domingo, 6 de mayo de 2012

Ningún gobierno puede ser juez y parte a la vez

Por: José Pons 

Venezuela considera que grupos regionales como Unasur o la Celac deben constituir sus propios organismos de derechos humanos y que sustituyan a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) según dijo el Canciller Venezolano Nicolás Maduro. También, el presidente de Venezuela Hugo Chávez solicitó el lunes a un consejo estatal que evalúe la manera más acelerada para que Venezuela abandone la Comisión, alegando que el órgano de la Organización de los Estados Americanos (OEA) opera bajo lineamientos de Estados Unidos. 

Por otro lado, como “coro de iglesia” la Fiscal General, repite las líneas de acción de sus jefes políticos. Demostrando así su sumisión y obediencia dentro del aparato del Estado, del cual debería pretender su imparcialidad y un estudio serio sobre el tema de la CIDH. Explicó que el Sistema Interamericano de Derechos Humanos está integrado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte, y que tiene la función de proteger los derechos humanos en América. Este sistema surge a partir de la aprobación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos en 1969. 

Tal y como están las cosas por estos lares es cada día más evidente que sin Chávez al Comandante Fidel y sus amenazas no son en vano, ya vemos que parte del plan lo devela Maduro al invitar a los miembros de UNASUR a retirarse de la Corte y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Esta acción parece ser el primer paso hacia el retiro de la OEA y así impedir que esa organización pueda asistir como observadora en los próximos comicios. ¿Cuántos países además de los controlados por el G-2 lo harán?  

Esto no es casualidad ni pretende ser una ingenua protesta por parte de la Cancillería; es típico en estos tipos de gobierno. Luego de la invasión silenciosa del poder cubano en Venezuela es prioritario el control absoluto de la libertad de prensa y de opinar en esta atmosfera de democracia que reina en Venezuela por los fundadores y luchadores de esta. Ahora una revolución, que seduce con los petrodólares venezolanos y empobrece el alma ciudadana con la limosna dada, logra hacer mella. 

Ser juez y ser parte del conflicto del poder, únicamente se logra visualizar en esta tragedia llamada socialismo del siglo XXI, la cual a nombre de nobles y muy utópico sueños de un mundo proletarizado, el soberano seria el dueño del poder.( El concepto utopía se refiere a la representación de un mundo idealizado que se presenta como alternativo al mundo realmente existente). 

 Por lo cual, la contraparte en la convivencia social en el país, deberá ser aparte de la oposición política, los medios de comunicación y estas instancias internacionales que suministran los elementos fundamentales, que hacen las diferencias entre libertad y opresión. Esta potestad no puede ni debe ser del gobierno de Chávez y de ningún otro, la institucionalidad forjada por muchos debe imperar en la conciencia social, reaccionemos con la unidad del Progreso.

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