viernes, 6 de abril de 2012

Un país especial

Por: Bernardo Kliksberg

Buthan es el único país en el mundo que mide su producto bruto por los avances obtenidos en el nivel de felicidad de sus ciudadanos.

Está exponiendo su caso, que ha llamado la atención universal, en la ONU con la participación del secretario general de la organización.

Es como lo llama The Guardian de Inglaterra, el caso de un "país disruptivo" que rompe con las maneras usuales de enfocar la economía, el medio ambiente, y la vida misma.

Dice su mensaje a la ONU que es hora de "dar un descanso a la naturaleza, reducir el estrés, tener más tiempo libre, y mejorar la calidad de nuestras vidas".

El pequeño y humilde país tiene 700.000 habitantes y está en el Himalaya entre China y la India.

Su producto bruto de felicidad que lo guía implica un enfoque holístico.

Promueve sistemáticamente el empoderamiento de las mujeres, el apoyo a las comunidades locales, fuertes redes comunitarias, la familia.

Fue el primer país del mundo que declaró ilegal fumar en público o vender tabaco.

Tiene un ecosistema montañoso frágil susceptible de terremotos, deslizamientos, erosión, incendios, y destrucción de glaciares.

Ha incluido en su Constitución la responsabilidad de los ciudadanos de proteger el medio ambiente, considerando la rica biodiversidad, y previniendo todas las formas de degradación ecológica.

El artículo 5 fija que el 60% de su territorio debe tener bosques. En el 2010 era el 70%. Las áreas protegidas incluyendo corredores biológicos y áreas conservadas cubren el 51% del territorio. Esas cifras han venido aumentando frente a la tendencia inversa en muchos otros países. Así si bien India su vecino aumentó fuertemente su producto interno bruto, su capital natural se redujo en un 31% entre 1990 y el 2008.

Como sus bosques absorben el carbón, su emisión de gases contaminante es negativa.

El 100% de su producción agrícola es orgánica.

Enfatizó en la ONU "la profunda felicidad que viene de vivir la vida en total armonía con el mundo natural, con las comunidades, las personas, con la propia herencia cultural y espiritual".

También la idea de estimular la justicia social, la no apropiación del patrimonio común por unos pocos, los sistemas cooperativos, el comercio justo.

¿Es posible conciliar todo esto con avances económicos y sociales?

Lo hizo. Bajó la pobreza de 36.3% en el 2000 a 23.2% en el 2007. Para el 2015 la habrá reducido a la mitad y extendido agua potable y servicios sanitarios universales. La esperanza de vida se dobló en dos generaciones, y el 99% de los niños están en primaria.

Previno en la ONU: "el sistema económico promueve precisamente lo inverso, un profundo sentido de alineación del mundo natural y del otro. El egoísmo y la ganancia material destruyen la naturaleza, degradan nuestra herencia cultural, nos estresan, y no nos permiten tiempo para disfrutar de la compañía del otro, y meditar sobre el sentido profundo de la vida".

Sería muy fecundo prestar real atención a sus "disruptivos planteos"

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