domingo, 1 de agosto de 2010

Desde y para Valera, con cariño

Por: Emeterio Gómez

La Religión (ante el fracaso radical de la Razón y de la Ciencia) es la única esperanza que nos queda

Tener delante a 25 personas que aceptan un reto inmenso eleva el Espíritu de manera impactante. Y sales de allí levitando, con la firme decisión de relanzar tu vida ¡a esta edad! El Reto: sumergirnos en la profunda crisis que aplastó a la Filosofía Occidental ante el fracaso rotundo de Kant, el último esfuerzo serio por conectar la Razón y la Moral. La evidencia aterradora de que ¡no tenemos ninguna posibilidad de entender nuestro Espíritu! Que el Pensamiento Racional se gastó 2.300 años (desde Parménides hasta el tontón de Hegel) tratando de captar racionalmente el "Ser" y el Mundo, cuando lo único que había que captar es que el Espíritu -igual que Dios- es absolutamente incognoscible. Y un empresario desafiante te dice: ¿Qué voy hacer ahora con todos los esquemas sobre los que he construido mi "Ser", si este señor... Heidegger... dice que los humanos no tenemos ninguno y que sólo somos, a duras penas, una "Pura Posibilidad de Ser"? ¿Va usted -en este Diplomado- a darme algunas pistas para rehacer esos esquemas?

Agradezco a la Universidad del Valle del Momboy, a su rector Francisco González, alias El morocho; a Eladio Muchacho, editor del Diario Los Andes y a todos los participantes en dicho Diplomado, por esta maravillosa experiencia. ¡La síntesis de mi vida! Desde que empezamos floto en la infinitud de mi alma. Agradezco muy especialmente a María Carolina, presidenta de Acoinva (la Asociación de Comerciantes e Industriales de Valera), por insistir en que plasmara ese sentimiento en el papel.

Tema 6.- Toda aquella espectacular quiebra de la Filosofía se plasma en dos nombres: Nietzsche, un gran pensador que la remató... y Marx, un buen señor que no entendió nada. Nietzsche asume la quiebra de la Razón -sobre todo la hegeliana- y se burla sangrientamente de ella. Él es la comprensión final de las profundas limitaciones de los seres humanos empíricos, para asumir la elevadísima tarea celestial que Platón y el Cristianismo les asignaron. Es el descubrimiento postrero de nuestra miseria animal, mucho más cercana de las bestias que de Dios. En Nietzsche está ya todo lo que Freud y Jung desarrollarán después: la poderosa restricción que la Psiquis ejerce sobre nosotros, el lastre alacranizante del Inconsciente que el prefroidismo de Descartes o Kant no pudo siquiera intuir.

Marx fue exactamente todo lo contrario. No logró descubrir que la Dialéctica hegeliana era una soberana tontería, que la Lógica sólo puede ser Analítica. Aquella ramplona idea de que a Hegel tan sólo había que "invertirlo", "ponerlo sobre los pies", porque estaba de cabeza. El Materialismo Histórico fue la creencia pueril según la cual el alma humana era un producto de las fuerzas productivas y la evolución natural de éstas haría emerger un Hombre Nuevo, capaz de sustentar el Comunismo. Una sociedad tan extremadamente utópica, con una exigencia de solidaridad tan grande, que requeriría no de Hombres Nuevos sino de Santos Purísimos para poder funcionar. Marx fue, sin duda, la ñapa del fracaso de la Filosofía Occidental.

De todo lo cual deriva una especie de Analogía Trágica que hermana a estos dos hombres y los conecta con el Totalitarismo genocida: Nietzsche -por haber comprendido en toda su profundidad la miseria de Lo Humano y por postularla con fuerza- en alguna medida le abrió el camino al Nazifascismo. Marx, por no haber entendido nada, se lo abrió al Comunismo. Los dos creyeron zonzamente que Dios había muerto, siendo que la Religión (ante el fracaso radical de la Razón y de la Ciencia) es la única esperanza que nos queda.

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