lunes, 2 de abril de 2012

El sentido más común

Por: Enrique Ochoa Antich


Las campañas electorales tienen, como se sabe, muchos componentes: la idea-fuerza, el discurso, el mensaje, la imagen publicitaria, la consigna, la oferta programática, el contacto directo, la organización electoral, etc., etc. Pero por momentos hay candidaturas que logran comunicarse con ese cierto sentido común que en algunas circunstancias cruza la conciencia de los pueblo. Y desde allí, una vez que logran esa sintonía, se hacen invencibles.



Sostengo que, al fondo de la jerga ideológica del gobierno, más allá de la trascendente confrontación entre un proyecto totalitario y otro democrático, y todo lo que de allí se deriva, hay, en la Venezuela de hoy, una idea que se conecta con ese sentido común del que hablamos: el cambio.



Es una idea simple, sencilla: ya está bueno ya (como rezaba alguna vez la consigna del MAS frente a los que entonces eran 30 años de AD y COPEI), es necesario cambiar, darle la oportunidad a otro. No hablamos de la idea más profunda de cambio político, económico, social, sino de la simple idea de cambio.



Frente a un autócrata adicto del poder al que no le basta con haber desgobernado al país durante 14 años sino que pretende llegar ¡a los 20!, la conciencia libertaria de todo pueblo democrático, y en particular del venezolano, tiende a decir con naturalidad: ya está bueno ya.



Es una idea de cambio que, además, Capriles encarna de manera natural. Darle una oportunidad a otro es, en Capriles, dársela a la paz, y acabar con la violencia reiterada y machacona del lenguaje presidencial. Darle una oportunidad a otro es, en Capriles, dársela a una nueva generación, y sacar del poder a un fatigado y repetitivo caudillejo que ya no da para más.



Es, además, una idea que puede, si sabe comunicarse bien, inteligenciarse con ese electorado chavista que, aún emparentado afectivamente con Chávez, sabe que su gobierno no está dando los resultados esperados. Cambio es, en la perspectiva de este chavista desencantado, algo así como decirle a su líder: "Presidente: Gracias por los favores recibidos.



Usted hizo lo posible, pero hasta aquí. Es un abuso que un solo hombre rija los destinos de un país por 20 años. Ya está bueno ya". Por eso el candidato del gobierno quiere comunicar la idea contraria: que todo cambio es un caos cuando sabemos que es exactamente lo contrario: salir del caos actual. Cambio, pues. Que la campaña de la Venezuela democrática encarne esa idea elemental pero poderosa. Y que, cambiando, abramos a partir del 8 de octubre un nuevo tiempo para la patria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario