el 26S.

Ella preguntó, para disipar dudas, y el GP la tildó de ignorante. Y ante su gesto de disconformidad, la llamó manipuladora.

En nuestro caso, la ignorancia obliga a pensar en términos de hipótesis y por eso preguntamos. ¿Y es que ahora aquí todo es limpio y transparente en el terreno electoral?

El espectáculo de la madrugada del 27S contiene elementos del pasado que adquieren hoy una dimensión más grotesca.

Desde un inicio dudamos de la mayoría que proclamaban los revolucionarios de la denominada "quinta república".

El uso del kino en la elección de la Constituyente el 25 de julio de 1999, fue la primera gran campanada de su vocación de fraude.

En lo sucesivo el régimen hizo del instrumento electoral lo que le dio la gana y el 15Ag.-04 hace su mayor incursión en el mundo de la trampa.

Un año más tarde el propio CNE hace una publicación en la que establece "por error" que el 60% votó contra el GP.

Entonces las oposiciones guardaron el más estricto silencio, para ser coherentes con su clara disposición al arreglo-negociación o colaboracionismo con el régimen.

El 04D-05 el colectivo le impone a los partidos la línea de la abstención. Alrededor del 80% del electorado no votó.

Pasado el evento, las oposiciones se dedicaron a borrar el peligro de la voluntad mayoritaria y crearon un "clima unitario" alrededor de la candidatura presidencial de Manuel Rosales. Petkoff sentenció: Nunca nos montamos pajaritos preñados con su triunfo.

El 02D-07, "la revolución", luego de acuerdos y negociaciones que aún se ignoran, acepta su derrota por un 1% del total de los votos cuando faltaba por escrutar 1,5 millones de un total de 9 millones de electores.

A la fecha, todo quedó como secreto entre rojos y azules. El paquete de reformas las impuso el régimen por la vía habilitante.

Con las regionales del 08 y en el referendo del 09 para ratificar la reelección indefinida, todo transcurre en un clima de polarización que, en medio de odios y desprecios, mantienen los acuerdos y negociaciones.

Y en esta misma dirección, el 26S se convierte en una jornada electoral que concluye en una gran "fiesta democrática" que nada tiene que ver con un régimen caracterizado como autoritario y totalitario.

Por ello, este evento quedará registrado en la memoria de esta revolución como la única en el mundo capaz de producir elecciones limpias y transparentes.

Pero veamos algunos pasajes de este 26S. Después de votar, el GP señaló ante las cámaras que los resultados los daría el CNE a golpe de medianoche, desmintiendo así a la presidente que los había anunciado dos horas después de cerrado el proceso.

A las 6:30 pm Aristóbulo Istúriz manifiesta en VTV su regocijo por la jornada, poco después Ismael García dice en Globovisión que la demora en dar los resultados le huele a 2D-07.

Lo que sigue es un acuerdo de silencio absoluto de los dos bandos con sus respectivos canales.

Al cerrar la última mesa, automáticamente se produce la totalización. ¿Cómo explicar las 6 horas de burla a quien convierte en simple espectador?

Y si no hubo protesta o alarma por parte de las oposiciones es porque sabían lo que ocurría: ¿un arreglo entre rojos y azules para controlar la situación?

Régimen y colaboracionistas unidos. "Revolución y contrarrevolución", "contrarios dialécticos" que se ayudan y complementan. Se crea así la victoria del GP, a quien se lo traga la implosión, y el triunfo de las ambiciones oposicionistas.

Lo importante para ellos es detener las fuerzas de esa Tercera Venezuela o colectivo NINI, que se enfrenta a los monstruos de los 40 que produjeron los de estos 11 años.

Una fuerza obligada hoy a asumir una nueva estructura organizativa con base a nuevas ideas y a nuevos impulsos.

Ideas fuerza, diría Salvador de la Plaza, para una historia que tendrá como agente fundamental a un colectivo que se ubica más allá de la trampa montada por las dos minorías dispuestas a hacer de este ex país territorio exclusivo de rojos rojitos y azules azulitos.

Esta llamada "revolución", que en 1998 se surtió de la desesperanza puntofijista que encabezaron AD y Copei, hoy los oxigena, para contar con una buena y colaboradora oposición.

De este modo, mientras haya un alto muro que detenga la violencia social, la revolución puede continuar por las vías de las negociaciones que permite la revolución socialista y democrática del siglo XXI.

Ese colectivo tendrá que impulsar espacios y acciones no excluyentes y totalitarias, como suelen hacer la cuarta y quinta repúblicas siempre dispuestas a aplastar toda disidencia.

Y desde la posición del ignorante, vemos que la pelea de ese colectivo es contra la corrupción de esas repúblicas de la perversión, que hoy celebran sus triunfos.

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