Por: Alberto Jordán Hernández
Que el comandante presidente haga ruedas de prensa sólo con medios internacionales no significa subestimación de los nacionales, ni a los colegas. Al contrario, les teme más. En aquellas no ha quedado muy bien, como sucedió en la entrevista que hace un año le hizo la periodista Vicky Dávila de RCN Colombia. La fluidez en expresarse no revela capacidad para responder. A las preguntas se va con rodeos y nunca concreta.
Ante la solicitud de precisar el discurso llega a la agresión de medios y comunicadores, cuyos representantes no escapan. En su último encuentro con ellos atacó en ausencia al periodista de CNN en Español, Carlos Montero, a quien además de cuestionar su trabajo lo calificó de "espantapájaros".
Pero hoy queremos defender a las mujeres en el periodismo, cuyo ejercicio hasta no hace mucho parecía exclusivo de los hombres. La situación se ha invertido. Basta observar las promociones egresadas de las escuelas de comunicación.
De allí que las mujeres no sean la excepción del maltrato que caracteriza a quien en proyección de su liderazgo andaba detrás de comunicadores. En homenaje a esas colegas referimos los casos de Adriana Núñez de Televen y ahora el de Andreína Flores, de la Radio Francia Internacional y RCN noticias de Colombia. Especialmente por la valentía al soportar el intento de humillación, porque la dignidad de ellas se impuso. La confirmación de que no se controla como declarante, quedó evidenciado en el intento de responder. En cada entrevista utilizó una media hora para contestar y entre insultos y ofensas, recurriendo a la risa que convirtió en burlona, no concreta respuesta. Sus asesores deberían ser oportunos e intervenir con la recomendación del Rey de España: por qué no te callas. Expresamos regocijo por las periodistas.
Que el comandante presidente haga ruedas de prensa sólo con medios internacionales no significa subestimación de los nacionales, ni a los colegas. Al contrario, les teme más. En aquellas no ha quedado muy bien, como sucedió en la entrevista que hace un año le hizo la periodista Vicky Dávila de RCN Colombia. La fluidez en expresarse no revela capacidad para responder. A las preguntas se va con rodeos y nunca concreta.
Ante la solicitud de precisar el discurso llega a la agresión de medios y comunicadores, cuyos representantes no escapan. En su último encuentro con ellos atacó en ausencia al periodista de CNN en Español, Carlos Montero, a quien además de cuestionar su trabajo lo calificó de "espantapájaros".
Pero hoy queremos defender a las mujeres en el periodismo, cuyo ejercicio hasta no hace mucho parecía exclusivo de los hombres. La situación se ha invertido. Basta observar las promociones egresadas de las escuelas de comunicación.
De allí que las mujeres no sean la excepción del maltrato que caracteriza a quien en proyección de su liderazgo andaba detrás de comunicadores. En homenaje a esas colegas referimos los casos de Adriana Núñez de Televen y ahora el de Andreína Flores, de la Radio Francia Internacional y RCN noticias de Colombia. Especialmente por la valentía al soportar el intento de humillación, porque la dignidad de ellas se impuso. La confirmación de que no se controla como declarante, quedó evidenciado en el intento de responder. En cada entrevista utilizó una media hora para contestar y entre insultos y ofensas, recurriendo a la risa que convirtió en burlona, no concreta respuesta. Sus asesores deberían ser oportunos e intervenir con la recomendación del Rey de España: por qué no te callas. Expresamos regocijo por las periodistas.
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