domingo, 20 de mayo de 2012

¿Cómo es eso?

 Por: Edinson Martínez 
@emartz1 

Para el lunes siete de mayo de este año, desde muy temprano en la madrugada, caía sobre toda la Costa Oriental del lago de Maracaibo una lluvia pertinaz con insistencia molesta luego de aliviar el calor propio de la región, las consecuencias de una a veces elemental lluvia suele tener en nuestras comunidades sin drenajes, buen alcantarillado y caños repletos de basura y maleza; un efecto desagradable por decir lo menos. Pues bien, la sorpresa de este día, adicionalmente, la constituyó un paro de transporte público que paralizó los mayormente poblados municipios - Lagunillas y Cabimas - de la COL; además, del tráfico en la “guillotina” vial más peligrosa del occidente venezolano: la Lara-Zulia. 

La respuesta oficial al viejo estilo fue la de acusar como desestabilizadores junto a otro tipo de descalificaciones a los dirigentes del paro y luego detenerlos. La razón de la protesta fue muy sencilla: La inseguridad pública y el calamitoso estado de las principales vías de conexión de la región, la ya citada Lara-Zulia y la avenida Intercomunal. Nadie mencionó el tema de las tarifas del transporte público y ninguna otra razón que sustentara el paro. En días previos, el comandante-gobernador que oficia con los recursos y representación del gobierno nacional, había anunciado la “rehabilitación” de la “guillotina” en próximos días. En modo alguno se refirió a la continuación de la Autopista de Occidente y tampoco a un plan para combatir la inseguridad que ha convertido a los transportistas en blanco fácil del malandrismo. 

En un país más o menos ordenado y con un gobierno serio, jamás habríamos llegado a una situación como esta. Por una parte, el estado desastroso de la vialidad más importante de la región, provocada por el mismo gobierno nacional al despojar al gobierno regional de la competencia para continuar la Autopista de Occidente. Por otra, el avance incontenible de la inseguridad – luego del paro se han producido varios secuestros y homicidios a secuestrados – sin que se vislumbre un plan coordinado que involucre los niveles nacional, regional y municipales. Es un marasmo de ineptitud lo que gobierna la región y el país. Solo para tener una idea de lo que la institucionalidad y con ello la capacidad de gestión pública puede perder, basta con observar el caso del Zulia, un lamentable ejemplo de la irracionalidad política.  El candidato del presidente, actúa como un gobernador paralelo, anuncia inversiones, inaugura obras, entrega viviendas, promete soluciones y habla como un funcionario en ejercicio gubernamental. ¿Cómo es eso? ¿Cuál cargo desempeña por el cual deba rendir cuentas al pueblo? ¿Cómo se jerarquizan las inversiones y coordinan la ejecución de obras para evitar la perdida de recursos? 

 Es evidente y los resultados así lo confirman que un país conducido de este modo no tiene oportunidades de nada. Es un tributo a la irracionalidad la que se ha entronizado en Venezuela. No es un modelo como suelen decir, - salvo que de verdad el modelo sea la destrucción - es una falta de cordura mayúscula que se arropa con una excusa ideológica. De una situación como esta se derivan hechos muy concretos. El año pasado Venezuela fue desplazada - con todo y nuestro petróleo por sobre los 100$ el barril - por Colombia como la cuarta economía de Latinoamérica. La inversión extranjera de Venezuela se ubica en el séptimo lugar en Latinoamérica, por debajo de Chile, Colombia, Perú y está básicamente referida al ámbito petrolero. Nuestras exportaciones de productos no tradicionales – excluye el petróleo – apenas frisan el 5% de todo lo que vendemos al mundo. De qué otro modo podría ser en un país que no garantiza la vida, las inversiones y no puede coordinar su gestión gubernamental en todos sus niveles. ¿Cómo es eso?

1 comentario:

  1. Edinson, hola!

    Buen artículo! Triste fotografía de nuestro presente!

    Sí, amigo! Lamentablemente, el modelo de país es la destrucción, la anarquía. La ambición de poder de tantos ineptos, incapaces y resentidos impide la construcción de un país que ofrezca calidad de vida. Falta poco...el bus de la esperanza va tocando las puertas y son muchos los que se embarcarán y veremos de nuevo la luz, pero no mágicamente!Sino a fuerza de trabajo, luchas,ideas,concordia y hermandad.

    En el camino andamos!
    Mis saludos
    Beatriz de Matos

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